El actor Antonio Dechent presenta esta noche en Darabenaz, Cortijo la Marquesa, la obra de teatro que podrá verse hasta el 20 de julio.

-La obra ha sido interpretada por mujeres, ¿por qué decidió adaptarla para un interprete masculino?

-Estaba buscando un monólogo para hacer y a lo mejor hace 40 años hubiera sido algo ridículo, pero creo que como digo en el texto "el dolor del amor no es patrimonio de género", y cuando me puse a investigar el texto vi que efectivamente es algo que los hombres no lo mostramos en público, pero en la intimidad podemos tener esos sentimientos y muchos más. La obra hará mucho por la igualdad de género ya que creo que los hombres somos igual de sensibles, igual de débiles e igual de enamorados que las mujeres.

-Al ser un monólogo y estar solo en el escenario, ¿cómo nota la diferencia con la televisión o el cine?

-La diferencia está en que al ser un espacio tan privilegiado yo no puedo mentir, y eso hay veces que me mosquea ya que yo me dediqué a esta profesión para mentir. Es un caso en el que el espectador me puede leer los pensamientos, entonces es un reto tanto para mi como para ellos, y después salimos todos un poco más vivos y conmocionados.

-¿Qué significado le da a todos los premios que han reconocido a las películas de su carrera?

-Yo creo que los premios, como decía Woody Allen, no significan que sea la mejor película, sino la favorita o la que más le gusta a la gente.

-¿Dónde se siente más cómodo, en cine, televisión o teatro?

-Depende de la serie, la película o la obra, pero digamos que en teatro domino más los códigos, se donde puedo agarrarme cuando tropiezo y en cine el director es quien te guía.

-Tal y como está la cultura, desde su punto de vista ¿cree que hay algún ámbito en el que se encuentre mejor?

-La cultura está ahora en el punto más bajo desde hace muchísimo tiempo. Nunca hemos sido nadie, pero al menos aunque no lo fuéramos, había algo de respeto. Pero ha llegado un momento en el que los políticos o los medios han conseguido que el público en general opine que los artistas son unos vividores y unos titiriteros.