Oleada sísmica

Un año después de la noche en la que Granada no durmió: entre reparaciones y recuerdos por los terremotos

Decenas de granadinos salieron a la calle aquella noche del 26 de enero tras los terremotos.

Decenas de granadinos salieron a la calle aquella noche del 26 de enero tras los terremotos. / Antonio L. Juárez / Photographerssports

Hace un año de aquel crujido previo al temblor que hizo que en Granada la noche se convirtiese en día y que el toque de queda desapareciese por completo. Tres días antes, el sábado, ya se había vivido el trailer de la serie que a partir de entonces iba a suceder en la zona del Área Metropolitana, cuyo gran estreno fue aquel martes noche. Primero llegó una especie de sonido y después, el temblor, largo y fuerte. Después todo móvil se inundó de mensajes, que se enlazaban con más temblores. Hasta cinco en tan solo media hora. No era de extrañar que Granada y su Cinturón se echaran a la calle ataviados con pijamas y abrigos presos del miedo, sobre todo después de saber que incluso se habían registrado daños, no solo en casas o edificios, sino también en las calles. Se cumple un año de la oleada sísmica que sacudió una provincia cuyos municipios aún continúan recuperándose de aquello.

Pese a que los primeros terremotos se registraron en diciembre -y también hubo en febrero y marzo, y alguno que otro en meses posteriores-, el mes de enero fue el que quedó marcado por completo por los seísmos que sacudieron a la provincia. El primer gran temblor llegó a mediodía, el sábado 23 de enero, con un terremoto de 4,4 de magnitud con epicentro en Santa Fe. Este ya comenzó a dejar alguna que otra grieta que tan solo un par de días después acabaría intensificándose aún más, tras aquella noche del 26 al 27 de enero, en la que incluso uno de los terremotos alcanzó el grado V en la escala Richter. Y es que, en apenas una hora, entre las 22:35 y las 23:44 horas, 18 seísmos se sucedieron en el Área Metropolitana, una quincena de ellos con epicentro en Santa Fe.

Daños en una vivienda de Atarfe durante los terremotos de la oleada sísmica que sacudió Granada en enero de 2021. Daños en una vivienda de Atarfe durante los terremotos de la oleada sísmica que sacudió Granada en enero de 2021.

Daños en una vivienda de Atarfe durante los terremotos de la oleada sísmica que sacudió Granada en enero de 2021. / E. P.

Esa serie sísmica provocó que hasta trece centros educativos de cuatro municipios informaran de daños, que en Santa Fe las clases quedaran suspendidas y que en localidades como Atarfe, la asistencia disminuyera de forma considerable. Y es que aquella noche hubo muchos que cogieron el coche y, pese a las restricciones que por entonces prohibían la movilidad nocturna o el cambio de municipios, se desplazaran hasta la zona de la Costa para alejarse de aquel epicentro sísmico. O incluso en la zona de los bosques de la Alhambra, cuyo Patronato tuvo que apuntalar también las almenas de la Torre de las Gallinas, o el corte de la Cuesta de los Chinos ante la presencia de grietas.

Asimismo, entre las incidencias más relevantes que dejaron los temblores de aquella noche se encontraban la caída de un muro en la calle maestro José Merino en Maracena o el desprendimiento de azulejos en la fachada del colegio Nuestra señora de la Consolación en Granada capital. 

Tampoco quedó exenta de daños la Catedral de Granada, que sufrió un desprendimiento de una parte de la base de la cruz de la misma, un cascote de 3 o 4 kilos, así como la Iglesia de San Cristóbal, que también tuvo un desprendimiento en la cuarta capilla del lateral izquierdo.
Iglesia de la Encarnación de Santa Fe. Iglesia de la Encarnación de Santa Fe.

Iglesia de la Encarnación de Santa Fe. / G. H.

Atarfe fue otro de los municipios que también sufrió desperfectos por aquello, más de medio millar de viviendas que a día de hoy ya están arregladas o los desprendimientos en el techo de su piscina municipal; al igual que también ocurrió en Santa Fe, la localidad más azotada por los temblores, donde avanza la reconstrucción de sus edificios públicos y privados. En Santa Fe, se notificó la caída de parte de una chimenea en la calle Rosa de Luxemburgo, así como el derrumbe de una vivienda abandonada en la calle Real, además de los daños en la Iglesia de la Encarnación, cuya nave central quedó rajada y desprendida en un lateral y las cúpulas laterales, con grietas y que espera que "de forma inminente", según indicaron desde el Consistorio, comience su reparación tras obtener el visto bueno de la Junta.

En concreto, según dijo el alcalde santaferino, Manuel Gil, "aquellos seísmos conmocionaron a los vecinos, generaron daños en edificios públicos y privados y activaron un trabajo coordinado por el que se inspeccionaron 250 edificios". 

Los daños al patrimonio civil, centrados principalmente en tres edificios afectados como son el propio Ayuntamiento, el edificio de El Pósito y el mercado de abastos, fueron evaluados y cuantificados en un total de 2,3 millones de euros, para poder volver a ser puestos en funcionamiento, según explicó el regidor. Así, para la reparación del Consistorio se destinarán dos subvenciones diferentes, una primera procedente de los fondos Edusi, de 277.000 euros; y otra de la Junta de Andalucía destinada a catástrofes, que supondrá 120.000 euros.

Por otra parte, el mercado contará con una inversión aproximada de 600.000 euros, que permitirá su rehabilitación, mientras que el edificio de El Pósito será reparado de sus daños estéticos a través de la indemnización procedente del seguro, que alcanzará unos 10.000 euros.

Gil también resaltó que el Consorcio de Compensación de Seguros ha tramitado "un millar de expedientes de daños en edificios, lo que supone unos 3,5 millones de euros, y ha cifrado en un centenar el número de expedientes de órdenes de ejecución que se abrieron para que los propietarios iniciasen obras de conservación y mantenimiento".

Además de la gestión de las ayudas para actuar en edificios públicos, Santa Fe prevé crear una Oficina de Rehabilitación del Centro Histórico que, más allá de los seísmos, impulse la revalorización el patrimonio urbanístico y arquitectónico.

Ahora, un año después de aquello, los recuerdos en dispositivos móviles y redes sociales de lo que fueron aquellas jornadas empiezan a resurgir con una perspectiva bien distinta, hay muchas más información al respecto y más medidas para hacer frente a este tipo de eventos naturales. Por suerte, todo aquello quedó en un gran susto, la esperanza ahora es que no se vuelva a repetir.

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