Granada

Un supermercado se enfrenta al cierre por exceso de ruido

  • Aunque el Ayuntamiento ordenó el cese de actividad del local, por superar en 12 decibelios el límite legal permitido, la empresa ha conseguido retrasar la clausura

"El nivel sonoro supera en 12,1 decibelios el establecido en la ordenanza municipal". Éste es un fragmento del informe técnico del Ayuntamiento de Granada respecto a la denuncia presentada por una comunidad de vecinos contra el exceso de ruido provocado por el supermercado Dani de la calle Doctor Mesa Moles, en la Plaza de Toros.

Como consecuencia, el área de Medio Ambiente del consistorio granadino dispuso, con fecha 11 de enero de 2009, la suspensión inmediata de la actividad del supermercado, como ya ocurrió hace dos años en otro local de la cadena en el Zaidín.

Sin embargo, la empresa de alimentación ha conseguido ampliar el plazo para adaptarse a la legislación a última hora "porque ha adoptado una serie de medidas para subsanar el problema que han sido verificadas por los técnicos municipales", según aseguró la concejal del rango, María Dolores de la Torre.

Así, cuando los vecinos afectados por el ruido que provoca el establecimiento (especialmente como consecuencia de la carga y descarga de mercancía) llamaron ayer a la Policía Local para que obligara a la empresa a clausurar la tienda -que permanecía en funcionamiento pese a la resolución-, los agentes les informaron de que se había suspendido la orden de cese de la actividad.

Si bien, los propietarios no están muy conformes con esta decisión: "Debe de tratarse de una ampliación del plazo para insonorizar el local, porque el ruido sigue siendo el mismo y no han hecho ningún tipo de obra", sostienen los vecinos, que añaden que sólo han visto cómo los empleados del supermercado ponían gomas a los carros de carga y descarga. "Se sigue escuchando hasta cuando cortan la carne en la carnicería", afirman.

Por ello, la representante de los vecinos acudirá hoy a Medio Ambiente para solicitar los informes que acreditan que Dani ha cumplido con lo exigido en el expediente municipal y que consistía en un certificado técnico que justifique el aislamiento acústico, las actas de ensayos, descarga de registros sonográficos y planos sobre la ubicación de las mediciones. Unos requisitos que para los propietarios de las viviendas del edificios donde se ubica el local "son imposibles de cumplir en diez días". Además, los vecinos explican que para reunir las condiciones exigidas es necesario que los técnicos accedan a las viviendas, algo que no ha ocurrido.

De hecho, según comentan los afectados, la semana pasada la Policía Local decidió dar un par de días al supermercado para que pudiera sacar los productos, aunque el lunes el local volvió a abrir sus puertas hasta que los agentes se personaron por la tarde en el establecimiento clausurándolo. El martes sí se mantuvo cerrado.

Reactivada la actividad ayer, y sin que las molestias acústicas hayan disminuido, los vecinos anuncian que seguirán luchando para acabar con el ruido que perjudica a los inquilinos del bloque, donde habitan más de un centenar de familias. En concreto, la ordenanza municipal establece un límite máximo de 40 decibelios, mientras que la actividad del supermercado Dani alcanza los 52,1 decibelios. "Al menos ahora han dejado de descargar a las 07:00 horas de la mañana, que también está prohibido", se consuelan los propietarios.

52,1

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