Caso Laura Luelmo

Los análisis forenses apuntan a una muerte rápida de Laura Luelmo

  • Las pruebas confirman la tesis defendida por la Guardia Civil

  • El fallecimiento se produjo en sólo unas horas desde la agresión

Laura Luelmo falleció apenas unas horas después de su desaparición, el 12 de diciembre; no sobrevivió a la agresión que le propinó Bernardo Montoya y tuvo una muerte rápida. Éstas son parte de las conclusiones que deja el análisis forense de tejidos practicado en los últimos días, y que se corresponden, además, con las tesis de la Guardia Civil, que en su investigación señaló que la joven profesora zamorana asesinada en El Campillo habría fallecido en las primeras horas de su agresión.

Los nuevos informes apuntan a esta dirección, según ha confirmado Huelva Información de fuentes próximas al caso. Se descartan, de esta forma, los términos del primer examen pericial, que se inclinaba por una muerte posterior, al menos entre los días 14 y el 15 de diciembre, que dio lugar a una polémica entre los médicos y los investigadores de la Guardia Civil.

El Instituto Armado eludió ayer pronunciarse sobre los nuevos resultados del proceso, limitándose a asegurar que no obra en su poder ningún informe forense sobre los nuevos análisis. Este periódico, sin embargo, sí ha conocido que existe y que los resultados confirmarían el fallecimiento de Laura Luelmo por las heridas producidas al golpear Montoya su cabeza repetidamente contra el suelo.

Los estudios realizados en los tejidos han constatado que no hubo tiempo para la regeneración de las heridas, lo que apunta a una muerte rápida, en contra de la tesis inicial, basada, sobre todo, en la ausencia de fauna significativa en el cadáver.

Conclusiones de la investigación

La investigación de los agentes ya concluyó que Bernardo Montoya abordó a Laura Luelmo en la puerta de su casa, donde acabó forcejeando y agrediéndola mortalmente, antes de trasladar su cuerpo a un paraje a las afueras de El Campillo.

Esa tesis fue explicada en rueda de prensa el 26 de diciembre por el coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva, Ezequiel Romero, y el teniente coronel de la Unidad Central Operativa (UCO), Jesús García Fustel, en contraposición a los primeros informes forenses. La controversia se avivó con una nota de la Sociedad Española de Medicina Legal Forense que aseguraba que los informes posteriores ratificarían su datación.

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