Granada

La radioactividad, más cerca de lo que parece

No hace falta vivir cerca de una central nuclear o que pase alguna catástrofe como la de Fukushima en Japón para estar expuestos a radioactividad nociva para la salud. Los campos electromagnéticos y la radioactividad están más cerca de lo que parece: en el ambiente, en los hogares y en los centros de trabajo. Y a la larga los malos hábitos pueden tener efectos negativos sobre la salud. Aunque no lo parezca, dormir cerca de aparatos eléctricos o trabajar rodeados de tecnología o ciertos materiales puede afectarnos.

Todo esto lo saben bien en la Fundación para la Salud Geoambiental, que celebra desde hoy un curso en el municipio granadino de Caparacena para explicar esta realidad. A lo largo del día, hay cientos de elementos con campos magnéticos y radioactividad ambiental. "Solemos estar pendientes de lo que se ve como antenas de móvil, líneas eléctricas o transformadores situados en entornos urbanos pero hay muchas cosas más", explica el vicepresidente de la Fundación, Fernando Pérez.

Con todo, no todas las radiaciones afectan por igual a la población en supuestos de igual exposición.

Pero luego hay realidades que no se conocen tanto pero que también son foco de radiaciones. "En casa, por ejemplo, los teléfonos inalámbricos con tecnología DEC generan radiaciones continuas y estar expuestos a ellas, por ejemplo mientras dormimos, a corta distancia puede generar problemas. Por eso no se recomienda dormir con el teléfono en la mesilla de noche, igual que tampoco hacerlo con el móvil o teniendo aparatos eléctricos o los simples electrodomésticos de la cocina al otro lado del cabecero de la cama porque generan un campo electromagnético que atraviesa las paredes. Tampoco se aconseja dormir cerca de lámparas alógenas o ciertos despertadores". Incluso el colchón de muelles puede afectar.

Los expertos han visto que personas que presentan dolores de cabeza o molestias al dormir solucionan su malestar simplemente cambiando la cama de posición.

En el trabajo, los ordenadores, aparatos tecnológicos e incluso la construcción del edificio generan campos electromagnéticos nocivos.

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