Granada

Moneo y la nueva estación del AVE

POR fin está a punto de cerrarse el acuerdo entre el Ministerio de Fomento y el Ayuntamiento para el proyecto de la futura estación del AVE de Granada. Mucho se ha escrito de la polémica política que ha rodeado este proyecto, pero muy poco del proyecto y de su incidencia en el paisaje urbano de nuestra ciudad. Y es que la estación debe ser un gran edificio que además de verse tendrá que recordarse y causar deleite entre los futuros ciudadanos y visitantes que lleguen a la nueva puerta de esta ciudad abierta, culta y acogedora de tanta gente como es Granada.

Como es sabido el proyecto fue encargado por Adif al prestigioso arquitecto Rafael Moneo, único profesional español con el premio Pritzker de arquitectura (el premio Nobel de la Arquitectura). Moneo no solo realizó la primera y gran remodelación de la estación de Atocha para la llegada de los primeros aves desde Sevilla, sino que también está actualmente ampliando la misma, de la cual ya se ha inaugurado su primera fase. La obra de Moneo es tan extensa como premiada. Y en su ya dilatada y brillante trayectoria ha destacado tanto por su investigación y aportación docente como por equipamientos tan reputados como la Fundación Miró en Palma de Mallorca, el Museo de Arte Romano de Mérida, el Museo Wellesley en Massachusetts, la Casa de Cultura de Don Benito, el Museo de Arte Moderno y Arquitectura de Estocolmo, el Auditorio-Centro Musical de Barcelona, el Museo de Bellas Artes de Houston, la ampliación del Museo del Prado de Madrid, el auditorio y el Centro de Congresos Kursaal en San Sebastián o las referidas remodelaciones de la estación de Atocha en Madrid.

En los años ochenta del pasado siglo Moneo diseñó la ampliación de Atocha para la llegada del primer ave que partió de Sevilla a Madrid en 1992. Entonces como ahora, según Moneo, se trataba de propiciar el movimiento de la gente. En esta última actuación "no quería hacer algo que desvirtuara la anterior. Se trataba -subrayó- de aumentar la capacidad sin cambiar mucho su formato pero no hasta el extremo de usar los mismos materiales". La obra respeta lo ya hecho y rompe con el pasado a través del color: "El blanco permite marcar la diferencia con lo anterior (...) El blanco es el color más preciso y permite un mejor mantenimiento". Los techos son altísimos, el espacio diáfano: "Es un espacio muy hermoso de la ciudad porque no es privado, todo el mundo tiene acceso y luego está lo que el concepto de viaje supone en nuestras vidas".

El emplazamiento

La futura estación de Granada irá emplazada en los actuales terrenos de uso ferroviario de que dispone Adif, después de analizar tres posibles alternativas para su ubicación. La prevista por el PGOU de Granada, en la que la accesibilidad tenía muchas dificultades para entroncarse con la red viaria existente y la falta de superficie impedía ubicar el área de servicios y aparcamientos para los distintos medios de transporte que allí confluyen. En segundo lugar se había contemplado la posibilidad de mantener la estación en el emplazamiento actual. Pero fue desechada por los mismos inconvenientes, sumado al poco espacio que se genera en el actual acceso entre la avenida de los Andaluces y las calles Halcón y Jaime García Rojo. A ello había que unir el uso compatible del edificio existente con la ejecución de la nueva obra. Al final se optó por la ubicación junto al Camino de Ronda, donde no sólo se resuelven mejor los problemas anteriores, sino que ayuda a resolver ese importante espacio de la ciudad frente al Estadio de la Juventud hallando un entronque con la red viaria actual, el diálogo con las edificaciones colindantes y la conexión con una trama urbana bastante degradada, muy dispersa en el tejido urbano.

Los accesos

Esta ubicación permitirá el acceso por el Camino de Ronda, lo que mejora el servicio de transporte al centro de la ciudad, así como los accesos y salidas desde las autovías y el aeropuerto. Al ser una estación intermodal hay que resolver accesos, circulaciones y los flujos de salidas y llegadas de los distintos medios de transportes (bus, taxis, coches, metro, etcétera). El acceso por el Camino de Ronda se proyecta con dos rotondas de tres carriles sin cruces con semáforos y el aparcamiento aprovecha el gran desnivel existente desde el Camino de Ronda. Del mismo modo se recuperará una vía que conforma las calles Gonzalo Gallas', Alondra y Ribera del Beiro, con importante mejora de la red viaria de esta importante zona de Granada.

Por tanto la nueva ordenación urbana introducida por la estación constituirá la solución definitiva para tratar de formalizar los barrios de los Pajaritos y la llamada Barriada de la Juventud, dotándolos de un entorno adecuado de equipamientos que ejerce de solape y nexo de unión para ambas estructuras urbanas y que cierran la herida que durante años las ha separado.

El proyecto ubica la playa de vías y andenes a una cota inferior a la actual -esta parte podría sufrir alguna modificación si Fomento acepta la propuesta realizada esta semana por el alcalde-, no dando protagonismo formal a la cubiertas de la estación, conformando un plano horizontal que constituye un nuevo suelo ajardinado para la ciudad, un espacio abierto verde que posibilita la sutura y conexión de un tejido urbano fracturado actualmente y que mejorará todas las áreas de su entorno.

La nueva plaza frente a la estación ensanchará un punto crítico en el giro del Camino de Ronda hacia Villarejo, permitiendo nuevos espacios, usos públicos y una gran revitalización de la zona. La ciudad recibirá y despedirá al viajero desde un edificio con un mirador único en el mundo donde contemplar la Alhambra, el Albaicín y la Sierra granadina.

El interior de la estación

El interior de la estación se proyecta con una sucesión de bóvedas iluminadas cenitalmente mediante claraboyas luminosas, muy típicas de la arquitectura de Moneo (museo Thyssen, Museo de Mérida…) que suponen iluminación natural y por tanto ahorro energético. El color blanco y la luz cenital generan unos espacios de una luminosidad y una ligereza que huyen de toda retórica formal y sitúan el edificio en una arquitectura más purista, propia del siglo XXI, que no recurre al ladrillo visto y otros materiales típicos de las viejas estaciones del XIX. La integración del nuevo ferrocarril AVE en Granada, tendrá como elemento protagonista y singular el nuevo edificio de la estación. En él coincidirán los intereses de la arquitectura y su valor para dar uso a un edificio tan habitual y cotidiano. Será un gran volumen donde se intenta hacer olvidar la arquitectura y prevalecer la vida. Este volumen blanco de unos 11.500 metros cuadrados de planta albergará un amplio programa de necesidades distribuido en tres plantas. La de acceso por el Camino de Ronda se pretende convertir en un zoco organizado en torno a un amplio espacio a doble altura ocupado, en el nivel inferior, por el vestíbulo propio de la estación, lo que permitirá al viajero identificar de forma clara y directa la ubicación de los distintos usos y distribuir los flujos. La cafetería ocupa un lugar destacado desde el que admirar la Alhambra y la Sierra granadina. Lateralmente se distribuyen dos pastillas destinadas a oficinas que cierran el volumen dejando libre el frente y convirtiéndolo en una gran plaza-mirador.

En el nivel inferior al que se accede desde el vestíbulo principal se sitúan los usos propios de la estación: centro de viajes, zona de embarque, zona de llegadas, control de viajeros, área comercial, entre otros servicios. Será en este nivel al que se accederá de forma directa desde el tranvía y los aparcamientos. La llegada del viajero a la ciudad se realizará a través de una amplia pasarela desde la cual se observa el extenso espacio ajardinado situado sobre los andenes, cuya planta se sitúa en un tercer nivel inferior sobre el que destaca una esbelta estructura de arcos coronados por lucernarios que emergen de los jardines para dotar a este espacio subterráneo de luz. Aquí se generará con sus habituales mecanismos de ingreso y filtraje de luz una singular atmósfera espacial. El proyecto refleja los valores de la nueva arquitectura, con un gran espacio indoor en el que se desarrolla la vida urbana: programas, comunicaciones, relación, servicios...

Vías y andenes

Con respecto a las necesidades ferroviarias, la estación contará con ocho vías de tren de las cuales cinco tendrán ancho internacional y tres ancho convencional, aun con la posibilidad de adaptarse al ancho internacional si fuera preciso. Los accesos a los andenes desde los vestíbulos de salida y llegada se realizan mediante rampas mecánicas permitiendo un acceso fácil para el viajero. Moneo es un experto en poner en juego sus nociones acerca de una continuidad crítica de la obra arquitectónica y urbana, como demuestra en el Museo Romano de Cartagena, en el Ayuntamiento de Murcia o en la ampliación del Museo del Prado, abordando y resolviendo de manera espectacular la relación entre la ciudad y los edificios o equipamientos, como en el muy relevante ejemplo del Kursaal de San Sebastián.

"Descubrir la utilidad y los servicios que pueda prestar la disciplina es, a mi modo de ver, el quehacer que hoy debe de preocupar a los arquitectos. En otras palabras, la arquitectura puede ser aun una mediadora entre el hombre y la sociedad, sin traicionarse como disciplina". Estas palabras de Rafael Moneo pronunciadas en la Bienal de Arquitectura de Santiago de Chile en 1983 tienen todavía la capacidad de sintetizar lo que ha sido su perseverante postura arquitectónica.

Para Granada será un lujo poder contar con una obra de esta envergadura y de trascendencia para que el AVE no llegue a nuestra ciudad sin una estación a la altura de su historia. Ya que Moneo es una garantía para el proyecto dejémonos los granadinos de polémicas estériles y valoremos el gran efecto que supondrá para Granada y su provincia.

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