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ARCO, muchas expectativas, poco rigor

Se han hecho oficiales las incorporaciones a la Feria Internacional de Arte Contemporáneo, ARCO, para esta edición que se celebrará en febrero y que tendrá a Rusia como país invitado. Como en años anteriores, la noticia es esperada con expectativas por las manifiestas sinrazones habidas en los últimos años y que ha dejado fuera del catálogo oficial a galerías de importancia por historia y recorrido, mientras admitían a otras de muy dudoso interés, baja significación y escasa apuesta por lo contemporáneo. Muchos han sido los ejemplos; algunos de los cuales nos han pillado muy de cerca. La culpa de todo la tiene un comité seleccionador formado por galeristas, que se convierten en jueces de lo que hacían o dejaban de hacer sus compañeros de profesión. Parcialidad en unas actuaciones que han hecho mucho daño, que han jugado con los intereses económicos y, lo que es peor, con la dignidad profesional de unos galeristas que han visto menoscabados sus proyectos por la arbitrariedad de un comité cuya ecuanimidad ha brillado por su ausencia. Por eso, en Andalucía, la nómina de galerías que fue, al principio de los años primeros del siglo, bastante numerosa, decayó de buenas a primeras hasta dejar sólo a Rafael Ortiz, como único representante o, a lo sumo, con presencias intermitentes de Sandunga y Alfredo Viñas, mientras se incluían, nadie sabe respondiendo a qué criterios, espacios expositivos de nuevo cuño, escasa notoriedad y claramente alejados de lo que se supone es la realidad de la profesión.

Para la edición que se celebrará el próximo febrero, continuará Rafael Ortiz, que nadie pone en duda su presencia; permanecerá Alfredo Viñas, de Málaga, de lo que nos alegramos infinitamente y ha sido felizmente incluida la galería sevillana Full-Art. De nuevo no aparece en la selección la granadina Sandunga, constatándose una vez más la arbitrariedad del comité seleccionador. La galería que dirige Emilio Almagro, desde su creación, viene demostrando un desmedido trabajo en torno al Arte Contemporáneo, destacando su apoyo total a la plástica más avanzada, llevando una serie de artistas jóvenes a las más significativas estancias y actuando, de forma sistemática, en los circuitos internacionales. ¿Qué se necesita entonces para ser admitido en una feria como ARCO?, ¿qué duda se puede tener ante tanta solvencia expositiva y trascendencia artística? o ¿son quizás celos de tan eficiente labor? Casi con toda seguridad, la respuesta es afirmativa.

En cuanto a la inclusión de la galería Full-Art, Julio Criado y Carolina Barrio de Alarcón, es un acierto, toda vez que viene realizando una labor digna de encomio, manteniendo una programación entusiasta donde tiene cabida lo más selecto de la creación actual. Acierto, por tanto, el dar entrada a esta galería que, estamos seguros, va a ofrecer su apasionado y esclarecedor trabajo.

Una vez más, ARCO, mantiene, para bien o para mal, sus expectativas de siempre. De todas maneras, no estaría de más que imperara el rigor, la seriedad y el sentido común. Sería mucho más justo.

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