Andrea marcon. director artístico

"En la OCG el trabajo de gerente ahora es hacer la guerra, no relaciones públicas"

  • El italiano se declara la cara visible de la Orquesta Ciudad Granada, una institución que se encuentra en 'bancarrota' y que no puede asegurar ni las nóminas de los músicos

Acaba de regresar a esta ciudad y lo hace cuando la olla a presión en la que se ha convertido la situación económica de la Orquesta Ciudad de Granada está más caliente. Andrea Marcon es el director artístico de una institución que desde hace 25 años es una de las mayores representantes de la alta cultura de esta ciudad. En estas (nuevas) horas bajas, su director desde 2012, un italiano dedicado a la batuta por toda Europa, regresa para dar la cara por su orquesta en unos días en los que previsiblemente se defina una línea a seguir que intente paliar la situación límite que sufre la institución cultural.

-¿En qué consiste exactamente el cargo de director artístico?

-Es un poco más que planear la temporada, más que decidir cuáles van a ser los conciertos del año. Finalmente es la responsabilidad artística sobre la calidad de la orquesta y de la temporada. También la elección de los directores invitados, los solistas... Encontrar siempre algo interesante para el público y a la altura de la ciudad.

-Es curioso que un director de orquesta no sea también el director musical.

-Sí, normalmente las dos cosas coinciden y en mi caso la orquesta había decidido un nuevo sistema. Es algo que no es normal en España ni en otros sitios, pero sí algo que se puede intentar y creo que ahora funciona muy bien. Claro, yo no tengo la obligación de dirigir cinco o seis veces la orquesta como estaban acostumbrados mis antecesores que eran directores artísticos y musicales. Pero es cierto que de esta manera me siento más al servicio de la orquesta.

-Tanto usted como la gerente, Alicia Pire, llegaron a sus respectivos cargos a la vez y en un momento como el actual, muy complicado, ¿en qué cree que han contribuido a la mejora de la situación?

-Llegamos en el peor momento. Si tengo que ser completamente sincero, cuando miro con distancia todo lo ocurrido, tengo la sensación de que no he estado a la altura de hacer nada por mejorar las cosas.

-¿Porque no ha podido?

-Si se mira como estamos ahora o hace cuatro años puedo decir que sobre el tema artístico he hecho bastantes milagros con presupuestos que eran la mitad de los que tenían mis predecesores, pero lo he hecho con una ayuda inmensa de mis amigos y colegas (solistas y directores) que han venido como invitados. Aunque es to no ha ayudado a solucionar el problema.

-Todo tiene fecha de caducidad, hasta los favores de amigos.

-Claro, quién quiere venir a trabajar sabiendo que con suerte se le pagará en un año o un año y medio, por un caché que casi siempre es la mitad del que estos músicos suelen cobrar.

-¿Han llegado a venir sin cobrar por una cuestión de amistad con usted?

-Sí, muchos, pero es un favor no solo a mí, sino a la orquesta. Yo tengo los contactos y puedo preguntar a amigos pero es por ayudar a la orquesta porque estos sí que tienen el sentimiento de que no importa el dinero. Esto se puede hacer un año o seis meses, durante más tiempo es imposible.

-Usted lo ha conseguido hacer durante cuatro temporadas.

-Lo puedo decir muy claramente, yo tengo menos de la mitad del presupuesto para programación que tenían mis predecesores. La cultura cuesta dinero siempre y la OCG es la cara y el alma de la ciudad. Granada tiene la Alhambra, claro, pero el alma es esta orquesta que lleva más de 25 años viva y que ha hecho muchísimo por la historia musical de la ciudad. La OCG no es decoración, es brava. Es fundamental que se comprenda.

-¿Quién no lo comprende?

-Hay mucha gente que no lo hace. Es simple, se debe tener la voluntad de resolver el problema de manera radical, porque no es algo que se pueda postergar más. Imposible.

-¿Esta situación refleja de alguna manera la sociedad y las instituciones locales?

-Creo que no. Por lo que sé el Ayuntamiento también tiene problemas económicos pero tiene mucha gente con una responsabilidad enorme y que saben luchar y que se pueden resolver las cosas. En una administración pública, las deudas son parte del juego. El problema no es la deuda en sí misma, sino cuánto dura la carestía de la Orquesta. Es una falta de respeto a los músicos. Ellos han donado mucho a esta ciudad desde hace un cuarto de siglo. Si no es por la OCG, no tendríamos muchos de los talentos que tenemos, el primero Pablo Heras-Casado, él es un hijo de esta orquesta. Sin la orquesta ellos se dedicarían a otra cosa, seguro. Hablando en general estoy muy seguro de que el Ayuntamiento comprende que la OCG es una bandera para la ciudad y tiene el orgullo como promoverla como Capital Cultural 2031.

-¿Una ciudad que aspira a la Capitalidad Cultural puede permitirse tener su orquesta en estas condiciones?

-No, creo que desde esta perspectiva, si no se soluciona esta situación de manera definitiva, será la peor publicidad para el camino de ser elegida Capital Cultural.Algo que por otro lado sería un premio justo para Granada.

-Las instituciones están apostando mucho por lograr esto aún siendo conscientes de que hay aspectos que fallan, como la situación de la OCG, ¿lo tacharía de contradicción o de hipocresía?

-Yo tengo la impresión de que no siempre se tiene claro qué es una orquesta. Una ciudad que tiene una orquesta propia como ésta es un orgullo porque forma parte de ella desde hace casi 30 años. Y al mismo tiempo se debe intentar comprender que esto es parte del perfil de la ciudad y que esta institución debe ser respetada. No es justo que la gente tenga que combatir cada día por un mínimo. Y con eso no se puede programar nada más atractivo.

-¿Está cansado?

-¡Sí! Pero eso no es importante, el problema es que los músicos también lo están. Yo sigo con mi carrera como director aunque siempre con la cabeza en Granada porque soy consciente los problemas y sentimientos de losmúsicos. Están casi muertos, no les queda aire para sobrevivir. El problema no es solo la deuda, normalmente siempre se tiende a mejorar pero si se confronta con la situación que tenía la orquesta en el pasado se puede ver que ha sufrido una bajada regular. Algo ha pasado y no sé qué es. Ahora mismo no se cubren ni las nóminas de los trabajadores, no me lo puedo creer.

-Cómo valora la gestión de Alicia Pire, que llegó como un cargo institucional y por eso se le achaca cierta pasividad...

-Creo que Alicia Pire, cuando empezó en el cargo como yo, tampoco sabía los problemas que había. Al igual que tampoco sabía que mi sueldo se iba a reducir, pero tampoco para mí la cuestión del dinero era importante, soy un poco idealista. Como a mí no me dijeron nada puede que a Alicia Pire tampoco.

-En cualquier caso a usted no le corresponde la búsqueda de financiación ni la 'pelea' con las instituciones por una mejora. Sí en el caso de Alicia Pire.

-La verdad es que si empiezas un trabajo y no sabes que tiene una deuda tan grave y que la aportación pública no va a cubrir ni los sueldos es complicado actuar. Esto es una plaza de gerencia y cuando te lo proponen tienes que saber cuál va a ser tu trabajo: en la OCG el trabajo de gerente es hacer la guerra, no como en otras que puede ser una cuestión de organización y relaciones públicas. Lo normal en una ciudad como Granada es hacer grandes conciertos e incluso colaboraciones con otras grandes orquestas. Esto sí lo pudieron hacer mis predecesores. Granada tiene una historia y un perfil que se debe respetar. Ahora hay que combatir en primera línea, no solamente pedir el mínimo. Quizás, si Alicia Pire hubiera sabido todos los problemas que había, igual no lo habría aceptado, y yo también me lo hubiera pensado. En Alemania no hay ni un gerente de orquesta estresado, pero aquí y ahora hay que pelear.

-¿Cuál sería la solución a esta situación?

-Yo solo lo veo posible con una intervención extraordinaria como ha hecho la Junta a la orquesta de Sevilla. Porque el primer paso es tapar la deuda, después habrá que empezar a trabajar con normalidad.

-De las tres instituciones que conforman el Consorcio -Junta de Andalucía, Ayuntamiento de Granada y Diputación-, ¿cuál cree que tiene mayor responsabilidad con el problema que atraviesa la OCG?

-La mayor posibilidad de ayudarnos es seguro la Junta de Andalucía porque es algo que, como he dicho, acaba de hacer en Sevilla. Después, los tres juntos deberían simplemente asegurar que la orquesta haga conciertos y tenga una programación regular. Claro que Granada no es Berlín, que hay tres teatros de ópera y decidieron no cerrar ninguno pese a la mala situación económica que tenían. La gente no lo permitió. Berlín es cultura y turismo y Granada es la Berlín de España, tiene un perfil de turismo cultural.

-El próximo día 22 habrá Consejo Rector de la Orquesta, ¿de qué forma lo abordará?

-No podré estar presente pero hablaré antes con el alcalde y el comité de empresa. Sólo espero que se tenga una voluntad compartida por arreglarlo. A veces me he sentido tratado como un tonto porque me han querido tener tranquilo. Este es el límite absoluto, en otras entrevistas he dicho ver la luz al final del túnel, era positivo. Me habían ilusionado con el tema de la ópera y de que podría hacerse en el Festival de Música y Danza. Soy pacifista pero no tonto, ahora ya no me pueden contar historias. No acuso a nadie, siempre pienso que todo el mundo actúa de buena fe pero no se puede mentir más a la orquesta. Yo iré a la guerra si esto no cambia. No puede ser que los políticos, tanto los andaluces como los locales, no entiendan que la OCG es una joya cultural, además de toda la inversión que ya se ha hecho en ella durante treinta años. ¿Puedes imaginarte Granada sin su orquesta? Yo no puedo, es historia de la ciudad.

-¿Qué pasará si esto no cambia? ¿Corre el riesgo de convertirse en una orquesta de provincia?

-La moral de los músicos de la orquesta está más baja que nunca. Si no se quiere a esta orquesta, alguien debería decirlo ya. Se corre el riesgo de bajar el nivel mucho si la aportación sigue bajando, sería una consecuencia segura.

-La pasada primavera renovó su contrato ¿tiene pensado culminar esos cuatro años?

-Siempre he querido estar al lado de la orquesta, pero seguro que sabría cambiar mi puesto si viene alguien que puede hablar con instituciones de otras ciudades, que es lo que hace falta. Estoy seguro de que me marcharía.

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