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De cínicos y buenos periodistas

  • Luis García Montero leerá hoy en la Biblioteca de Andalucía algunos fragmentos de un libro de Kapuscinski, donde muestra su forma de entender el periodismo

Habló de la pobreza con los pobres. De la guerra con quienes la sufrieron. Habló del periodismo con los buenos... Si Ryszard Kapuscinski (Bielorrusia, 1932 - Varsovia, 2007) es hoy recordado como el reportero del siglo XX es porque llegó a la conclusión de que sólo siendo buena persona podría ponerse en el lugar del otro. El escritor Luis García Montero leerá hoy en la Biblioteca de Andalucía -dentro del ciclo del Ateneo Textos en la encrucijada a debate- algunos fragmentos de una de sus obras más sobresalientes. El libro Los cínicos no sirven para este oficio. Sobre el buen periodismo recoge dos encuentros y una entrevista en las que el autor, historiador, ensayista, periodista y poeta relata con sencillez su forma de entender y hacer el periodismo. La lectura será presentada y coordinada por el periodista Alejandro Víctor García.

¿Cómo abordaría Kapuscinski, por ejemplo, la subida del IVA? García Montero imagina que él empezaría "por analizar la utilización del condicional de Rajoy: 'si fuera por mí yo no subiría el IVA pero si hay necesidad de subirlo no dudaría en hacerlo...'. ¿De qué manera encubren la verdad todos esos condicionales? Él buscaría el origen de la situación, le contaría a la gente las repercusiones que tiene en la vida cotidiana; cómo hay impuestos que son injustos porque pagan lo mismo ricos que pobres, y después seguramente se comprometería con una reflexión que buscase soluciones".

En un tiempo de sacudidas tremendas: en medio de guerras, revoluciones, crisis, corrupción, recortes sociales e injusticia, García Montero ha elegido a uno de los referentes más importantes del pensamiento contemporáneo. "Me parece que para una meditación sobre la democracia y la cultura es fundamental el papel de la prensa. Kapuscinski representa una manera digna de entender el periodismo en un momento de mucha dificultad". El escritor granadino explica que no se refiere sólo al caso extremo del centenar de periodistas que mueren todos los años sino a la dificultad cotidiana que deben hacer frente en su día a día: "Los profesionales están mal pagados. El oficio está cada vez más sometido a los poderes económicos. No hay separación ninguna entre poder mediático y económico. Las condiciones laborales son extremas. Los despidos son numerosísimos. Se intenta jubilar o despedir a los periodistas con experiencia para sustituirlos por becarios mal pagados a los que no se les da la posibilidad de formarse". Hay una situación laboral cotidiana, dice García Montero, "que más allá de las guerras está dañando mucho el oficio".

Kapuscinski, sin embargo, defendía que la "tecnocracia no puede sustituir la vocación". Para él era fundamental "sentirse involucrado". En sus libros sobre África o en el titulado La guerra del fútbol, el periodista repetía que para juzgar hay que estar ahí. "Creo que es fundamental", dice García Montero, "porque una vez que se está ahí uno se siente responsable de los otros, se identifica con él, y se acaba todo el relativismo, el cinismo y la indiferencia".

Por eso Kapuscinski dijo algo que no se enseña en las facultades de Periodismo. Sólo una buena persona puede ser un buen periodista. "Se refería a la ética de antes de juzgar comprender y antes de juzgar vivir la experiencia. No sentirse indiferente ante el dolor ajeno es fundamental y se puede definir con esa imagen popular de ser buena o mala persona. El periodista no puede ser cínico y el buen periodismo necesita de buenas personas".

¿Qué hay más: cínicos o buenos periodistas? García Montero explica que ha encontrado "de los dos" tipos. "Me he encontrado medios que instauran la calumnia, la agresividad y la mentira y gente muy honesta que está intentando ganarse la vida o no perder el puesto de trabajo sin perder la dignidad".

Pasa que últimamente quienes dirigen los medios son "más ejecutivos que periodistas". En El fin de una época, "Gabilondo habla de las dificultades de la profesión. Dice que el problema fundamental es que los medios han dejado de ser dirigidos por periodistas y ahora el verdadero director es el gerente. El gerente que busca financiación, el que busca audiencia y hacer negocio y no el que quiere conocer la realidad, jerarquizarla, constatarla o informar de la manera más objetiva posible al lector, al oyente o al espectador". García Montero propone que "deberíamos buscar la manera de que el periodismo fuera dirigido otra vez por periodistas y no por gerentes". Fundaciones o medios que utilicen las nuevas tecnologías con "rigor e independencia. Es complicado. Soy consciente de la situación personal de los periodistas, pero dentro de las posibilidades de cada uno la conciencia es fundamental". Una vía de escape para el buen periodismo es "dejar actuar honestamente a los cientos de periodistas que quieren cumplir bien con su trabajo".

García Montero critica que paradigmas de la sociedad contemporánea como la ciencia, el papel de los intelectuales o el periodismo estén ahora en tela de juicio. "Los paradigmas en la sociedad contemporánea se están viniendo abajo a través del descrédito y a mí me preocupa porque lo que debemos reinvindicar es la dignidad de los cimientos clave de la modernidad y no abandonarnos al todos son iguales".

Está en descrédito la ciencia cuando se la relaciona con los intereses de los laboratorios farmacéuticos o los de la industria armamentística. Y está en descrédito el periodismo al pensar que está gobernado únicamente por el poder económico. "Otro de los periodistas para mí de referencia, Ramonet, decía que si el periodismo surgió para viligar el poder hoy corre el peligro de convertirse en un mecanismo del poder para aplacar cualquier síntoma de rebeldía". Todo eso es "verdad", explica el escritor, "pero no me vale en lo referente a la ciencia, la política, los intelectuales o el periodismo decir que todo es corrupción y que no podemos creer nada". Todas son "fundamentales para la convivencia democrática: sin un buen periodismo no hay democracia. Sin una buena ciencia no hay progreso posible". Propone García Montero reivindicar las condiciones que permitan "que el ser humano pueda cumplir honestamente con su oficio".

Kapuscinski daba algunas claves: estudiar, investigar y profundizar. "Hay que profundizar y no quedarnos en las apariencias porque buscar la verdad significa romper las apariencias. La objetividad completa no existe pero entre una interpretación y una mentira hay mucha diferencia".

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