Rosa León. Cantante

"Llevaba mil millones de años sin sacar la guitarra"

  • La cantante inaugura en el Hotel Oniria el ciclo 'Veladas literarias' hablando de sus recuerdos y vivencias de poetas como Rafael Alberti o Ángel González

Rosa León fue para los niños en la década de los ochenta lo que Joaquín Sabina es ahora para los adultos. Ayer inauguró el ciclo Veladas Literarias que se celebrará durante los meses de verano en los jardines del Hotel Villa Oniria organizado por la asociación cultural Granada13artes. Habla rápido mientras recuerda a poetas a los que ha puesto música, como Rafael Alberti, Ángel González o Gabriel Celaya. Actualmente dirige el Instituto Cervantes de Casablanca.

-¿Su guitarra le mira con ojos suplicantes?

-La tengo en casa. Últimamente la he sacado y la he tocado un poco después de mil millones de años. Me mira con mala cara como diciéndome: " ¿Donde estabas?". De repente, la querencia e s la querencia y necesito acercarme a mi guitarra para no perder el norte de quién soy y de dónde vengo.

-¿Necesidad vital?

-No tanto necesidad vital como necesidad intelectual, es no perder las raíces.

-¿La necesidad vital y la intelectual van por separado?

-No sé cómo se mezcla, lo que sí sé es que ahora estoy en Casablanca dirigiendo un Cervantes y de vez en cuando pienso que no debo olvidar qué hacía. No quiero tener dos vidas diferentes, quiero que se puedan llevar bien estas dos vidas.

-¿Se pueden compatibilizar estas dos vidas dirigiendo el Instituto Cervantes?

-Es un regalo. Agradezco la llamada que me hizo Carmen Caffarell para hacerme cargo de esta institución. Es apasionante, el Cervantes es de los sellos que mejor se han vendido en el exterior, tienen una imagen increíblemente buena y dirigir un Cervantes es saber que enseñas la cultura de España. Es un lujazo de trabajo, pero pese a todo he sacado la guitarra y ahí la tengo, me mira.

-¿Por qué molesta a cierto sector de la población que los artistas se tiren al ruedo político? En algunos medios se ha llamado esto el 'willytoledismo' de la política...

-Ya, pero yo respeto las ideologías y las creencias de cada uno. Imagino que cuando eres de una determinada forma de pensar y sale alguien con un poder mediático para decir algo que no quieres oír pues no te gusta, pero yo no le daría mayor importancia. Lo primero que hay que hacer es respetar a cada uno haga lo que haga siempre dentro de los límites de la ley. Una vez dicho esto, si eres artista, profesor o médico, estás en un tu derecho de decir lo que quieras privada o públicamente. No pienso que por ser actor o cantante tengas que hacerlo o no, igual que no lo pienso de un médico. Todo el mundo tiene derecho de expresar sus convicciones políticas.

-Ha sido concejal del Ayuntamiento de Madrid por el PSOE entre 2004 y 2007. ¿Si hubiera que poner banda sonora a este periplo sería el 'Resistiré' del Dúo Dinámico?

-Pues sí, francamente, me gusta el título.

-¿Eso es valentía política?

-Es valentía. Renuncié al cargo de concejal porque en primer lugar el futuro que veía era ser político en la oposición. Me quedé tras perder las elecciones porque si me había metido en listas me parecía ético quedarme. Pero en la segunda legislatura no me veía otros cuatro años en la oposición. La verdad es que me gusta y me divierte mucho la política, me apasiona, pero la política de la gestión de lo positivo, no la política de vigilar qué hace el otro. Es seguramente porque he estado en la gestión de la cultura mucho tiempo.

-¿Cómo deben convivir la iniciativa pública y la privada en la gestión cultural ahora que se cuestiona incluso la función del Ministerio de Cultura?

-Perdóneme, pero no es una pregunta, es una declaración de principios de qué debe ser una política cultural en democracia. A mí me da igual que se llame Ministerio de Cultura o subsecretaría de lo que sea, lo que me importa es un proyecto político que tenga cara y ojos, que tenga sentido. Lo que exijo es un proyecto.

-¿Si un día decidiera ponerse lentillas correría el riesgo del que el público podría no reconocerla?

-Me puse lentillas hace 15 años y me hice una úlcera en un ojo. Ahora me acaban de regalar unas desechables pero me aterra ponérmelas. Claro, si me quito las gafas no me reconoce el público. Pero lo peor es que no me reconocería ni yo, lo que da para un psiquiatra.

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