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Clase magistral de Geometría

  • Miles de seguidores disfrutan de la primera noche de concierto del cantante catalán en el Palacio de Congresos

  • Esta noche repite la presentación de su nuevo trabajo

Dos conciertos y todo agotado hace meses. Anoche fue el primer encuentro de Manolo García con el público granadino que lo esperaba con ganas. Seis años después de su paso por la ciudad nazarí con Los días intactos, el artista y sus seguidores volvieron a encontrarse, ahora con Geometría del rayo, nuevas letras, canciones con tempos medios que reflejan la veteranía del músico que Manolo García lleva dentro, pero con el mismo espíritu y luminosidad de siempre. Lo cierto es que la cita en el Palacio de Congresos prometía. Y no defraudó.

Entró por la puerta como uno más, sorprendiendo a su público fiel y puntual, que entró en calor gracias a El frío de la noche y al ardiente ambiente que se respiraba en el auditorio abarrotado. También sonaron temas como Fragua de los cuatro vientos, un giro teatral o un alma de papel.

El artista vuelve a Granada donde mostró parte de su veteranía y su pasión por la música

Aunque el músico cargó su batería espiritual con piezas de su último disco como Las puntas de mis viejas botas,Humo de abrojos, Nunca es tarde, En tu voz -esta última en directo incrementa su bis romántica-. Sin olvidar Ruedo, rodaré, en la que sorprendió al público subiendo a su hermana, Carmen García, a cantar.

El público bailó al compás de A San Fernando, donde pudo verse una vez más su pasión por la música y sus ganas de compartir su arte con los demás.

Un momento especial, por el cariz que tiene este título para García, fue cuando entonó Crepúsculo Creciente, un tema por el que siente significativa atracción y le"me gusta mucho", explicó en una entrevista reciente con este periódico."Somos un equipo, sin vosotros no hay partido", exclamó en mitad del directo.

Y así, entre canción y canción corrió la noche deprisa como cuando estás disfrutando tanto de algo que olvidas qué hora es. El veterano desprendió su luz propia sobre el escenario, del que bajó en alguna ocasión para sentirse más cerca de su público, y que compartió con un sillón estilo Chester, en el que cantó algún tema, como si lo hiciera en su propia casa.

La noche fue llegando a su fin con Si te vienes conmigo, uno de los clásicos que su público aplaude siempre. Aunque en los bises sorprendió con otro mítico Nunca el tiempo es perdido.Y sí, los asistentes no dudaron en cantar junto a él cada tema y volar con Manolo García por sus mundos repletos de surrealismo. Éxito rotundo para un directo que eleva el encanto de las letras del cantante y que dejan un dulce regusto en los labios y una sensación de fascinación.

Quizá más de uno repita esta noche en la que será, seguro, otra clase magistral de Geometría y la segunda actuación del artista catalán sobre las tablas del Palacio de Congresos para presentar su nuevo trabajo.

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