Granada

Cerebros con las manos en la obra

  • La complejidad de la construcción de los 16 kilómetros de Metro y los continuos cambios que se afrontan aglutinan en esta obra a un grupo de ingenieros y técnicos poco habitual en la construcción

Por cada diez operarios que trabajan en la construcción del Metro hay un ingeniero o técnico especialista planeando, controlando y dirigiendo. Esta obra en una ciudad como Granada es un proceso lleno complejidades técnicas que requiere la intervención de un número excepcionalmente elevado de trabajadores altamente cualificados.

La ciudad es en estos momentos el lugar de trabajo de medio centenar de ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, ingenieros industriales, ingenieros de Telecomunicaciones, además de otros técnicos como topógrafos o economistas.

Muchos de ellos han llegado desde fuera para trabajar en esta compleja obra durante unos años. Pero la construcción del Metro representa también una oportunidad para los especialistas de Granada de desarrollar aquí su trabajo, algo que sería difícil en otras circunstancias.

El gerente de Proyectos y Obras del Metro, Alberto Sánchez López (ingeniero de Caminos, Canales y Puertos), explica que en esta obra están trabajando muchos especialistas de Granada porque su implicación es doble. "Además de su labor habitual como profesionales, el empeño por sacar adelante un trabajo que quedará durante mucho tiempo en nuestra ciudad es un aliciente especial".

El trabajo de los ingenieros y resto de personal técnico se ha mantenido prácticamente estable desde el inicio de las obras porque, aunque la planificación inicial es la fase más propicia para estos empleados, se trata de una obra muy larga y compleja que no se desarrolla siempre según lo establecido al principio. Por el contrario, continuamente surgen complicaciones o circunstancias inesperadas. Aunque ya cuentan con ello.

Se han producido bastantes cambios del proyecto durante el desarrollo de las obras, como el soterrado el tráfico rodado en el cruce de Andrés Segovia, la nueva configuración de la estación de Alcázar del Genil tras la aparición de restos arqueológicos, los cambios en la zona de la Estación de Autobuses para hacer más peatonal el entorno o las continuas adaptaciones del proyecto en Camino de Ronda.

Además de todos estos cambios, muchos a petición del Ayuntamiento de Granada, lo que más complejidad técnica tiene y que apenas es perceptible para los ciudadanos, es el desvío de servicios afectados (canalizaciones, tuberías y cables que van enterrados).

Al abrir bajo tierra, cada día surgen imprevistos de cosas que no estaban en los planos y, por tanto, hay que buscar soluciones sobre la marcha.

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