La tapia del cementerio de San José dejará de ser dentro de poco un lugar de enfrentamiento y se convertirá en un sitio donde poder recordar a los seres queridos. El decreto aprobado por el Consejo de Gobierno de la Junta, el pasado 2 de agosto, va a entrar a valorar si la tapia será, finalmente, un lugar de memoria. Al margen de enfrentamientos, insultos y polémicas, con la documentación precisa, una Comisión de Expertos tendrá que evaluar todos los lugares propuestos por los diferentes colectivos. Entre ellos, el Barranco del Carrizal en Órgiva, el de Víznar y Alfacar y, por supuesto, la tapia del cementerio donde fusilaron a 3.968 personas. Con ello, el Ayuntamiento se verá obligado a protegerlos y los planes urbanísticos que preveían derribarla para ampliar el cementerio no serán posibles. Si lo hicieran, incurrirían en una ilegalidad. Cuatro años llevan las víctimas del franquismo colocando la placa de homenaje a sus muertos. Y otros cuatro, el Consistorio ha truncado sus esfuerzos. El próximo 28 de febrero, probablemente, no podrán.

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