Ni los rocambolescos guiones de Tim Burton serían capaces de reproducir idéntica fábrica de juguetes. Cuando el sol se esconde y hay un número de niños suficiente para cerrar las puertas, el Parque de las Ciencias se llena de naves espaciales, máquinas de oleaje, sirenas, payasos, guitarristas, pájaros, gárgolas y violinistas... Todos cobran vida en la exposición Autómatas. Teatro Mecánico y los talleres de autómatas y Juguetes conCiencia que hoy, mañana y el 2 de enero abren al público en el museo en un horario especial de 18 a 21 horas por sólo dos euros.

El recorrido comienza en la exposición de más de cuarenta autómatas que aúnan arte, ciencia y música en el pabellón Tecno Foro, donde se dan cita obras de artistas internacionales de distintos puntos del mundo como Rusia, Londres y Colombia. En ella, no se sabe muy bien dónde acaba la madera y dónde comienzan la carne y el hueso porque parecen respirar por sí mismos.

Cabaret Mechanical Theatre, la compañía granadina Etcétera, el colombiano Carlos Zapata y los rusos Sharmanka Kinetic Theatre muestran a los niños los engranajes y manivelas que ponen en movimiento a toda clase de muñecos. Cada uno lo hace a su manera: Zapata los fabrica reivindicativos, y Sharmanka, repletos de una hipnótica belleza, pero todos ellos consiguen trasmitir por igual una idea de sencillez escondida en la complejidad de su técnica.

De entre todos ellos, llaman especialmente la atención tres instalaciones del grupo ruso que son tres composiciones teatrales surgidas de la unión de autómatas con iluminación y música. Con los nombres de Circo ambulante, Teatro cinético gótico y El Arca de Noé, su hilo conductor gira en torno al conflicto del hombre con la vida y la muerte.

Etcétera, compañía dirigida por Enrique Lanz, vuelve un año más a participar en la iniciativa del Parque con La serva padrona, El violinista y una proyección de El Retablo del Maese Pedro, con la que hace poco consiguió el premio como Mejor Director de Escena.

Juegos participativos

Los espectadores pasan a ser artistas con dos talleres que buscan la creatividad de, especialmente, los más pequeños. La idea de los talleres que el Parque ofrece en Navidad es "desarrollar la imaginación de los niños para construir su propio juguete", explica Paz Posse, jefa del departamento de Educación del museo. "Con materiales de desecho como recortes, poliespán, cartón, gomaespuma y palillos chinos -que serán el eje del cuerpo del autómata- pueden construir su propio juguete y llevárselo después a su casa".

La idea no es darle a un botón y mirar sino descubrir, experimentar e investigar los principios básicos del movimiento para ponerlo en práctica en sus propias creaciones a través de engranajes, articulaciones, ruedas dentadas, levas concéntricas y manivelas. Ocurre tanto en el taller de Autómatas como en el de Juguetes conCiencia, donde ayudados por monitores los espectadores aprenden cómo es el funcionamiento de un autómata, con toda su mecánica, y a construirlo.

El taller de juguetes, en el hall del Parque, enseña, por ejemplo cómo dos imanes pueden pegarse o repelerse, cómo es el sonido de un tubo, de qué forma ocurre en el cine el movimiento dibujando en las esquinas de un cuaderno una determinada escena, cómo la energía solar es capaz de mover un coche de juguete o cómo surgen las pompas de jabón. Un cohete, explica Posse, es "el fin de fiesta del taller" que algunos niños intentan lanzar hasta el techo del Parque con la fuerza del aire.