Las empresas y administraciones públicas que participan en el proyecto del Metro de Granada se han planteado la seguridad laboral como un reto. Y hasta ahora se está superando, según indicaron ayer en las jornadas que abordaron la prevención en los riesgos laborales que afectan a los trabajos en esta infraestructura. Conferencias y demostraciones prácticas muy realistas pusieron de relieve los accidentes a los que se pueden enfrentar los 500 trabajadores de la obra y cómo combatirlos.

El director del Metropolitano de Granada, Francisco Ruiz Dávila, fue uno de los participantes en las jornadas El reto de la seguridad en el Metro de Granada, organizadas por la Confederación Granadina de Empresarios (CGE), en colaboración con la consejería de Empleo. Aseguró que se están cumpliendo los objetivos en materia de seguridad, lo que ha posibilitado que "no se haya registrado ningún accidente de trabajo grave hasta la fecha". Según Dávila, a ello contribuye la inversión prevista en materia de prevención y seguridad laboral, que asciende al 2% del presupuesto.

El director del Metro explicó que las acciones encaminadas a disminuir los riesgos en el proyecto se están revelando como "muy eficaces" y están organizadas por tramos de obra, donde "cada uno cuenta con todos los equipos necesarios para la prevención y un coordinador de seguridad propio".

En cuanto a los peligros que pueden surgir en el día a día de los trabajos, indicó que son "los habituales en una obra de construcción como ésta", aunque con el añadido de trabajar "en túnel".

Como un "ejemplo", consideró la labor en materia de seguridad laboral el Inspector de Trabajo, Fernando González García, quién también destacó el bajo grado de siniestralidad en una obra de tan magna envergadura.

Tampoco descuidan la prevención desde la CGE, donde se plantean esta cuestión como "una preocupación constante". Su secretario general, Salvador Frutos, apostó por la necesidad de "trabajar seguro" y "no bajar la guardia", a pesar de que las últimas cifras sobre siniestralidad reflejan datos más positivos.

Según la CGE, el casi centenar de participantes en las jornadas desarrolladas en el Pabellón Cultura de la Prevención del Parque de las Ciencias estuvo compuesto por técnicos y directivos de las empresas de prevención de riesgos laborales, servicios de prevención ajenos, mutuas y sobre todo, compañías del sector de la construcción, entre las que se encontraban las adjudicatarias de diferentes tramos del Metro.

Además de las ponencias, pudieron asistir a dos espectaculares simulacros para comprobar cómo hay que actuar en caso de que las medidas de prevención fallaran. El responsable de estas demostraciones prácticas y jefe de Seguridad de Puleva, Rafael Bretones, las calificó de "importantísimas" en "trabajos de especial peligrosidad como éste". La primera se llevó a cabo en un espacio confinado, donde se puede dar una "situación imprevista" como la rotura de una de las muchas tuberías del subsuelo de la ciudad, que podrían provocar la inhalación de gases tóxicos por parte del trabajador. Tan pronto se 'desvaneció' éste, se procedió al rescate a través del pozo de bombeo simulado.

No menos realista fue la representación de "atmósferas explosivas" donde se comprobó la combustión que puede surgir con la caída de tan sólo dos gotas de gasolina en el polvo y otros sedimentos tan habituales en la zona de trabajos del Metro.