público y privado

María Escudero

Todavía no

DE nuevo el Partido Popular de Granada nos muestra su rostro intransigente e inculto cuando nada menos que su presidente provincial , el Sr Pérez, desprecia una Ley vigente, la de Memoria Histórica , y con ella a miles de españoles víctimas de los crímenes franquistas. No merece la pena airear los comentarios ramplones y hasta soeces con los que este señor califica a quienes no piensan como él y el desprecio mostrado hacia los derechos de quienes son considerados víctimas del totalitarismo y sujetos de reconocimiento colectivo. Sus calificativos lo califican sobre todo a él.

Sin embargo interesa porque su comportamiento muestra la actitud de PP sobre el pasado que desde la transición ha arrastrado a nuestro país a una incapacidad colectiva de "pasar página" sobre los horrores de la dictadura. Ellos, los que tanto quieren que se olvide, son los que con su actitud lo hacen imposible. Leer nuestra historia reciente, conocerla, saber la verdad es condición necesaria para seguir avanzando como sociedad. Tal como decía Hannah Arendt: "En la medida en que realmente puede llegarse a 'superar' el pasado esa superación consistirá en narrar lo que sucedió". Se trata de conocer nuestro pasado para poder construir nuestro futuro.

Las víctimas merecen nuestro respeto y reconocimiento pero, además, por ellas y por todos debemos buscar la verdad, perseguir la justicia y la reparación porque eso nos hará mejores, más decentes como sociedad, podremos por fin así sustituir el olvido por memoria colectiva.

En el pasado pleno municipal la respuesta del PP a una moción de Izquierda Unida pidiendo la retirada de símbolos franquistas en nuestra ciudad, el Sr García comenzó su intervención repitiendo extrañado la expresión ¡otra vez! Con ella nos estaba mostrando su hartazgo por el debate de este asunto que banalizó y ridiculizó hasta límites ofensivos, descubriéndonos una vez más su sectarismo y su incapacidad para pensar en el interés general. Mientras en este país sigan los muertos en las cunetas y el Gobierno de España haya hecho desaparecer de los Presupuestos Generales del Estado para el año próximo la partida destinada a excavarlas, y en las ciudades sigan exhibiéndose los símbolos fascistas será necesario seguir trabajando por una ética pública, por construir una democracia donde todos podamos estar. Hasta que no nos reconozcamos en nuestro pasado tendremos una merma democrática que ya viene durando demasiado tiempo.

Por eso hay que aprobar la Ley de Memoria Democrática de Andalucía para poder seguir las excavaciones e investigaciones, para difundir sus resultados, para convertir los lugares en los que se produjeron las atrocidades en lugares de memoria y de homenaje a quienes fueron ejecutados por defender la legalidad democrática.

Los demócratas de ahora debemos seguir luchando incansables por nuestra memoria colectiva de acuerdo no sólo con nuestro compromiso sino también atendiendo a las normas internacionales, una y otra vez, tal como se hace en otros países que han vivido experiencias parecidas. Al PP lo estamos esperando, porque todavía no lo han entendido.

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