Juan Torres Colomera comienza Asesinato en la Alhambra (Editorial Nazarí) cuando aparece muerto en la cripta del Palacio de Carlos V un violinista búlgaro que iba a actuar en el Festival de Música y Danza de Granada. "Pero no lo mataron por desafinar", apunta entre risas el autor que ayer presentó la novela en la sede de la Asociación de la Prensa. La precisión con que se ha cometido el crimen y la aparente ausencia de un móvil hacen que los inspectores Narváez y Molina persigan a un criminal que se ha vuelto invisible y les hace dudar de su existencia...

-Un violinista búlgaro aparece asesinado en el Festival de Música y Danza. Es de esperar que cuando lea la novela el director, Diego Martínez, sentirá un escalofrío como ningún otro lector...

-Todo lo contrario. Se ha interesado mucho por la novela y le ha encantado que el Festival tenga un protagonismo importante en una historia de intriga y suspense, aunque más que el propio Festival es el Palacio de Carlos V el lugar de los hechos.

-¿En qué tradición de investigadores se pueden encuadrar Narváez y Molina, en la senda de Marlowe o Sam Spade o algo más patrio como el detective Arteta de 'El Crack'?

-Yo no los compararía con ninguno de ellos ya que los inspectores de mi novela tienen un estilo propio. Si acaso se les podría asignar alguna característica en la línea de investigación, pero si tuviese que acercarse a alguno de ellos sería a Arteta de El Crack. Marlowe y Sam Spade son prototipos de la novela negra americana, duros, bebedores, adjetivos de los que carecen mis personajes, digamos que serían una especie de Arteta actualizado.

-¿Aparecen personajes reales de Granada en la novela?

-No, no, ninguno. Como dice un conocido mago, todos son producto de mi imaginación.

-Si esto ocurriera en realidad, ¿cómo reaccionaría la ciudad? ¿Cómo queda esto plasmado en la novela?

-Como todas en las que se produce un crimen y no es demasiado grande. El impacto social es mucho mayor en una ciudad pequeña como Granada que el que sería de suceder en Madrid, por ejemplo. Con el paso de los días este efecto se va atenuando y la ciudad pasa a ser mera espectadora de los acontecimientos, aunque eso sí está al tanto de lo que va sucediendo hasta la resolución del caso.

-Chus Gutiérrez dice que de rodar una película en Granada haría una de misterio. ¿La ciudad también da para una de intriga por ese carácter cerrado que dicen que tiene?

-Cualquier lugar puede dar para una intriga, pero es verdad que hay lugares más propicios para ello. Granada lo puede ser por su concepción como ciudad, sus barrios más tradicionales, el entorno de la Alhambra, el Albaicín... Si a Chus le gusta mi historia no habría problema por mi parte.

-Dice que 'Asesinato en la Alhambra' aúna pasado y presente, historia y leyenda... ¿Cómo se imbrica esto en el texto?

-La propia ciudad lo propicia. Granada es una ciudad cargada de historia y de acontecimientos muy relevantes desde hace siglos. Es difícil no reflejar algo de ese ambiente en una novela aunque sea de temática actual.

-La película 'Grand piano' era una cinta de intriga con un célebre pianista como protagonista. En su caso, ¿que el protagonista sea un músico tiene una razón en la trama?

-En realidad en mi novela el protagonista no es el músico asesinado, pues obviamente aparece sólo al principio y si lo hubiese sido, en ningún caso es asesinado por desafinar… En realidad el músico es solo una pieza en este puzzle que es la trama.

-¿Por qué ha elegido el evento más granadino de todos los que se celebran para comenzar la trama?

-Porque fue presenciando un concierto del Festival cuando me surgió la idea de esta historia. No hay otra razón especial, aparte de que evidentemente supone un atractivo añadido situar en este marco tan sugerente cualquier relato. También la dimensión internacional y la importancia de este Festival, añadía interés a la idea inicial.