Señales de humo

José Ignacio Lapido

Lo que nos viene encima

TENER que escribir una columna para que se publique el último día del año da un poco de grima. De antemano sabes que ha de ser una especie de apresurado inventario del calvario que hemos pasado y del infierno que nos espera. Lo siento, aunque estemos en 31 de diciembre no voy a ser yo el que peque de optimismo. Cada año que pasa, por estas fechas, me viene a la memoria aquella impagable cursilada que aparecía grabada en la medalla del amor: "Hoy te quiero más que ayer pero menos que mañana". Pero en negativo: "Este año ha sido peor que el anterior pero menos malo que el que viene".

Efectivamente, el futuro empieza mañana mismo para nuestro país y Zapatero asume la presidencia de la Unión Europea con una carga difícil de soportar: es el presidente de Gobierno del país más hortera de la UE, y lo que es más preocupante, nos enorgullecemos de serlo. Porque uno puede llevar con dignidad la pobreza y la derrota, el infortunio con estoicismo y el dolor con resignación, pero envanecerse de ser medio analfabetos sólo está a la altura de los más lerdos. Y justo eso es lo que ocurre en España: mostramos ufanos al mundo nuestra estulticia.

Leo, ya sin asombro porque en este país lo estrambótico ha pasado a ser lo habitual, que, según el diario británico The Independent, "Belén Esteban es la segunda búsqueda que más crece en internet a nivel internacional". Tras su operación, el interés por la llamada "princesa del pueblo" ha aumentado un 1.350%. Esa noticia, en su aterradora simplicidad, nos describe a los españoles mejor que cien estudios demoscópicos. Y eso que a lo largo de estos 365 días hemos conocido datos estadísticos sobre nosotros mismos que han dibujado un retrato robot del español medio que perfectamente podría figurar entre las pinturas negras de Goya. En 2009 hemos sabido que España ocupa en el primer puesto de la UE en fracaso escolar, en consumo de estupefacientes, en empleos de baja cualificación, en obesidad infantil, en el número de fumadores y bebedores y en número de parados. Por el contrario, es el país europeo con menos patentes, con menos adultos que hablen otro idioma y con menor índice de natalidad. La guinda amarga que faltaba para completar este bodegón tenebrista nos la ha cuantificado Google, para vergüenza nuestra.

El desmesurado interés que ha suscitado el cartílago nasal rebanado de esta inefable señora sobrepasa el límite del entretenimiento vulgar y entra dentro del debate político. Es un hecho, en 2009 se ha recortado el presupuesto de I+D pero se ha aumentado el de C+G: Cotilleo y Gilipolleces. Dicen que el PP y el PSOE van a llegar a un gran pacto nacional por la educación. Llegan tarde. La medida pertinente sería declarar el Estado de Sitio contra la estupidez.

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