El eterno tupé

18 de abril 2009 - 05:00

Y ya atrapados por la melancolía, otro que se resiste a cambiar es Chris Isaac que con su nuevo álbum, el primero en siete años, reincide en sus referentes y obsesiones de siempre. Su eterno tupé, las guitarras reverberantes que aportan grandiosidad a sus épicas baladas y su amor incondicional por la era del rock and roll, por Roy Orbison, los drive-ins, y las faldas con vuelo de los 50. Las Vegas y el rockabilly. Cómodamente instalado de por vida como un icono retro de su tiempo, el guaperas de Stockton, que ha hecho además carrera en la televisión norteamericana, no convencerá a nadie nuevo con este disco pero sí a sus numerosos incondicionales.

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