Tradiciones

Bérchules se quedará sin los años 1995 y 2020

  • Por primera vez en 25 este pequeño pueblo de la Alpujarra de Granada se quedará sin celebrar su Nochevieja de verano, la cita con la que cada año los vecinos y turistas celebran el apagón del 31 de diciembre de 1994

Celebración de una Nochevieja alternativa en Bérchules

Celebración de una Nochevieja alternativa en Bérchules / Archivo

La crisis sanitaria del coronavirus ha obligado a Bérchules, un pequeño municipio de la Alpujarra de Granada, a suspender por primera vez en 25 años su particular Nochevieja de verano, la cita con la que dan la bienvenida al Año Nuevo después del apagón que sufrieron sus 700 habitantes en 1994.  

Según ha explicado a el presidente de la Asociación Berchulera de Nochevieja en Agosto (Abnea), Antonio Castillo, la cita, que se celebra el primer sábado de agosto, ha tenido que ser suspendida debido a la situación generada por la pandemia, y ante la necesidad de evitar una posible expansión del virus.  

Todos los festejos programados para el próximo fin de semana han sido suspendidos, pues consideran desde la organización que cualquier acto o evento que organizaran atraería a visitantes y provocaría aglomeraciones, lo que las autoridades sanitarias recomiendan evitar.  

Por ello, Bérchules tendrá que esperar para celebrar la vigésimo quinta edición de su Nochevieja de verano, que el año pasado congregó a más de 12.000 personas superando así todas las previsiones de participación.  

La peculiar celebración de este municipio situado en la Alpujarra granadina se forjó tras el apagón que sufrieron sus vecinos el 31 de diciembre de 1994 y que les dejó sin suministro hasta el día siguiente, lo que impidió que se celebrara la fiesta programada para poner punto final a aquel año.  

Desde 1995, este pueblo de menos de un millar de habitantes celebraba el primer sábado de agosto su particular Nochevieja, que incluye brindis, reparto de anís y mantecados y hasta cabalgata de Reyes Magos.

Los asistentes reciben bolsas cotillón así como uvas de la suerte, lo que hace que la organización tenga que adquirir unos 3.000 kilos anualmente para poder 'comenzar' el Año Nuevo en pleno verano.

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