"En estos momentos es inevitable hacer rock de denuncia"

Rosendo. Músico

Rosendo presenta esta noche en Atarfe su último trabajo, 'Vergüenza Torera'. La leyenda del rock vuelve a la carga con un cancionero de crítica social.

Rosendo regresa esta noche a Granada.
Rosendo regresa esta noche a Granada.
Andrea Kaiser Granada

23 de julio 2014 - 05:00

A sus sesenta años, el indomable rockero de Carabanchel vuelve a la carga con Vergüenza Torera, un trabajo en el que coloca los puntos sobre las íes a la actualidad social y política española. Más deslenguado que nunca, el madrileño arremete contra los responsables de la crisis y denuncia la falta de compromiso hacia la ciudadanía con estribillos como "es evidente, mienten/ continuamente mienten", de su primer single. Vergüenza Torera continua la estela de rock urbano y contestatario iniciado hace décadas con Leño, y en él despliega un repertorio de canciones críticas y letras altamente cuidadas. Tras varios meses de gira por España, el ex de Leño aterriza esta noche en el Coliseo de Atarfe con más fuerza que nunca, dispuesto a combatir la infamia a golpe de riff.

-¿Contra qué o quiénes empuña usted su guitarra?

-Contra todo lo que no me parece justo. Es muy doloroso ver lo que la clase política está haciendo al país. Me parece que lo han tomado como una causa personal contra la gente, y también contra los músicos y los artistas. Con la cultura se están ensañando también: nos castigan porque no les seguimos el juego.

-¿Se siente, de alguna manera, altavoz de las quejas de la gente?

-Mi labor es contar lo que veo a mi alrededor, y en este momento es inevitable porque es un abuso lo que están haciendo con nosotros. Pero no está en mi planteamiento ser altavoz de la gente, ni me quejo en nombre de nadie. Lo que sé es que la gente se siente bien cuando canta mis canciones porque las cree y las siente como yo.

-La expresión 'Vergüenza Torera' hace referencia al miedo de los toreros a decepcionar a su público: un miedo que supera el propio terror al toro. ¿A nuestra clase política le ha faltado esa vergüenza, esa consideración hacia la gente?

-Totalmente. La clase política no ha tenido vergüenza ninguna con los ciudadanos: está demostrado que sólo van a lo suyo y a favorecer al de al lado. Y el abuso ha seguido in crescendo y la mala leche también. Están poniendo el país patas arriba. Pero al menos me queda la satisfacción de decir lo que siento: las canciones están precisamente para eso.

-En los temas de 'Vergüenza Torera' se hace eco de la desilusión de la ciudadanía, pero en ocasiones también parece acusarla de su letargo. ¿Cree en la lucha popular?

-Entiendo que hay mucha gente que está peleando porque siente que están atacando sus derechos fundamentales. Pero de momento es inútil: hay una mayoría absoluta aplastante que está haciendo lo que le da la gana. A pesar de lo despistada que estaba la izquierda, no consigo entender cómo la derecha pudo ganar con tanta diferencia. Ahora lo que hay que hacer es espabilar para no repetir los errores, o los esquemas de antes. Si esto se corrige a base de dar el voto, tendremos que encontrar de una vez a quien lo merezca.

-¿Llegará el día en que no tenga que denunciar nada? ¿Alberga esperanza en el futuro?

-Para ver la luz al final del túnel primero hay que tomar conciencia de lo que está pasando. Y quien no esté contento con la situación, deberá tomar partido.

-¿La esencia del rock es la denuncia?

-El rock and roll es irreverencia y contestación, pero no es sólo eso. Lo que ocurre es que ahora es inevitable denunciar. En mi caso, la situación me superó: no pude contenerme. Pero la filosofía del rock incluye muchas más cosas, y también puede ser muy divertida y amorosa.

-¿Hay espacio en España para la canción crítica?

-Hay espacio para la crítica, lo que no hay es visibilidad. Hoy en día hay mucha gente diciendo lo que hay que decir, pero nadie se compromete con cosas que dan problemas: ni los medios oficiales ni las compañías de discos. Es la historia de siempre.

-¿Cómo le ha afectado la crisis a su trabajo?

-Como a todo el mundo. Llevamos cuatro años trabajando al 50% de lo que veníamos haciendo unos años atrás. Esto es una cadena: todos estamos atados al mismo carro y sufrimos las mismas consecuencias.

-¿Acepta el estatus de leyenda al que le consagran, o es algo que le incomoda?

-Es curioso, porque con esto siento que mi vida va a la inversa. Me gustaría haber sido "una leyenda" y tener facilidades y apoyo cuando era joven: lo hubiera disfrutado mucho más y mi carrera hubiera sido más llevadera. Pero claro, todo ha sido al revés: lo pasé bastante mal de joven y ahora, que estoy a punto de jubilarme, estoy teniendo bastante éxito. Es algo que no acabo de entender (ríe). Pero bienvenido sea. De alguna manera siempre he querido dedicar mi vida a lo que me gusta, y digamos que casi lo he conseguido (ríe).

-¿En qué ha cambiado Rosendo en los últimos veinte años?

-Aparte de la barriguita que me ha salido y lo difícil que empieza a ser mover la maquinaria, no siento que nada haya cambiado demasiado. Mi espíritu sigue siendo el mismo. Hay veces que la experiencia no sirve para nada, ni para dejar de equivocarte. Así que prefiero no darle muchas vueltas a eso del tiempo y seguir dejándome llevar.

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