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Spora culmina con jardines callejeros

  • La Primera Muestra Internacional de Arte Efímero concluye con una intervención de Teresa Vida en la Fuente de las Batallas

Y la Fuente de las Batallas se llenó de jardines mínimos, imprecisos, voluntarios, efímeros. De esa forma concluyó ayer Spora, la Primera Muestra Internacional de Arte Efímero que se celebró la pasada semana en Granada. La artista española residente en Alemania Teresa Vida propuso que los viandantes plantaran pequeños jardines en cajones de apenas medio metro cuadrado de superficie en los alrededores de la fuente para cambiar temporalmente el aspecto del centro de Granada. A juzgar por el grado de participación, los viandantes se divirtieron con la propuesta. Era la forma de Teresa Vida de reivindicar más contacto con la naturaleza en el centro de Granada.

Tanto adultos como niños que pasaban por la zona en ese momento atendieron gustosamente las explicaciones de Teresa Vida y participaron en su idea. Plantaron sus flores en las pequeñas jardineras que rodeaban la fuente y transformaron el paisaje. Vida demostró con ello que es el ciudadano de a pie el que puede en un instante alterar el perfil de su ciudad y embellecerlo a su gusto.

La intervención, que se llevó a cabo a mediodía, tuvo la misma tónica que todas las que han conformado la primera edición de este certamen: los artistas no sólo interactúan con el entorno urbano de Granada, sino también con sus habitantes. Al igual que sucedió con la propuesta de Pilar Soto y Amada Rodríguez de teñir el río Darro de rojo, y que despertó la curiosidad de todos los transeúntes que pasaban por allí, Teresa Vida también estuvo conversando con todos los curiosos que se acercaban primero para preguntar qué era aquello que sucedía y luego, algunos, para participar plantando flores en las jardineras o acercando a los pequeños para que vieran cómo se hacía.

Los responsables de Spora se sienten muy satisfechos de los resultados de esta primera muestra de arte efímero en Granada. "Nuestro objetivo era situar el arte a la vista de la gente y, más allá de eso, que pudieran hablar artistas y transeúntes", señaló ayer Ana García López, la comisaria de la muestra. "Todas las acciones han contado con gran cantidad de público que, advertido o no de lo que iba a ocurrir, se ha parado, ha preguntado y se ha interesado en lo que estaba ocurriendo. La muestra ha sido un éxito".

Otro de los objetivos que se han cumplido en esta primera edición de arte efímero fue "el buen equilibrio entre arte, nuevas tecnologías y tradición". Según Ana García, "esos tres conceptos pueden llevarse bien y convivir en armonía", tal y como los artistas que han participado en el proyecto demostraron a lo largo de toda la semana.

Ante el interés que ha despertado entre el público en general la idea de convertir la ciudad en escenario de ideas transgresoras o realizar intervenciones en lugares poco comunes, los responsables de Spora anunciaron ayer su intención de comenzar a preparar una nueva propuesta para el año que viene. "Aunque no se pueden anunciar aún, habrá grandes novedades", señaló Ana García López.

La Primera Muestra Internacional de Arte Efímero de Granada comenzó el pasado 18 de diciembre y, durante cuatro días, llenó a la ciudad de sorpresas llevadas a cabo por artistas tanto nacionales como internacionales. Todas las obras se realizaron a la vista de los viandantes, en un eje comprendido entre el Albaicín y el embarcadero del río Genil, según explicaban ayer los organizadores en un comunicado. El Carmen de la Victoria, el Palacio de los Córdova, el Paseo de los Tristes, la Fuente de las Batallas, el antiguo cine Aliatar y el embarcadero del río Genil fueron los espacios elegidos por los artistas para desarrollar sus proyectos.

Uno de los más curiosos fue el que realizó el colectivo granadino MIGA, que eligió la fachada del antiguo cine Aliatar para proyectar sobre ella el audiovisual VX101, una obra que fue expresamente creada para la ocasión y que sorprendió a los transeúntes que se encontraban en el centro de Granada la noche del sábado, después de haber realizado sus compras. El arte ya no está en el estudio de un pintor ni en un auditorio. También se puede respirar en plena calle, así de golpe, por sorpresa y sin haberlo buscado, en el mismísimo centro de la ciudad.

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