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Isabel Roldán: viaje de vuelta a Valderrubio

  • La Fundación Vilpomas muestra una colección de mosaicos y esculturas del artista granadino Eduardo Carretero y de la que fuera su compañera

De las esculturas de Eduardo Carretero nació su obra. Se unieron sus vidas y también su oficio. Los mosaicos de Isabel Roldán no existirían si no fuera por los pequeños trozos de mármol que su marido descartaba en cada una de sus creaciones.

Una exposición recorre la obra artística de Isabel Roldán, la que fuera compañera del escultor Eduardo Carretero y una de las primas favoritas de Federico García Lorca, con una colección de mosaicos y esculturas que realizó en una etapa tardía de su vida y que ahora se podrán ver en la Fundación Vilpomas de La Zubia. Con motivo de las fiestas del municipio, se inauguró ayer la muestra en la que se ofreció una lectura para recordar la figura de Roldán. "Un gran espíritu artístico la llevó a tocar la guitarra, cantar temas populares y más tarde dedicarse al mosaico", recordaba ayer Mariluz Escribano, "para realizar una obra que ha significado un prodigio lírico increíble".

Roldán creó a lo largo de su vida cerca de un centenar de mosaicos que se han expuesto anteriormente en muestras colectivas en Madrid. La Zubia acoge una colección de piezas que ha prestado el escultor granadino a la Fundación Vilpomas con el objetivo de recordar la creación artística de su mujer que anteriormente expuso en Fuente Vaqueros poco tiempo después de su muerte en 1985. Una de las grandes preocupaciones de Carretero es, casi por encima de su obra particular, conocer el destino que tendrán los mosaicos de Isabel, explicó Escribano, por ello ha decidido que después de la exhibición de las piezas en La Zubia donará la mayor parte de la obra de Roldán a la Casa Federico García Lorca de Valderrubio, según confirmó ayer Carretero a este periódico.

La exposición reúne quince moisacos en los que retrata paisajes de Málaga, una serie de monolitos y una pequeña colección de bustos de Carretero con los que ha querido completar la muestra. El trabajo de Roldán consiste en una labor artesanal, que conlleva un largo proceso de elaboración, y que se trata de confeccionar una imagen a base de pequeñas teselas de mármol de distintos colores. Con una apariencia similar a la de un cuadro, la artista utilizó una técnica particular que dista de los tradicionales mosaicos romanos y que tiene un acabado con una superficie no uniforme. La unión de las piezas se realiza sobre un soporte de madera, de manera que genera sombras y luces que aportan mayor realismo a los paisajes.

Escenas de pueblos de la capital de la Costa del Sol, como Ojén o Casares, y retratos de olivos y almendros definen la estrecha relación que guardaba con la naturaleza. La playa también se puede ver en su obra, pero de una forma más abstracta, en la serie de monolitos o mosaicos con volumen que ha designado con el mismo nombre pero que, en realidad, vienen a representar un bloque de pisos que edificaron delante de su casa de la playa.

La muestra se completa con una serie de figuras realizadas por el escultor Eduardo Carretero, reconocido por su extensa trayectoria y una obra repartida por todo el mundo, entre las que figuran piezas como el busto de Ramón y Cajal, que preside la entrada del hospital madrileño que lleva su nombre, y el de Federico García Lorca, que actualmente se expone en Valderrubio junto a otras de sus esculturas. Para esta exposición Carretero ha incluido una pequeña muestra de su trabajo para exhibirlo junto a los mosaicos, "queriendo siempre darle el protagonismo a la obra de Isabel". Bustos realizados en marmol y barro de de niños, un señor y una pareja, con un estilo más moderno son los que completan la muestra. Se trata de la última ocasión en la que Carretero exponga el trabajo de Roldán antes de que lo destine a Valderrubio. Por ese motivo, ha decidido acompañar a Isabel en su última travesía.

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