Los resultados que periódicamente nos ofrece PISA (programa internacional para la evaluación de estudiantes), en Ciencias, Matemáticas y competencia lectora, vienen dejando a Andalucía, en el caso de la lectura que es el que vamos a analizar, en uno de los últimos lugares de España, junto con Extremadura (475). En cabeza se encuentran Castilla-León (522) y Madrid (520).

Los resultados del Informe PISA, realizado por la OCDE en estudiantes de 15 años, suelen producir amplios debates, pues miden las competencias de los jóvenes de un país, y si su capacidad lectora es deficiente, respecto a otros países o regiones, podemos suponer que ese país se encuentra con un serio problema.

Saber cómo mejorar las competencias lectoras en PISA es fundamental, pues la lectura es la base para adquirir cualquier tipo de conocimiento. Se podía considerar que aumentando el presupuesto para Educación podríamos solucionar el problema, pero distintos estudios sobre el tema han puesto de manifiesto que los países que tienen mejores resultados no son necesariamente los que tienes más presupuesto. Así que no parece que sea una cuestión de fácil solución.

Relacionando los resultados de PISA para las Comunidades Autónomas, con el préstamo (circulación) por habitante en lectura pública que alcanza cada Comunidad, hemos comprobado que existe correlación. Es una correlación débil (0.565) pero sin duda muy interesante. Lo que nos viene a decir esta correlación es que en las Autonomías donde su red de bibliotecas públicas consigue más préstamos (circulación) por habitante tienen tendencia a que la puntuación que alcanza en comprensión lectora en PISA sea también mayor. Por tanto si una Autonomía quiere mejorar la valoración en lectura que consigue en PISA, una forma de conseguirlo sería que esa sociedad fuera más lectora, que tuviera más circulación por habitante. Parece que sociedades más lectoras, llevan a que los resultados de sus jóvenes en PISA sean mejores.

Los casos más destacados en la correlación son Castilla y León, que con una circulación por habitante de 2.03 documentos consigue en PISA 522 puntos. Y la Comunidad de Madrid, que con una circulación por habitante de 1.09 documentos, consigue una puntuación en PISA de 520. En las peores posiciones se encuentra Extremadura, que teniendo una circulación por habitante de 0.94 solo consigue en PISA 475. Andalucía con una circulación de 0.46 logra 479 puntos en PISA. Y Canarias que con 0.39 de circulación en lectura pública logra en PISA 483 puntos.

España con una puntuación en PISA de 496 está por detrás de casi todos los países europeos avanzados, pero también lo está de Irlanda (521), Estonia (519), Polonia (506), Eslovenia (505) y Portugal (498). Si la situación de España deja algo que desear, la de Andalucía, con tan solo 479 puntos, es francamente preocupante. Andalucía es una de las regiones españolas con peor capital humano, la población andaluza está muy poco preparada para lo que se viene llamando sociedad de la información y del conocimiento. No está claro ni desarrollado el modelo de futuro que se quiere para Andalucía, lo que sí está claro es que con esta situación que estamos analizando estamos abocados a seguir tanto en la cola de España como por supuesto en la de la Europa avanzada. Andalucía perdió el tren de la revolución industrial, al ritmo que vamos perderemos también el de la sociedad de la información y el conocimiento.

La red de lectura pública de Andalucía esta infradotada, recibe 4.9 euros por habitante, frente a los 7.4 que tiene España. Las bibliotecas públicas de Andalucía no producen la lectura que deberíamos tener, que debería ser el doble, para ponernos a la altura de España. Una fuerte campaña de dinamización de la lectura por parte de las bibliotecas andaluzas, lógicamente con el apoyo del gobierno andaluz, podría ser muy rentable para mejorar el capital humano en Andalucía.

Ahora que se acaba de formar nuevo gobierno en Andalucía, y que tendrá que ver cuáles son las prioridades de nuestra región, sin duda mejorar los resultados de PISA, para lo cual sirve mejorar la circulación por habitante de nuestra red de lectura pública, debería ser una consideración prioritaria y estratégica.