El 'efecto mariposa' del Campeonato del Mundo de Baloncesto de Japón en agosto de 2006 produjo ayer un terremoto jurídico en el área de Urbanismo de Granada. El informe de un detective contratado por el presidente del Granada 74, Carlos Marsá, para probar la estrecha relación de amistad entre el ex gerente de Urbanismo, Manuel Lorente, y el promotor, José Julián Romero, -y supuestamente el trato de favor del primero al segundo- ha desembocado en una denuncia de la fiscalía de Granada contra ambos por cohecho y prevaricación, y en la que también aparece implicado el jefe del servicio de Gestión Urbanística, Emilio Martín Herrera.

El viaje a Japón de Julián y Lorente con sus esposas, pagado en primera instancia por el promotor (6.919 euros, según la agencia de viajes, 4.654, según el promotor), es, según la denuncia, la supuesta dádiva - que supera la consideración "de simple regalo de cortesía"- que precipitó la investigación preliminar de la fiscalía, que ahora un juzgado de La Caleta deberá conducir a juicio o archivar.

Indiciariamente, el fiscal, tras comprobar la denuncia presentada por Marsá y los expedientes que anónimamente llegaron a su despacho sobre operaciones de JJ Consulting, establece: "se puede afirmar que el gerente de Urbanismo, de manera reiterada, no sólo no se abstuvo en expedientes urbanísticos de gran importancia y relativos al promotor con el que sostenía una íntima relación de amistad, sino que informó en los mismos favorablemente a sus pretensiones y en circunstancias -en algunos casos- que pugnaban con lo pactado previamente y con la propia legalidad urbanística".

La contundencia del fiscal en sus consideraciones resulta extrema en el planteamiento de la denuncia, en la que subraya que la amistad entre los dos presuntos implicados no fue casual, sino buscada por el promotor para conseguir "la paralización de sanciones u obligaciones pecuniarias" derivadas de sus actuaciones urbanísticas.

El decreto de denuncia, aunque apunta media docena de actuaciones susceptibles de ser incorporadas al proceso -como el edificio Sanders, ciudad deportiva Granada 92 o el centro comercial Neptuno- se centra en tres en las que la relación de amistad con el ex gerente de Urbanismo habría beneficiado supuestamente al presidente del CB Granada, enemigo declarado de Marsá desde los tiempos que ambos gestionaban el equipo de baloncesto.

En la legalización de los pisos del viejo Los Cármenes -con 10 centímetros menos altura de lo establecido por el PGOU-, en el aumento de edificabilidad del edificio Penta en La Chana o en el supuesto incumplimiento de un convenio urbanístico en la calle Rodríguez de la Fuentes en el Zaidín, el fiscal sostiene que hay indicios de favorecimiento al conocido promotor, quien no ha ocultado en declaraciones públicas su vieja relación de amistad con Lorente. El máximo responsable técnico del urbanismo de la ciudad dimitió hace un mes de su cargo de gerente por motivos personales, aunque sigue de funcionario en el área.