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Una visión del mundo

  • El catedrático Jacinto Martín recupera las 'Glosas de la sabiduría' del poeta judío toledano Sem Tob de Carrión, respetando la estructura métrica original

Por extraño o contradictorio que nos pueda parecer, existen clásicos literarios de los que apenas hemos oído hablar. Obras ignoradas en secundaria y desterradas de los estudios universitarios, pese al enorme saber y la gran calidad que atesoran. El catedrático de Lengua y Literatura Española, Jacinto Martín, ha estudiado en profundidad una de ellas. Se trata de las Glosas de sabiduría, conocida como Proverbios morales, del poeta judío toledano del S. XIV Sem Tob de Carrión, que con cuidado y esmero ha publicado la editorial Dauro.

Esta edición es novedosa, no sólo por rescatar un libro que actualmente resulta difícil de encontrar, sino porque Jacinto Martín en colaboración con Antonia Ruiz Herrador y Laura Pérez Torres ha incluido, junto al texto original, su adaptación al español de hoy, respetando -y esto es algo de enorme mérito- la misma estructura métrica utilizada por el autor.

Glosas de sabiduría es una de las pocas obras escritas en lengua romance por un autor judío, que tanto para árabes y judíos como para cristianos viejos o conversos era un manual de moral. El libro sintetiza motivos, temas y recursos de la poesía castellana escrita por cristianos, y de la poesía semítica. Tiene por tanto el valor añadido de constituir una muestra de lo que fue la relación enriquecedora entre las tres culturas, cuyas esperanzas de entendimiento perdurable -que expone Sem Tob en la obra- quedaron desgraciadamente truncadas poco después de su aparición.

Surgen en las Glosas temas enraizados en la literatura medieval como el poder igualador de la muerte, la rueda de la fortuna y la importancia de la fama que trasciende más allá de la vida; coexistiendo con la crítica satírica hacia algunos oficios como el de los jueces; y utilizando símbolos como las tijeras para aludir a la amistad; sin embargo cada estrofa está tamizada de cierta ambigüedad que le da al texto un carácter cautivador y muy personal.

Si además añadimos lo que venimos llamando en enseñanza la educación en valores, estas glosas pueden convertirse, como dice el prólogo del escritor y profesor Jacinto Martín, en un manual de educación para la ciudadanía. Precisamente, el didactismo sentencioso medieval de esta obra deja un amplio espacio a la reflexión y a la meditación, estableciendo un debate sobre la realidad y sus distintas caras: el haz y el envés de las cosas. Sem Tob, que vivió en una sociedad capaz de acoger lo unitario dentro de lo plural, nos asoma a una visión del mundo enigmática y ambigua, mestiza y enriquecedora, cuyo principio básico es la relatividad. De manera que hay una exaltación de la duda permanente: "si el viento se levanta,/seguidamente observo/que la candela apaga/y se aviva el gran fuego"; incidiendo en la idea de que el bien existe porque también existe su contrario: "no puedes coger rosas/ sin tocar sus espinas/la miel es dulce cosa/ pero no sus vecinas". Así el halago a la aventura o el reproche al imprudente conviven bajo la misma ley de la antítesis.

Sus glosas contienen una estilización estética basada en ricas metáforas y comparaciones donde se distingue de manera clara el vicio de la virtud. Dice Sem Tob contra la codicia: "Y el placer de tener/más bienes es menor/que el miedo de perder/lo que tanto costó". A la virtud se llega a través de la sabiduría. El autor hace una exaltación de la inteligencia sin preocuparle el dolor que puede derivar del conocimiento. Sem Tob conoce el valor de la amistad y la compañía que suponen los libros y no se cohíbe en criticar ciertos vicios tan antiguos como contemporáneos.

Jacinto Martín ha puesto el título apropiado al libro, no sólo porque como señala en el prólogo, así las llama el propio autor; sino porque cada estrofa se convierte en una explicación. El toledano no expone una compleja filosofía, pero sí una educación para la vida cotidiana; una sucesión de ideas rápidas y vertiginosas repletas de ingenio, donde se intercalan temas trascendentales como la eterna insatisfacción del ser humano, con la conveniencia del callar o el hablar a través de ciertos paralelismos antitéticos. Se advierten ecos de proverbios de raíz popular o de refranes que quizá hayamos escuchado a nuestras abuelas: "la lengua es un caudal, sabiéndola manejar".

Cada reflexión es digna de un aluvión de pensamientos. Es una suerte que Jacinto Martín y la editorial Dauro nos hayan puesto estas glosas al alcance de la mano, preparadas para no dejar indiferente a nadie y para adentrarse en el conocimiento y en la gracia y el ritmo de sus versos.

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