El negocio hotelero resiste a los pisos turísticos y eleva la ocupación al 52%

Granada confirma su quinto año de récord de pernoctaciones al superar los 5,8 millones de noches facturadas

La llegada de viajeros se resiente por el 'desvío' de turistas nacionales

Los empresarios piden una mejor regulación de los apartamentos ilegales a través de las plataformas intermediarias.
Los empresarios piden una mejor regulación de los apartamentos ilegales a través de las plataformas intermediarias. / Reportaje Gráfico: Carlos Gil
Guadalupe S. Maldonado

Granada, 24 de enero 2018 - 02:34

Los datos del Instituto Nacional de Estadística se han quedado cortos. La 'explosión' de los pisos turísticos, cuyas cifras de viajeros y pernoctaciones todavía no se contabilizan en ninguna estadística, ha provocado que el informe de coyuntura que publica mes a mes el INE ya solo sirva para hacer un diagnóstico del estado del negocio hotelero, limitando las posibilidades de extrapolar los resultados al conjunto de la industria turística granadina. Partiendo de esta base, pocas dudas caben de que 2017 ha vuelto a ser un año de récord. Es cierto que el número de visitas se ha visto levemente reducido, con 2.826.822 viajeros alojados en hoteles, un 0,47% menos que en 2016, pero esta diferencia mínima (13.444 personas) sin duda es compensada por los miles de viajeros que acuden a Granada y optan por otras modalidades de alojamiento alternativas, en apartamentos turísticos legales o ilegales.

El buen estado del sector lo confirman, esta vez sin ambages, las cifras de pernoctaciones, que han marcado un nuevo récord turístico (el quinto consecutivo) al superar en 2017 las 5.874.164 estancias hoteleras, un 1,4% más que el año anterior. La conclusión es que, de momento y pese a la distorsión que han introducido en el mercado las viviendas con uso turístico, el negocio hotelero resiste el envite, incrementado el indicador más positivo de todos: las noches facturadas.

La llegada de viajeros alojados en hoteles no ha alcanzado el récord, pero por poco (es el segundo mejor registro de toda la serie); las pernoctaciones se han elevado hasta cifras inéditas; y el grado de ocupación se ha estirado hasta el 52,02%, dos puntos porcentuales más que en 2016, cuando se quedó en el 49,95%. De hecho, según la serie estadística del INE el de 2017 es el mejor dato de ocupación desde el año 2007, cuando se superó el 52,18%.

Lo que también dejan claro los datos del INE es que el negocio hotelero crece exclusivamente por los viajeros internacionales. El turista nacional pierde fuerza como cliente predilecto, con un 3,7% menos de visitas (1.479.088) y un 0,6% menos de pernoctaciones (3.199.825). El viajero extranjero, sin embargo, ha elevado un 5,4% su llegada a Granada (1.347.734) y a su vez ha aumentado un 3,9% las estancias (con 2.674.339 noches hoteleras).

El delegado de Turismo de la Junta de Andalucía, Guillermo Quero, destacó ayer la relevancia de unos datos que también confirman el aumento de la estancia media, que alcanza ya los 2,08 días en la provincia. "Este dato rompe el mito de esos visitantes que solo están de paso y vienen para ver la Alhambra", indicó Quero, que hizo hincapié en la relevancia de un dato que es fruto del incremento de la oferta cultural y turística de la provincia. "Si la estancia media se alarga supone un aumento del gasto, del consumo y de la rentabilidad", subrayó el delegado de Turismo, que también apuntó a la falta de conexiones ferroviarias como un factor determinante para la caída del mercado nacional que, además, dificulta el impulso al turismo de congresos.

Al igual que la falta de trenes ha podido mermar la afluencia de viajeros nacionales, la puesta en marcha de los vuelos ha contribuido sin duda al incremento del turismo internacional. El diputado de Turismo y vicepresidente del Patronato Provincial de Turismo, Enrique Medina, confirmó ayer la buena marcha de los vuelos que EasyJet puso en marcha el año pasado, que han registrado ocupaciones del 97% en el caso de Londres, del 93% en el caso de Milán, y del 87% en el caso de Mánchester. La positiva evolución de estos indicadores ha llevado a la aerolínea a estudiar la posibilidad de aumentar próximamente la capacidad de los aviones que operan estas rutas, ampliándola hasta los 220 pasajeros.

El presidente de la Federación de Hostelería, Trinitario Betoret, ratificó ayer el positivo efecto que han tenido los nuevos vuelos no solo en la llegada de viajeros, sino también en el aumento de las estancias. La combinación de los distintos vuelos de ida y vuelta posibilitan que los visitantes permanezcan en la ciudad más tiempo, mejorando la cuenta de resultados de las empresas turísticas.

Aunque de momento el negocio resista, el presidente de los hoteleros granadinos mostró ayer su preocupación por unos datos que "manifiestan claramente que estamos dejando de contabilizar a mucha gente". Y el problema no es que esos turistas 'escapen' al control estadístico, sino que esa modalidad de alojamiento también se libran de ciertas obligaciones económicas y fiscales que sí tienen que soportar los negocios tradicionales. De ahí que Betoret pidiera ayer a la administración "mejoras en la regulación" de este tipo de establecimientos, exigiendo a las plataformas intermediarias que "pongan más de su parte para que no se publiciten sin estar debidamente registradas".

La capital se aleja de las cifras récord con 50.000 visitantes menos

La capital, como centro neurálgico del turismo y, por tanto, de las nuevas modalidades de alojamiento, se ha visto especialmente perjudicada por la caída de viajeros, que en este caso sí se ha trasladado también a las pernoctaciones. Los datos del INE indican que la ciudad registró en 2017 la llegada de 1.786.852 visitantes, 50.665 menos que el año anterior. Esta caída del 2,8% de los clientes de los hoteles de la capital se ha traducido a su vez en una disminución del 1,4% de las pernoctaciones hoteleras, que se han situado en 3.252.222, 45.372 menos que en el año 2016. Los viajeros extranjeros, que se confirman como los principales clientes turísticos de la capital, también se han resentido, con una caída del 0,8% de las visitas y un ligero aumento del 0,6% de las estancias hoteleras. En el caso del turismo nacional, caen tanto el número de clientes (un 5,4% menos) como las pernoctaciones que generan (un 3,6% menos).

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