EN estos días en los que la americanada de Halloween nos invade con todo tipo de zombies, monstruos, vampiros, calabazas y muertos vivientes, hasta tal punto que parece ser que los españoles consumimos igual cantidad de productos terroríficos que de Coca-Cola, McDonalds, películas de Hollywood o pantalones vaqueros -y es que Halloween arrasa incluso en crisis…-, no está de más recordar también los terrores políticos que nos rodean en estas fechas de espíritus, difuntos y todos los Santos.

Y aunque a todos nos viene a la mente primeramente don José Luis Rodríguez Zapatero y sus góticas hijas -que seguro que están en su ambiente en estas fechas…-, al haberse convertido nuestro presidente en un auténtico muerto viviente tras las últimas encuestas -del Instituto Noxa para La Vanguardia, de Sigma Dos para El Mundo y de Metroscopia para El País, que, para más inri, dedica su portada de ayer a Mariano Rajoy- creo que, a la vista del percal que le rodea, merece un respeto en estas terroríficas jornadas aunque sea digno de la calabaza de oro más fantasmagórica.

Quienes también merecen unas cuantas calabazas de las más terroríficas, y, a ser posible, también unas cuantas calaveras, son el ya famoso alcalde de Valladolid por sus declaraciones sobre los morritos de la planetaria ministra Pajín, edil que sin duda se ha convertido en el político más siniestro de las últimas semanas, y su sosias a la accitana, el concejal socialista de Guadix Juan Ignacio Fernández, que, en otro exceso verbal, ha cuestionado de forma bastante despectiva la "presencia" de Laura Serrano, concejal de Turismo del PP, en las ferias a las que acude el municipio granadino.

Otra calabaza iluminada y espectral deberían de darle a Cristina Almeida, que se subió el sábado pasado a La Noria y, cual inquisidora del Santo Oficio, quiso promover una caza de brujas contra Pío Moa y César Vidal, confesando públicamente su deseo de quemar los expositores de El Corte Inglés en los que se muestran sus libros. Todo un ejemplo del Halloween psicodélico que nos invade… y esta señora que siempre había gozado de mi más sincera simpatía…

Pero el zombi de platino, la champions league de los muertos vivientes halloweedenses es, sin duda, para Freddy-Rubalcaba, quien con su sola presencia produce horror en los humildes ciudadanos de a pie, horror no sólo por su condición de nuevo césar imperator en el caos de la crisis, sino también porque, según se dice en los mentideros, planea una pesadilla en Moncloa Street, que ni la del tren del terror… a fin de erradicar definitivamente el zetapetardismo.

En fin, RIP también para nosotros mismos que aguantamos con infinita paciencia a toda esta trouppe de monster políticos que nos rodea no sólo en la noche de los difuntos, sino todas las del año. Miedo me dan las próximas elecciones. El más allá político nos espera…