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"No he conocido, ni en sueños, a alguien como Manuel Ávila"

  • El biógrafo del cantaor refiere su arte mientras Montefrío le prepara un gran homenaje

Montefrío rendirá hoy un sentido homenaje al cantaor Manuel Ávila Rodríguez (1912-2012), que conquistó la Lámpara Minera en 1983, primeros premios en el Concurso Nacional de Córdoba, y así hasta un centenar de galardones por toda la geografía. El acto tendrá lugar esta noche a las 22:30 horas en el cine de verano de la localidad.

Luis Heredia 'El Polaco', el cantaor cordobés Juan Antonio Camino, el grupo de artistas jerezanos del barrio de Santiago liderados por Jesule de la Tomasa, junto con el veterano guitarrista Paco Cortés, uno de los más laureados del mundo del flamenco y el tocaor natural de Montefrío, Francis 'el Tomate', pondrán la nota musical de una velada que será conducida por el crítico de flamenco y escritor Paco Vargas, quien abrirá la noche con una conferencia sobre Manuel Ávila.

Uno de los grandes expertos en el cantaor es José Ávila García, nacido en Montefrío en 1938, pero residente en Madrid desde hace más de 40 años, y principal impulsor del flamenco en esta localidad. En Madrid frecuentó círculos literarios donde granjeó amistades con personalidades como Gabriel Celaya, Gerardo Diego, Fernando Quiñones o Félix Grande. De igual forma, fue amigo personal del legendario cantaor Pepe el de la Matrona, al que trajo a Montefrío en el año 68 como presidente del jurado de un concurso flamenco. Es autor de varios libros de poemas, libros de investigación histórica de su municipio natal y una biografía sobre Manuel Ávila.

-¿Cómo trajo a Matrona hasta Montefrío?

-Él me estaba agradecido por una serie de cosas y me dijo en cierta ocasión que si algún día lo necesitaba que se lo dijera. Dispusimos de organizar un concurso en Montefrío y la gente de aquí me dijeron que sería grandioso que Pepe de la Matrona pudiese estar como presidente del jurado. Se lo consulté y aceptó. Hay una anécdota que pasará a la historia: después del concurso, nos fuimos un grupo de aficionados hasta Vilanos (una zona que se encuentra en dirección Algarinejo) y Matrona estuvo cantando hasta las 7 de la mañana. Fue una noche memorable.

-¿Cuál cree que ha sido la valía de Manuel Ávila?

-Yo tengo dos visiones, la de cantaor flamenco y la de persona. Como persona era irrepetible, no he conocido nadie parecido a él ni en sueños, y me atraía de él casi tanto como su cante, su manera de ser, sus dichos, sus comportamientos. Como cantaor tenía mucho mérito porque nadie sabía nada de cante en Montefrío y lo aprendió ya mayor y prácticamente solo. Pepe de la Matrona me dijo de él "tiene la voz más cantaora que he oído en mi vida y una afición tremenda, está en el baño y cantando, si éste hubiera nacido en Sevilla o Cádiz hubiera sido el número uno".

-El primer disco que grabó Manuel Ávila fue patrocinado por usted, ¿cómo fue ese proceso de grabación?

-Fue allá por el 58 una de las veces que fue a Madrid pensé en grabarlo. Entonces se lo comenté a Pepe de la Matrona y él nos ayudó. Fuimos al Tablao Villarrosa, buscamos a Vargas Araceli de guitarrista y a su mujer para que echara palmas. Nos fuimos a un reservado, Manuel estuvo cantando tres horas sin parar, y entonces al día siguiente cogí los cinco o séis cantes que más me gustaron y me presenté en una casa discográfica en la Puerta del Sol que se llama Gramvox y allí me dieron la copia.

-Hablando de centenarios y aprovechando que usted lo conoció, ¿Por qué casi nadie se ha acordado de Celaya en su centenario?

-Porque ya casi nadie se interesa por la literatura. Fíjate que este hombre me terminó dando pena, era de familia pudiente vasca, estudió arquitectura y se dedicó a la poesía, como eso no dejaba dinero, el resultado fue que en los últimos años de su vida no tenía ni un céntimo, vivía en Ciudad Jardín por la calle López de Hoyos. Yo fui a verle al hospital varias veces. Se apagó su voz y casi nadie se ha acordado de él.

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