LA medida que la Historia pone cronología de por medio, mayor es la distancia personal que nos separa de sus protagonistas y más fácil es cumplir un criterio imprescindible para el historiador, el de que su trabajo no trate de enjuiciar la Historia sino de contarla.

El problema es que el pretendido oficio de cronista no deja de ser un deseo vano en cuanto traspasa el dato y entra, aunque sea de puntillas, en el resbaladizo espacio de la interpretación, de la literatura de la historia que, a fin de cuentas, es a lo que suelen dedicarse los historiadores y donde suelen manifestarse, además de los historiadores malos o buenos o rigurosos, los historiadores de izquierda o los historiadores de derechas. Don Luis Suárez Fernández, como muchos otros o al contrario que muchos otros, es un historiador bueno que, además, es de derechas y casi me atrevería a decir, muy de derechas, y que compagina un amplio conocimiento de la información con una más que sesgada interpretación de los hechos. Esta característica del catedrático emérito de historia medieval, no ha sido obstáculo para que sus publicaciones sean conocidas y estudiadas en los ámbitos académicos, aunque con las reservas pertinentes al rigor científico que genera su militancia ideológica.

El problema del Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia, no está, por tanto, en Luis Suárez sino en la propia Academia; institución caduca como todas las Academias, que se atreve a hacer una obra con pretensiones sin crear siquiera un consejo científico que evalúe los artículos. ¿Imaginan que en la revista Science o Nature alguien publicase lo que le pareciera más oportuno sin evaluadores internos o externos?

Aunque también está el problema en el propio Diccionario y en otras obras semejantes que cuestan mucho dinero público, 6,5 millones de euros en este caso, y no se sabe muy bien para qué sirven. Si una persona interesada en la historia de esta patria nuestra escribe en el buscador Google, la consulta "biografía de Carlos V" es posible que le sorprendan las 6.100 000 respuestas y si para completar el asunto, busca la biografía de Franco, la cosa se complica un poco porque el bueno de Google, le proporcionará 9.900.000 entradas en 0,12 segundos que se reducen a 217.000 si se limita la búsqueda a los dos apellidos Franco y Bahamonde. Además, la mayoría de ellas llevan a páginas gratuitas en las que incluso se pueden descargar los propios artículos de don Luis Suárez Fernández sin costo alguno.

Impulsar corpus enciplopedistas en la sociedad 3.0 no deja de ser una memez costosa e injustificada.

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