Labase Martínez. músico

"Una actividad ética es fundamental para un proyecto innovador"

  • El bajista de Red Soul Community y DJ dirige con Cristina Barrón un café de comercio justo dedicado a la cultura jamaicana.

Desde Subterritorios iniciamos una serie de conversaciones con artistas y profesionales con los que colaboramos en el territorio común de la arquitectura. Labase Martínez es un músico y dj que lleva años consolidando y ampliando la cultura musical jamaicana desde Granada, y cuyo prestigio le lleva a girar por toda Europa con sus diferentes proyectos musicales.

-Existe una confluencia de estilos musicales procedentes de la cultura jamaicana, y tú además estás en diferentes proyectos musicales, tu trabajo como pincha y tu grupo, ¿por qué no me aclaras cuáles son esos proyectos y a que estilos responden?

-Tras 15 años involucrado en diferentes proyectos relacionados con la música jamaicana, he podido trabajar en diferentes etapas como pinchadiscos, organizador de eventos o bajista, todos dedicados a difundir y comunicar la riqueza musical de la "isla del tesoro", especialmente la de los 60 y 70 con sonoridades como ska, rocksteady, reggae primerizo, mento, calypso o r&b jamaicano. Actualmente con Red Soul Community, mi actual y más sólido proyecto musical nos centramos en el Rocksteady y el primer reggae, desde una perspectiva "revival" abierta, aunque respetuosa con ciertas sonoridades.

-¿ Y como pinchadiscos?

-Nunca pierdo el sonido original. Cuando subo a la cabina pincho exclusivamente vinilos de 7 pulgadas británicos y sobre todo jamaicanos registrados en la época original. Esto me ha permitido viajar por toda Europa disfrutando de mi gran pasión.

-Existe una serie de ideas preconcebidas en la gente que no conoce este mundo sobre lo que es la música y cultura jamaicana. Estas ideas no se corresponde con lo que hemos podido comprobar al conoceros. ¿Sufres estas ideas preconcebidas? ¿Qué significa para ti toda esta cultura?

-Alrededor de 60 años de desarrollo y evolución de la cultura musical jamaicana significa, por propia lógica, el surgimiento de diferentes ramas y variables sonoras, diversas estéticas y multitud expresiones temáticas en ella a lo largo del tiempo. El periodo que yo trabajo está muy alejado del concepto generalizado con el que se identifica comúnmente el Reggae y tiene mucho que ver con las sonoridades norteamericanas que llegaban a Jamaica en la década de los 60 desde Norteamérica: Soul, R&B... que tuvieron una influencia tremenda en la Isla. Y, en segundo lugar, con las culturas juveniles ligadas y surgidas en torno a estos sonidos en Reino Unido, 'Mods' y 'Skinheads', que acogieron estos sonidos como propios, así como a la comunidad jamaicana emigrada, que además "prestaron" su estética elegante a parte de los seguidores de estos ritmos en esta parte del Atlántico.

-Una música tan arraigada a un territorio y una cultura no debe ser fácil de integrar a la cultura propia, tan distinta, además de no ser una de las corrientes locales que funcionan bien, como el pop o el rock. ¿Cómo se lidia con proyectos musicales de estilos desconocidos incluso para un público consumidor de música independiente?

-Especializado y en constante cambio, debido a la particularidad de una ciudad pasajera como es Granada. A la vez que minoritario y muy selecto. Lo que no choca con el trabajo realizado durante todos estos años por mi colectivo, Reggae Warrior Crew, para popularizar el género dentro del territorio andaluz. Nuestro fin siempre ha sido acercar estos sonidos a una proporción de público cada vez mayor y crear una escena en torno a estos ritmos a través de eventos, actividades y encuentros especializados.

-El invierno pasado arrancaste junto a Cristina Barrón el proyecto Dulcimena Coffee & Go en El Realejo. El nombre es el de una canción jamaicana especial para vosotros y un homenaje a esta cultura, ¿cómo se trasladan estas ideas a una cafetería?

-La música es vida y la vida es música . Cualquier proyecto en el que estemos involucrados debe participar de esta filosofía. Nuestro objetivo era transformar un espacio en un lugar donde desarrollar una actividad en torno al mundo del café en el cual la música tuviera un protagonismo importante, a nivel estético y ambiental. Disfrutar de un entorno cálido, acogedor y relajado, a pesar de visitar un espacio "para llevar"

-Teníais muy clara la localización, en el Realejo, y una forma de trabajar: tienen que ser unos cafés y no otros, no estáis dispuestos a vender según que marcas de refrescos, y tenéis claros cuales debían ser los productos de reposteros locales. En el estudio observamos un compromiso mas allá de lo comercial en vuestra forma de trabajar que determinó también como debía ser el espacio, el uso de materiales, el proceso de obra...

-Desarrollar una actividad ética es fundamental para apostar por un proyecto innovador y, en cierta medida, arriesgado. Y para nosotros lo es el trabajar con productos de la máxima calidad, ecológicos, de comercio justo... o fomentar la economía de barrio y proximidad respetando, en la medida de lo posible, el entorno.

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