Isidoro Pérez, guitarrista y actual presidente de la Federación de Peñas flamencas de Granada, presenta esta noche su último espectáculo, Ida y vuelta, en el teatro de Pinos Puente. Estará acompañado por la bailaora Violeta Ruiz, el percusionista Manuel Vílchez, la flauta de Eloy Heredia, el cante de Iván El Centenillo y artistas como Luis Vives y Armando Morales. Será a las 20:30 en el Teatro Martín Recuerda de esta localidad.

-¿El nombre es casual o lleva implícita algún tipo de reivindicación de estas formas musicales?

-Para ser sincero no y, además, no me afectan esas consideraciones. Como sabe, el arte flamenco ha evolucionado tanto que muchos de estos estilos llamados menores y tratados dignamente se pueden considerar grandes comparados con el resultado mediocre de algunos experimentos flamencos basados en estilos básicos. Desde mi punto de vista, no están reñidos con lo jondo y desde un punto de vista musical-guitarrístico resultan tremendamente versátiles.

-¿Cómo ha sido el proceso de creación?

-Llevo algún tiempo componiendo este tipo de obras/piezas/toques porque me gusta el resultado y la musicalidad que conllevan; esto unido a la experiencia resultante de mi visita a Colombia de hace unos años, me dio la idea de hacer este viaje musical partiendo de toques flamencos en la Ida, soleá . Y en la Vuelta. Influenciado por los sones latinos, aparecen la guajira, la colombiana, la milonga,... para terminar con los toques característicos, alegrías…

-Sócrates decía que hace mejor las cosas el que sabe hacerlas que el que las hace bien, ¿es en ese sentido en el que usted entró a dirigir la Federación provincial de peñas flamencas granadinas?

-No creo que aquellos que me eligieron pensaran que la Federación tenía mucho que decir, y conmigo al frente, todo un desconocido, aún menos. Digamos que me comprometí con la Federación y con la Peña La Parra Flamenca, debido a las circunstancias sobrevenidas. Luego, el tiempo es el que tendrá que decir si he sabido hacer las cosas y valorar el resultado de esta experiencia mutua, de las peñas y mía. Tras cinco años al frente de la Federación, la verdad es que el apoyo a la gestión ha sido unánime hasta ahora, no sólo hacia mí sino también hacia la Junta Directiva.

-¿En qué estado se encuentra la Federación y la Confederación Andaluza?

-Gracias a aquellos aficionados que tuvieron la valentía y el coraje de crear ambas asociaciones en unos tiempos difíciles, con muchos menos medios, ahora se puede decir que tanto la Federación como la Confederación están en su mejor momento, yo lo tengo claro y con el permiso de los socios. Desde la Junta de Andalucía, las Peñas Flamencas somos un gran referente de coordinación, de colaboración y de responsabilidad. Tenemos varios proyectos en los que colaboramos en la práctica con un gran sentido de la corresponsabilidad: Circuito 8 Provincias, Certamen Andaluz de Jóvenes Flamencos, Circuito Flamenco en el Exterior, Festival de Lyón, Festival de Ámsterdam, el Circuito Flamenco Provincial por las Peñas de Graná...

-¿Gozan de buena salud las peñas flamencas de la provincia?

-A veces se entiende como buena salud el tener buena economía. Vivimos en una sociedad meramente capitalista y esto está llevando la crisis a todas las peñas, no por culpa de ellas, sino del panorama económico-flamenco. Este tema daría para un par de páginas del periódico pero haciendo síntesis, ¿cuándo han estado bien las peñas económicamente? Yo creo que nunca o en todo caso igual que ahora. Desde la perspectiva de la peña como organización de socios, pienso que está mejor pues, hay mucha afición, hay muchas peñas, 18 federadas en la actualidad y funcionando. También es cierto que esto es cíclico y me atrevo a decir que comienza un pequeño retroceso, no ya en el número de socios, sino en la participación y compromiso de éstos con sus peñas. Este es el auténtico indicador de la salud de las peñas. Algunas peñas se mantienen dada su trayectoria y su antigüedad y es más difícil que vengan a menos.

-Umbral escribía que ya no se podía respirar en un país tan politizado como el nuestro, ¿ocurre esto con el flamenco?

-Y yo digo que afortunadamente peores momentos hemos vivido. Recuerdo que para poder cantar en una reunión había que pedir un permiso especial al entonces gobernador civil, en la solicitud había que indicar las letras que se iban a cantar, aparte de indicar los DNI de los asistentes. La política, en su más noble sentido, es el arte de llegar a un consenso, un acuerdo. La democracia tiene sus reglas y tenemos que aceptarlas como un bien no como un mal. Es cierto que el flamenco también es gestionado desde la administración pública, no sólo de la Junta sino de otros organismos, Diputación, Ayuntamientos… ¿Esto significa que está politizado? Pues sí, cada organismo hace una política del flamenco distinta y yo, desde mi experiencia, me quedo con la de la Junta de Andalucía, porque es la única que ha respondido cuando he tocado a su puerta. ¿Se puede mejorar esta gestión desde la Junta? Desde luego… pero las hay mucho peores, ahora me refiero a Granada.

-¿Por qué en Pinos Puente?

-En primer lugar Pinos Puente es mi pueblo natal, tenía ganas de tocar ante mis paisanos. En segundo lugar, pues dado que Pinos Puente fue testigo de un hecho histórico, cuando un emisario de los Reyes Católicos consiguió hacer volver a Cristóbal Colón hacia Santa Fe tras reconsiderar aquellos su postura sobre la financiación para el viaje al nuevo mundo. Es un escenario ideal pues el viaje musical que propongo de Ida y vuelta, parte de y vuelve a Pinos Puente, además algunos de los temas están inspirados en estos lugares, como el Punte de Pinos, lugar donde se cree que se produjo ese encuentro. Agradezco la oportunidad al Ayuntamiento de Pinos Puente por haber entendido y considerado esta propuesta musical; desde 1981 también con motivo del 489 aniversario de las Capitulaciones no he vuelto con un concierto completo.