Monachil, entre las cumbres de Sierra Nevada

La granada del siglo XXI

Vivir en el valle de Sierra Nevada es un privilegio que la mayoría de los monachileños no cambiarían por nada

El entorno natural da a Monachil una imagen única.
El entorno natural da a Monachil una imagen única.
Rebeca Alcántara

06 de octubre 2009 - 05:01

La puerta de entrada a la estación de esquí de Sierra Nevada no es sólo un lugar de paso hacia el parque natural, sino una localidad que respira encanto en cada una de sus calles, con una historia rica y más de 6.000 habitantes que han decidido establecerse en un municipio en el que, a pesar de estar a sólo 8 kilómetros de la capital, sólo al pasear se nota que hay otro aire.

Los monachileños lo tienen claro y es que vivir en el valle de Sierra Nevada es un privilegio que la mayoría de ellos no cambiarían por nada. Junto a los de toda la vida algunos ciudadanos de la capital han decidido en los últimos años situar su residencia en el barrio de Monachil.

Sin embargo, tener una estación de esquí situada dentro del término municipal, no sólo es una imagen bonita al despertar cada mañana, sino un elemento que aporta a la localidad unas características muy peculiares y que además ha condicionado la forma de poblamiento, teniendo en cuenta que el punto más alto, el pico del Veleta, está a más de 3.000 metros de altitud, frente a los poco más de 700 de la parte menos elevada. Es por esto que Monachil se divide en tres áreas urbanas claramente diferenciadas: el pueblo, el barrio y la estación de esquí. Aunque el pueblo fue el lugar en el que comenzaron a producirse las primeras aglomeraciones urbanas, ahora es en el denominado Barrio de Monachil, que agrupaba los terrenos de cultivo, en el que reside el mayor número de personas, en concreto 4.500 de los 6.000 que hay censados. En el pueblo llegan a los 1.200 y en la estación invernal sólo 300 están censados, aunque durante la época de máxima actividad el número de habitantes reales es superior.

Pero es evidente que los avances de Monachil están unidos de forma irremediable a los de Sierra Nevada y en esta línea trabaja el Ayuntamiento del municipio tratando de mejorar la imagen tanto del barrio como del pueblo para que todos los visitantes que elijan como destino la estación de esquí disfruten también del resto del municipio. Para ello han cambiado la imagen corporativa y han mejorado entre otras cosas las indicaciones y señalizaciones dentro de la localidad. Además apuestan por fomentar la gastronomía típica y se ha instalado una oficina de información turística en la estación de esquí.

En este sentido queda claro que la naturaleza ha sido generosa con Monachil y lo justo es que el municipio le responda con la misma generosidad disfrutando de los paisajes y las rutas, aprovechando su entorno pero cuidándolo al mismo tiempo. Los Cahorros, el Purche o la Fuente del Hervidero invitan al visitante a disfrutar de la naturaleza con un uso recreativo. Senderos creados para los turistas, con los que se pretende poner en valor la diversidad de los parajes.

Al mismo tiempo este entorno se convierte en un motor económico para el municipio que encuentra en el turismo una de sus principales bazas. Visitas abundantes, pero además fieles, porque es muy habitual que repitan su visita.

Tras una jornada disfrutando de la naturaleza, puede ser un buen momento para descubrir también los encantos del entorno urbano. La Casa del Molino, edificio del siglo XV que ha adquirido el Ayuntamiento, la Iglesia de la Encarnación o los restos arqueológicos del Cerro de la Encina forman parte del encanto de las calles, empinadas y sinuosas, en las que las edificaciones antiguas siguen teniendo un lugar importante que da una imagen singular para los visitantes y del que los residentes disfrutan cada día.

La artesanía es también un sector característico en Monachil. La cerámica fabricada en la localidad suele estar presente en las ferias del sector y el esparto ha sido un elemento muy utilizado y que se ha empleado desde hace años en la elaboración del calzado y de los productos del campo.

La hostelería y el comercio ligados al turismo han ido también cobrando cada vez más importancia en las calles de Monachil. Aunque como en la mayoría de las localidades de la provincia, la construcción se había convertido en los últimos años en el principal impulso económico y la crisis actual ha provocado bastante desempleo entre los habitantes del municipio.

En la plaza del Ayuntamiento, como es habitual aún en muchos lugares, los más mayores del pueblo se siguen reuniendo cada día para compartir confidencias y ofrecer a todo el que se acerca las historias del sitio en el que han pasado toda la vida. Para ellos, como suele ocurrir, los años han ido transformando las calles donde jugaban de niños, pero siguen conservando muchas otras cosas y aunque cada vez hay más 'desconocidos', los amigos de toda la vida continúan viviendo en la casa de al lado.

La estación de esquí se ha convertido en los últimos años en una de las más importantes del país y el resto del municipio quiere seguir a la zaga, pero sin perder su esencia.

stats