Andalucía

Andalucía está entre las regiones donde los asalariados trabajan más horas

Andalucía está entre las regiones donde los asalariados trabajan más horas

Andalucía está entre las regiones donde los asalariados trabajan más horas

Andalucía está entre las regiones en las que más horas se echan en el trabajo. La estadística varía según la fuente y el punto de vista. Si hacemos una media sobre el total de trabajadores, concluimos que cada andaluz trabaja 32,08 horas, prácticamente lo mismo que un español medio (32,1), según la Encuesta Trimestral de Coste Laboral del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondiente a 2022. La Encuesta de Población Activa de 2023 eleva esa media a 34,7 horas en la comunidad, y a 35,2 en el país, según el análisis realizado por BBVA Researh. Aquí se incluyen, a diferencia de en la encuesta de coste laboral, los trabajadores agrarios, que distorsionan la estadística con jornadas muy intensivas pero en periodos muy cortos de tiempo.

Si vamos a mediciones más homogéneas, Andalucía sí está entre las regiones donde más se trabaja. Los trabajadores a jornada completa son los terceros que echan más horas: 35,90, según la Encuesta Trimestral de Coste Laboral. Son cuatro horas menos que las establecidas en la jornada media pactada en convenio a febrero de este año(39,45) y esa diferencia se debe a que la encuesta mide las horas realmente trabajadas. Se excluyen bajas y permisos, por ejemplo. Por lo que se refiere a los trabajadores a tiempo parcial, los andaluces son los segundos que más horas echan, 20,98. De nuevo si se hace una medición homogénea la región está entre las más trabajadoras en horas. Si la media total sale parecida a España es por el mayor número en Andalucía de trabajadores a media jornada que en el conjunto del país.

¿A qué se deben los horarios más largos aquí? Juegan muchos factores, pero el principal, según Manuel Hidalgo, profesor de Economía de la Universidad Pablo de Olavide, tiene que ver con la presencia mayor aquí “de actividades intensivas en mano de obra y donde no hay flexibilidad en los servicios que se prestan, o hay muy poca”. Por ejemplo, un restaurante, o un hotel, o la propia actividad comercial. “Bajar la jornada implica contratar a más gente o cerrar más tiempo”, lo que afecta al negocio.

Sin embargo, aquellas empresas, como las tecnológicas, que pueden aumentar la productividad para hacer un encargo en menos tiempo sí tienen una posibilidad real de tener una jornada más reducida sin afectar a los costes.En este contexto, patronal y sindicatos negocian ahora la reducción de jornada en el marco de la negociación colectiva, después de que el acuerdo de coalición PSOE-Sumar reflejara una bajada a 38,5 horas por semana (desde las 40 máximas actuales) en 2024 y 37,5 en 2025. De momento, el Gobierno ha dejado en manos de los agentes sociales la resolución del asunto.

“No es ninguna locura”, afirma Sergio Santos, secretario de Empleo y Nuevas Realidades Laborales de CCOO. “En el año 83 se pasó de 43 a 40 horas y no hubo hecatombe de la economía ni crisis producción. El primer año afectaría a relativamente poca gente; he visto datos que dicen que el 90% seguiría igual el primer año”.

"No es ninguna locura; en 1983 se pasó de 43 a 40 horas y no hubo ninguna hecatombe", dice Sergio Santos, de CCOO

Santos se refiere a los informes que maneja el Ministerio de Trabajo, aunque BBVA, basándose en datos de la EPA, asegura que el 55% de los asalariados españoles estaría afectado (trabaja más de 37,5 horas semanales reales), unos ocho millones de personas. En Andalucía, la cifra oscilaría entre algo más de 300.000 (si hacemos caso al Ministerio) y 1,1 millones (si tenemos en cuenta el análisis de BBVA Research).

En cualquier caso, Santos incide en la implantación paulatina de la reducción, sobre todo en los sectores con mayor rigidez, como servicios turísticos, y en las microempresas. Apuesta de cubrir la reducción de horas contratando a más trabajadores. “Se pueden dar incentivos para reclutar a más personas y de alguna manera se palia así la posible reducción de los beneficios”, dice. También pide “invertir beneficios en mejoras productividad: la robotización y la digitalización, pueden ayudar reducir esa jornada de trabajo”.

Para la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) “no es posible tocar la jornada laboral sin que afecte a la productividad y los costes laborales”, asegura Manuel Carlos Alba, director del Área Jurídica y Relaciones Laborales de la patronal. Alba considera “una barbaridad” imponer por ley la reducción y que sería “dañino” para las empresas andaluzas, “con un 98,99% de pymes, y con sectores como agricultura, servicios y comercio muy sensibles a esta medida”. Sí que es partidario de negociar y acordar con los sindicatos, aunque siempre manteniendo un principio de flexibilidad. El punto de partida, debe ser, asegura, el número de horas anuales, para permitir una cierta irregularidad en la jornada semanal en función de las necesidades de producción. “Y que el acuerdo marque unos parámetros de cuál debe ser la jornada según sectores, empresas y circunstancias del mercado. No puede haber rigidez”, asegura Alba.

La CEA aboga por medidas según sectores y tamaño empresaria, y dice que una imposición sería "dañina"

El pacto debe incluir, añade, todos los aspectos relacionados con el tiempo laboral, como horas extra y la distribución irregular”. Respecto a este último punto, plantea como elemento de negociación aumentar las horas destinadas a cubrir los picos de producción (los convenios fijan un máximo del 10%).

El responsable de la CEA, en cualquier caso, asegura que la tendencia es la de la reducción paulatina de la jornada. Los convenios firmados en 2023 ya recogen 38,4 horas, frente a las 39,45 de todos los registrados acumulados. El futuro dirá si esta tendencia se acelerará mediante un acuerdo, por imposición legal o, directamente, seguirá su curso natural.

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