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El juez sienta a Ortega Cano en el banquillo por el accidente mortal

  • El instructor abre un procedimiento abreviado contra el torero al estimar que existen "motivos suficientes" para atribuirle la responsabilidad del siniestro por su conducción temeraria y bajo los efectos del alcohol.

El torero José Ortega Cano tendrá que sentarse en el banquillo de los acusados para responder de varios delitos por el accidente que costó la vida al vecino de Castilblanco de los Arroyos Carlos Parra Castillo. El titular del juzgado de Instrucción número 9 de Sevilla, Juan Jesús García Vélez, ha dictado un auto en el que procesa al matador, al transformar las diligencias previas en un procedimiento abreviado, y da un plazo de diez días al fiscal y a las acusaciones particulares personadas para que soliciten la apertura de juicio oral, formulando el correspondiente escrito de acusación o el archivo de la causa.

El auto, al que tuvo acceso este periódico, tiene fecha del pasado 8 de noviembre y en el mismo el magistrado no especifica los delitos concretos que se imputan a José Ortega Cano, sólo hace referencia a que los hechos que se le atribuyen pueden constituir un delito de los comprendidos en el artículo 747 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que establece la obligación de abrir un procedimiento abreviado para delitos que llevan aparejada una pena inferior a los nueve años de cárcel. De hecho, en su declaración como en el juzgado, en septiembre pasado, se le imputaban al torero hasta tres delitos: uno de homicidio por imprudencia y dos contra la seguridad vial, por conducir de forma temeraria y bajo los efectos del alcohol.

El auto de procedimiento abreviado relata que sobre las 22:30 del 28 de mayo pasado el torero circulaba con su vehículo Mercedes R-320 por la carretera A-8002, en sentido hacia la localidad de Castilblanco de los Arroyos. Al llegar al kilómetro 28,150, que es un tramo curvo a la derecha con "visibilidad reducida", el coche del torero se desvió a la izquierda e invadió el sentido contrario, por el que circulaba la víctima, Carlos Parra Castillo, en un Seat Altea. Dice el juez que, en el momento del impacto, Ortega Cano circulaba "a una velocidad superior a la máxima prevista para la vía, de 90 kilómetros por hora", sin hacer mención a los 125 kilómetros por hora que determinó el Equipo de Reconstrucción de Accidentes de la Guardia Civil en su informe pericial sobre el siniestro.

Como consecuencia del impacto, falleció Carlos Parra Castillo, mientras que José Ortega Cano sufrió heridas de gravedad e ingresó sobre la 01:13 del 29 de mayo en el hospital Virgen Macarena, donde, según recuerda el juez, "se le tomaron muestras de sangre, que fueron custodiadas en el centro médico". Los análisis toxicológicos de estas muestras comprobaron que contenían alcohol etílico en una proporción de 1,26 gramos por litro de sangre, casi el triple de la permitida.

El juez también recuerda en su resolución los testimonios de las personas que alertaron con carácter previo al accidente sobre la presunta conducción temeraria del torero. Así, señala que sobre las 22:05, el imputado "había realizado una conducción con su vehículo que había puesto en concreto peligro la seguridad de los usuarios de la vía", antes de acceder al municipio de Burguillos, en su centro urbano y a la salida de la localidad. De igual modo, sobre las 22:25, Ortega Cano adelantó en la carretera A-8002, sentido Castilblanco de los Arroyos, a otro vehículo en un tramo de calzada "con línea continua que delimitaba los dos sentidos de circulación y en las proximidades de una curva hacia la derecha". El juez concluye que, de acuerdo con este relato de hechos y las diligencias practicadas, existen "motivos suficientes" para atribuir su perpetración al torero.

El auto de procesamiento pone fin a la instrucción de la causa, aunque todavía hay pendiente de resolver en la Audiencia sendos recursos por la denegación de la declaración de siete testigos de la defensa y de la acusación sobre el estado físico en el que se encontraba el torero aquella noche.

En su declaración como imputado, Ortega Cano alegó que la prueba de alcohol -que será la clave del proceso- está contaminada por la utilización de alcohol por el personal sanitario durante la extracción de sangre y aseguró que sólo se "mojó los labios" con una copa de Cava.

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