La natalidad toca mínimos tras sufrir el mayor desplome de los últimos 48 años

La población de Granada envejece a marchas forzadas. La falta de relevo generacional, que solo pueden proporcionar los nacimientos o la incorporación de 'savia' nueva a través de la inmigración, empuja inexorablemente a la provincia a la pérdida de habitantes y al envejecimiento gradual de su población. Lejos de participar de la recuperación, los nacimientos, que tan afectados se vieron en su momento por la crisis económica y la salida de población a otros destinos, siguen en caída libre. De hecho, en el primer semestre de este año las cifras de natalidad se han reducido a mínimos históricos.

Entre enero y junio de 2017 apenas se han registrado en la provincia 3.807 nacimientos. Esta cifra es la más baja de toda la serie histórica publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que se remonta al año 1941. Nunca antes se había bajado de la barrera de los 4.000 nacimientos en un primer semestre de ejercicio, lo que dice bastante de la situación demográfica en la que se encuentra Granada.

Esos 3.807 nacimientos arrojan además una caída del 10,1% respecto al mismo periodo del año pasado, cuando se contabilizaron 4.237 partos. El comportamiento de 2017 rompe con tres ejercicios consecutivos de crecimiento de la natalidad -en 2013 se alcanzó el que hasta ahora era el mínimo de la serie, con 4.108 bebés- y además supone un varapalo histórico para la población de la provincia. El número de nacimientos se ha desplomado, con 430 menos que hace un año, y lo ha hecho con más fuerza que en casi medio siglo. Para encontrar una caída más elevada hay que retroceder hasta el año 1969. Por entonces, hace 48 años, Granada registró un descenso de 522 nacimientos. Claro que por entonces las cifras globales eran mucho más elevadas. En 1969 la provincia registró 8.016 nacimientos en el primer semestre del año, y el anterior habían sido 8.537.

Este desplome de los nacimientos es, además, bastante más elevado que la media nacional. Si en Granada la caída ha sido del 10,1%, en el conjunto nacional no ha superado el 6,8%, y en Andalucía el comportamiento ha sido ligeramente positivo (un 0,4%).

La caída de la natalidad en este primer trimestre del año coincide con el aumento de la mortalidad. Entre enero y junio se han registrado en la provincia 4.161 defunciones, un 1% más que en el mismo periodo del año pasado, cuando se contabilizaron 4.121. El comportamiento de la mortalidad ha sido mucho más errático que el de la natalidad en los últimos años. Aunque se sitúa en niveles elevados, la cifra de defunciones de 2017 no es la más elevada de los últimos años (en 2015 se registraron 4.555 muertes) ni la más baja (en 2014 hubo 3.986).

Los datos del INE no dejan dudas sobre el crecimiento de la población. El saldo vegetativo es negativo, al haberse registrado 354 muertes más que nacimientos. En cualquier caso, y al contrario de lo que sucede en el territorio nacional, no es el primer saldo negativo de los últimos años, ni siquiera el más grave. En 2015, por ejemplo, hubo un crecimiento natural negativo de 391 personas.