El Ayuntamiento de Granada no lo ha podido evitar y, de nuevo, tiene que volver a llamar a las puertas de los bancos para sobrevivir. En la Junta de Gobierno Local del día de ayer se volvió a aprobar una operación de tesorería a corto plazo por un importe de 13.000.000 de euros. Esa operación no es más que un nuevo crédito bancario para solventar necesidades transitorias de liquidez de estos últimos dos meses del año. Pero con una novedad, entre esas necesidades de pago también se incluyen algunas nóminas de trabajadores municipales, según aseguran fuentes a la comisión de Economía, además de otras facturas a proveedores y referentes a otros conceptos.

Juan García Montero, que ejerció ayer de portavoz del equipo de Gobierno, entonó la misma explicación dada en otras ocasiones por el concejal de Economía, Juan Antonio Mérida, para explicar esta nueva operación. "La situación que atravesamos todas las administraciones locales en estos momentos, como todo el mundo, nos obliga a tener que realizar este tipo de operaciones bancarias", apuntó. El problema es que el Ayuntamiento, por obligación o devoción, se está acostumbrando a trabajar a golpe de crédito de una manera "apabullante", como critican los miembros de la oposición.

Hace poco más de un mes, el equipo de Gobierno tuvo que solicitar a los bancos 15 millones de euros, en esta ocasión, para sufragar préstamos contraídos a corto plazo con otras entidades financieras. Con la operación se liquidaba un crédito de 14,2 millones de euros que vencía este mes. Pero esta petición no ha sido la única este año. En julio, el Ayuntamiento solicitó otros 13 millones de euros para pagar la profunda deuda de 43 millones contraída con numerosos proveedores de la ciudad. Tras la concesión del último préstamo, el Consistorio mantiene una capacidad de endeudamiento al 95% de lo autorizado por el Estado.

El próximo 23 de diciembre, el Ayuntamiento celebrará su pleno extraordinario de presupuestos y desde la oposición se volverá a reprochar esta forma de gestión que "tan sólo aumenta el gran agujero económico que tienen las arcas municipales". Por su parte, desde el equipo de Gobierno se insiste. No generar ingresos -por ejemplo inmobiliarios- y el no tener en marcha las campañas de recaudación de tributos, sumado a la deuda arrastrada en el Consistorio desde la época del tripartito, la poca financiación con la que cuentan y la crisis "brutal" hacen que no queden otra alternativas.

La cuestión es que si no hay dinero para pagar prácticamente nada, ¿cómo se va a pagar al banco estos últimos 13 millones de euros solicitados a corto plazo (se tienen que pagar con el próximo presupuesto)? Las alternativas se reducen y parece ser que dirigen al Ayuntamiento, de nuevo, a las puertas de un banco.