Actual

Pig Estudios se hunde en el silencio

  • El local de grabación ubicado en el edificio La Pirámide lleva cerrado desde el 23 de diciembre por orden de la Concejalía de Medio Ambiente

Cuando cierran una sala de conciertos el ruido que se forma es de bastante decibelios. Pero cuando lo hace un estudio de grabación se junta el silencio administrativo con cierto fatalismo. La Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Granada clausuró Pig Estudios el pasado 23 de diciembre y treinta bandas se han quedado sin un sitio en el que grabar sus discos. El local situado en el edificio La Pirámide de la Avenida de la Constitución estaba abierto desde 1996. 16 años y 400.000 euros de inversión después permanece en el silencio después de haber acogido a artistas como Estrella Morente, Lagartija Nick, Fila India o Cecilia Ann.

Según Javi P.P.M, propietario de Pig Estudios y uno de los músicos más reputados de la ciudad, nunca han tenido ninguna denuncia de los vecinos. "Todo lo contrario, la comunidad está encantada con nosotros porque antes se metían vagabundos a dormir o yonkis a pincharse y desde que estamos nosotros me dicen los vecinos que sus hijas pueden caminar seguras".

Según su versión, la Concejalía de Medio Ambiente aduce que en el semisótano de un edificio de viviendas no puede haber una actividad comercial, "pero no dicen nada de que no pueda haber un estudio de grabación".

Javi P.P.M. explica que, desde el principio, tenía claro que no quería ningún problema y que por eso gastó más del doble de lo necesario en la insonorización del estudio. "Podemos tener al grupo más burro de Granada al doble de volumen del que tocan, y si pegas la oreja a la puerta no se escucha nada", sostiene el cantante y guitarrista del grupo punk P.P.M. "En cambio hay locales que no cumplen los mínimos de insonorización y por la presión popular siguen abiertos".

Según el Plan General de Ordenación Urbana de 2000, en planta semisótano no puede haber un negocio "porque se supone que no se puede instalar una salida de emergencias". Según el productor, es un problema de denominación porque el estudio es, en realidad, un bajo a ras de suelo con las salidas de emergencias en regla.

Dice que lleva desde 1996 intentado poner en regla Pig Estudios. El Ayuntamiento nunca le concedió la licencia, al principio porque "faltaba un plano del proyecto", al año siguiente porque tenía que hacer una propia "rampa para minusválidos" desde el exterior del edificio... "Han sido excusas hasta que la solicitud de licencia para estudio de grabación caducó a los seis años", denuncia. En este momento, en 2002, tenía mucho trabajo con su grupo y daba una media de 120 conciertos al año, con lo que el proyecto perdió algo de vigor. Pero hace tres años, con la crisis, decidió dar de alta de nuevo los estudios. Medio Ambiente le respondió que su licencia tiene que ser de despacho profesional de audio, "que todavía no sé lo que es". Con todo, dice que siguió los cauces legales y, a los tres meses, entendió que la licencia estaba concedida por silencio administrativo. Así pasó un año hasta el pasado 23 de diciembre, cuando le llegó una carta del Ayuntamiento ordenando la "clausura inmediata del estudio de grabación". "El verdadero problema es que para este tipo de políticos la música moderna es ruido y problemas. Y creen que los músicos somos unos chorizos que vamos allí a fumar porros y beber cubatas", lamenta. "Mi abogado me dice que tenemos todas las de ganar porque cumplimos la ley a rajatabla, que cuando ganemos el juicio dentro de ocho años nos darán una cuantiosa indemnización, pero por entonces ya no me servirá de nada".

Ahora mismo, el único estudio que queda en la ciudad es el de Fernando Romero, que también tuvo sus problemas hace cuatro años, cuando decidió ampliar y montar el mejor estudio de Andalucía. "Se gastó unos 600.000 euros entre la obra y el equipo y la licencia se la dieron año y medio después", detalla un productor que, de momento, sigue pagando los gastos de Pig Estudios, unos 2.000 euros al mes entre alquiler, agua, luz, seguridad... "Intentan que este tipo de negocios se vayan a los polígonos industriales, pero hace poco grabé en un estudio de Nueva York que estaba en un piso 24", concluye.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios