Granada, condenada al furgón de cola sin una "hoja de ruta" para la economía
El Boletín de Coyuntura Económica de Caja Rural certifica la falta de rumbo de la provincia y la necesidad de cambiar el patrón de crecimiento para reforzar el conocimiento y la innovación
La economía granadina crece, sí, pero no lo hace al ritmo de la andaluza, se queda muy atrás del resto de España y evidencia serios problemas estructurales que ponen en duda su fortaleza. Esta es, a grandes rasgos, la conclusión del último Boletín de Coyuntura Económica de Caja Rural de Granada, que analiza la evolución del que pasará a la historia como el año de la recuperación. 2016 ha sido bueno para la economía, de eso no hay duda, pero el informe de Caja Rural -que analiza el comportamiento económico internacional, nacional, regional y provincial- indica que en el caso de Granada, el crecimiento tiene más que ver con la inercia que con una base sólida que la lleve lejos del furgón de cola.
"La economía de la provincia avanza por un camino que no se sabe muy bien dónde acaba, pero que al menos la ha alejado de los momentos más duros de la crisis", indica el boletín, para señalar que este crecimiento no ha contado con apoyo alguno, pues se trata de una economía poco diversificada, poco dinámica y sin "una hoja de ruta en la que se marquen los objetivos y la estrategia" para afianzar el desarrollo. "La economía de Granada va, pero sin tener muy claro su rumbo".
Miguel González, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Granada y autor del informe de Caja Rural, indicó ayer que la provincia tiene que intentar "cambiar el patrón de crecimiento", porque solo así, con una economía que no dependa casi en exclusiva de los servicios, podrá garantizar la calidad del empleo y la estabilidad más allá de circunstancias coyunturales. "Tenemos que seguir haciendo lo que hacemos bien, pero además hay que hacer cosas nuevas, especialmente en sectores vinculados con el conocimiento y la innovación. Tenemos materia prima para desarrollar esos sectores, tenemos las mimbres, pero hay que invertir, sembrar y recolectar a largo plazo", indicó el experto.
El Boletín de Coyuntura Económica de Caja Rural indica, además, que la falta de sectores de apoyo está lastrando la recuperación de la provincia, que cuenta todavía con "heridas que tardarán mucho tiempo en cicatrizar", como el desempleo, la destrucción de empresas o la emigración del talento. Estas circunstancias dejan a Granada ocupando un año más "las posiciones más rezagadas" en lo referente a renta per cápita, bienestar y empleo, una situación que "perdurará por mucho tiempo" a la vista de la velocidad y la dirección hacia la que marcha la provincia.
El estudio señala que el mercado de trabajo ha registrado en 2016 "un encefalograma plano", sin apenas variaciones ni en población activa, ni en empleo, ni en paro respecto al año anterior. El desempleo, de hecho, ha aumentado en 800 personas debido al impulso de la población activa y el insuficiente crecimiento de la ocupación.
La dependencia de los servicios, que ahora está generando buenas noticias, puede volverse en contra de la economía granadina en cualquier momento, y así lo advierte el informe de Caja Rural en sus previsiones de 2017. "Si la coyuntura económica internacional se tornarse adversa, la fortaleza del turismo granadino se podría resquebrajar. Si no queremos fiarlo todo, o casi todo, al turismo, la única alternativa es, a medio y largo plazo, tratar de complementar esta rama de actividad con otras terciarias para diversificar los riesgos y elevar el potencial de la economía de Granada".
También te puede interesar
Contenido ofrecido por Aguasvira
Contenido ofrecido por CEU en Andalucía