Polémica

Maracena vuelve a ser del PSOE: Carlos Porcel gana la moción de censura ante la soledad de Julio Pérez

Carlos Porcel, ya alcalde, y Julio Pérez estrechan la mano sin mirarse tras la moción de censura

Carlos Porcel, ya alcalde, y Julio Pérez estrechan la mano sin mirarse tras la moción de censura / Jesús Jiménez / Photographerssports

Levantó el dedo acusador hacia Soledad Carmona mientras se ponía en pie de su asiento y se disponía a irse. Julio Pérez estaba recién depuesto como alcalde de Maracena en favor de Carlos Porcel, pero no quiso escuchar las palabras de la que fue número cuatro de su partido en las elecciones y posteriormente concejal de Urbanismo, cartera de la que relevó en diciembre sin explicaciones. Carmona, este martes, ya como edil No Adscrita y como exmiembro del PP, votó a favor de la moción de censura que ha devuelto al PSOE el Ayuntamiento de la localidad metropolitana. Seguramente fuera el último escarnio hacia el ya exregidor, su partido, y los diez meses de gestión que han quedado cuestionados y finalmente cancelados en un pleno donde se han visto solo, rodeados de prácticamente 300 vecinos en su amplia mayoría partidarios de la moción, y en el que han perdido ampliamente el apoyo municipal. La votación lo dejó patente: doce votos a favor de la coalición PSOE, IU y Maracena Conecta más la edil No Adscrita, frente a los nueve, dos menos que lo que tenía al principio de la mañana, en contra de la moción (PP, Vox y Quiero Maracena).

Diez meses ha durado el gobierno con el que Maracena cambiaba de color político por primera vez desde 2003. Una moción de censura ha devuelto las cosas a como estaban hace un año, cuando ya había estallado la polémica por el asunto del secuestro de la que fuera concejal Vanessa Romero por parte de la expareja de la anterior alcaldesa, Berta Linares, y cuando aún pesaba el secreto de sumario sobre el caso donde se llegó a investigar la posible relación de varios dirigentes socialistas, desde la propia Linares a Noel López, número dos del PSOE andaluz y exregidor. Diez meses donde han pasado muchas cosas, desde un deterioro del pacto de gobierno a cuatro bandas al sobreseimiento de las causas contra los socialistas en enero, y que ejercen de trasfondo en todo este embrollo que ha terminado, al menos en este capítulo del serial, este martes.

El pleno donde se ha debatido la moción de censura ha sido largo y relativamente tenso: prácticamente los 300 asistentes que llenaron el salón del Ayuntamiento estaban a favor de la moción. Si había voces a favor del anterior alcalde, Julio Pérez, fueron muy escasas. El PSOE jugaba en casa, y cada crítica o acusación que partía desde la bancada de la derecha era abucheada por el público. "Nos tenemos que dedicar a trabajar. Maracena tiene presente y futuro. No vamos a volver a las tinieblas y el rencor", dijo Carlos Porcel en su turno de palabra, donde atacó a Pérez y su gobierno que "creaba problemas en vez de solucionarlos". Su primera medida la anunció nada más ser alcalde: la estabilización de los trabajadores del Ayuntamiento.

Pérez contraatacó sin un discurso preparado, pero tirando de datos y recordando que Carlos Porcel estuvo dieciséis años como concejal, en los cuales el Ayuntamiento generó una deuda de "40 millones de euros", y advirtiendo tanto a Amabel Adarve (MC) como a Soledad Carmona que iban a "poner de alcalde a quien ha puesto a Maracena en la ruina". Acusó a la Policía Local de Maracena de estar "engañados por su sindicato". "Sois listos, en ese fango os movéis mejor que nadie", espetó Pérez al afirmar que el PSOE miente en sus acusaciones, para acabar diciendo hasta tres veces "volveré".

La intervención de Adarve, la edil que ha propiciado el cambio de gobierno, fue de las más aplaudidas. Recordó los motivos de su salida del gobierno y recordó que su decisión no podía coger de sorpresa al PP. "He avisado muchas veces de que este camino era incorrecto. Han preferido ignorarme. No he traicionado a nadie. Todo estabais al tanto", dijo casi al final de su intervención, lo que llevó al primer encontronazo con la concejal popular María Ángeles Parlade. 

Otro turno de palabra controvertido fue el del portavoz de Miguel Ángel Fernández, de Quiero Maracena, el edil que rompió el pacto de gobierno en diciembre a condición de recibir la concejalía de Urbanismo en detrimento de Soledad Carmona. En su intervención fue donde más se habló de urbanismo, donde centró sus acusaciones a anteriores gobiernos por bloquear desarrollos, y basó su "modelo de ciudad" en desbloquear algunas "unidades urbanísticas que hacen la puñeta a muchos usuarios". Además acusó a Amabel Adarve de no acudir al Ayuntamiento en horario matinal, a lo que ella se defendió después diciendo que su concejalía "es de tarde".

Juan Antonio Quesada, de Vox, tiró de crítica con las pretensiones presupuestarias de Adarve: "Nos has pedido dos millones de euros apara tus caprichos. Espero que no seáis cómplices de este chantaje", les ha dicho a PSOE e IU. Este concejal protagonizó una de las imágenes del pleno cuando, tras votar en contra con un grito fuerte y seco, se fue del pleno su esperar a que acabara. Por su parte, Antonio Segovia, de IU, interpeló directamente al anterior alcalde: "Deberías reconsiderar si puedes dedicarte a esto, Julio".

Tras una eterna intervención de Antonio García Leiva, concejal del PSOE que estuvo en las investigaciones del caso del secuestro y las piezas separadas sobre una supuesta trama urbanística, y que levantó los aplausos de sus correligionarios, se procedió a votar la moción donde el momento más esperado era saber la decisión de Soledad Carmona, que finalmente votó a favor y se llevó los vítores de la sala. La edil tuvo finalmente la palabra, la cual le denegó previamente Julio Pérez, que no quiso oírla una vez desalojado de la Alcaldía.  Sin embargo, ella se despachó. Se tomó su venganza contra quien la quitó de una de las concejalías más importantes, y relató cómo quedó "desvalorizada" por su propio presidente. "Ahora mis decisiones serán en libertad", dijo.

Al otro lado, la bancada de la derecha se quedó vacía. En otros rincones de la casa consistorial de Maracena, un precinto custodia los documentos de la denuncia de los concejales del anterior Gobierno. Aún queda mucha tela que cortar.

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