La chauna

José Torrente

Protocolos

14 de octubre 2014 - 01:00

SUSTANCIAR la teoría sobre el pulso de la realidad es poner en marcha la idea que se esbozó sobre el papel pero ya en el tapete de los hechos, con 'la cuestión' en marcha. Denominan protocolo a esa planificación o trayecto previsible con el que se trata de organizar bien, o de evitar reacciones o caminos negativos en torno a una problemática o acto concreto.

Además de al Consejero de Sanidad de Madrid, parece lógico revisar el protocolo del ébola que se estableció en un principio, cuando el gobierno ayudó a repatriar a los misioneros infectados, y luego fallecidos, toda vez que los hechos, por desgracia, indican que el mismo no ha estado de diez.

Desgraciadamente la izquierda española nos tiene acostumbrados a la usurpación de la verdad por la sospecha, o a la utilización del miedo para abrillantar su malévola ruta de insidias y medias verdades. No seré yo el que justifique un error del político que gobierna, en su caso, porque no es una forma seria de asumir las responsabilidades a las que hubiere lugar. Pero la insistente verdad de la realidad les va a dejar maltrechos el prestigio, como ya lo hizo el Prestige. En aquel caso dijeron de hundir otro barco si hiciera falta, por tal de asfixiar electoralmente al PP. Quien lo dijo entonces aspira hoy a ser alcalde de Madrid por el PSOE. No lo olvidemos.

Si se salva Teresa (ojalá que así sea y así parece que va a ser) van a tener una mala noticia los manipuladores de la verdad. Se les va a acabar la ruta prevista porque su lucha es otra, y su objetivo no es tanto respaldar las medidas de prevención y de curación previstas, sino que ellos superan a Teresa en su diana, y lo que quieren es quitar los gobiernos del PP en Madrid y en la Moncloa. Así de claro, y así de fuerte. Teresa es un instrumento más para lograr su objetivo.

Llama la atención el celo de estos señores de la izquierda con el protocolo, loable y muy pertinente, y lo escaso de fundamentos que estuvieron en el mismo protocolo de vigilancia de los fondos públicos de los ERE. O de los fondos de formación andaluces. Es bastante significativo que el protocolo sea celosamente exigido donde gobierna el PP, como debe ser, pero lo laxo y fútil que es su ojeo allá donde el PSOE tiene responsabilidades de control, de responsabilidad in vigilando. El protocolo de fiscalización de gastos en estos casos de corrupción andaluces no ha sido tan extremadamente vigilado, por desgracia, ni se pusieron en marcha las mismas cautelas que hoy exigen allende sus poderes territoriales. El silencio de los protocolo-vigías parece ser cómplice. ¿No les parece? A ver si cambia el rumbo. Y usted que lo lea.

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