Si todo va bien y los plazos se respetan, el proyecto de construir un barrio ecológico en el Cerro del Toro en Motril podrá materializarse a partir de la primavera de 2009, tras la paralización que sufrió el Ecobarrio Tropical con el cambio del equipo de gobierno local.

Será en el próximo pleno del Ayuntamiento motrileño cuando el Gobierno local apruebe un convenio con la Empresa Pública del Suelo de Andalucía, delegando en el organismo autonómico la gestión del proyecto, según augura el arquitecto coautor de la idea, Ángel Gijón.

A partir de aquí, la Unión Temporal de Trabajadores adjudicataria del Ecobarrio activará el desarrollo del Plan Parcial y la ordenación de la zona (situada en el noreste de la ciudad, junto a la Rambla de los Álamos). Asimismo, se procederá a comprar los terrenos a los actuales propietarios que habitan en los más de 300.000 metros cuadrados con que cuenta la parcela.

Unos trámites administrativos que podrían culminarse dentro de seis o siete meses "si no hay imprevistos", lo que dejaría paso a las obras de construcción del Ecobarrio, según Gijón, que consiguió el proyecto junto al arquitecto valenciano Vicente Guallart.

Una vez finalizado, el barrio ecológico contará con 13 edificios de seis alturas que darán cabida a 1.600 viviendas, de las cuales 775 son de protección oficial. Además, el proyecto también contempla la contrucción de 120 viviendas en régimen de alquiler para jóvenes y mayores.

Ahora bien, el espíritu medioambiental de la idea supone la conciliación de la urbanización con la naturaleza. Por ello, el Ecobarrio incluye un jardín botánico de bajo consumo que conectará de Norte a Sur a los vecinos; un corredor ambiental que discurrirá a lo largo de la Rambla de los Álamos y unirá el Ecobarrio con el mar; un huerto fotovoltáico de 6.000 metros cuadrados y 1.000 kilovatios de energía para autoabastecer a los futuros residentes; y un gran parque de más de 71.000 metros cuadrados, además de equipamientos deportivos, sociales y culturales.

De este modo, "el Ecobarrio será una muestra de cómo poner en valor en los sitios sin aumentar su precio, de forma que los propietarios actuales del suelo y sus futuros inquilinos sean los beneficiados", aclara Gijón.