Ciencia abierta
  • La propuesta de nuevos planes de estudio de Magisterio ha recibido un aluvión de críticas

¿Quién te enseñará STEM?

Un profesar imparte clase. Un profesar imparte clase.

Un profesar imparte clase.

Escrito por

Francisco González

 Hace unas semanas el mundo académico de las Facultades de Educación recibía la noticia de una propuesta de reforma de los planes de estudio que conducen a la obtención de los títulos de los grados universitarios de Magisterio, es decir los títulos de Grado en Educación Infantil y Grado en Educación Primaria, entendámonos, aquellos profesionales de la educación que llevan a conocer los elementos básicos de la cultura a los niños y niñas desde los 3 a los 11 años.

El Ministerio de Universidades comunicaba que hasta el 17 de marzo, el próximo viernes, se abría un periodo de alegaciones y sugerencias para la mejora de los planes de estudio presentados. Puede que los responsables del Ministerio pensaran que el mundo académico iba estar preocupado en otras cosas y la cuestión pasaría sin mucho ruido, lo cual dice poco de su inteligencia. Ya de por si que el Ministerio de Universidades esté diferenciado del Ministerio de Educación dice poco de la inteligencia de quien diseño el reparto de carteras ministeriales, salvo, claro por la necesidad de repartir prebendas entre los que apoyan al gobierno. Pero no quiero que me acusen de desvirtuar el sentido de este Ciencia abierta, ya expresé una opinión personal en una reciente tribuna abierta que titulé: ¿Qué te enseña la maestra?

Y dirán ustedes que el título de hoy es muy parecido, ciertamente. Lo sucedido en estas últimas semanas es que al Ministerio le están llegando múltiples críticas desde muy diversos sectores que han visto como la propuesta realizada vacía de gran parte de los contenidos culturales los planes de formación de los futuros maestros generalistas. Algunos, afines al Gobierno, tachan esas críticas de que solo pretenden defender los derechos de los departamentos universitarios que dicen perder créditos de docencia y claro ya estamos con aquello de la sardina y el ascua. No es tal la cuestión.

Si la propuesta supone despedir a la mayor parte del profesorado no funcionario de los departamentos de didácticas específicas (Matemática, Lengua y Literatura, Ciencias Experimentales, Ciencias Sociales y Educación Artística), es decir aquellos que se encargan de esa formación en los problemas de enseñanza y aprendizaje de esas materias, supongo que los sindicatos del profesorado tendrán algo que decir.

Reducir la ya escasa formación cultural de esos maestros generalistas para poner en su lugar directrices de pedagogía general o habilidades sociales, y otras cuestiones que ya están recogida en materias actuales y que, además, las didácticas específicas ya están incorporando en sus programas, es un verdadero dislate.  ¿Y por qué se hace esto? Desde la ciencia, yo propondría alguna hipótesis.

Pero oigamos que dice la propia Conferencia de Decanos de Educación (CoDE). "La Junta Directiva de la CoDE y su Comisión Permanente consideran que el procedimiento seguido (en relación a la reforma) ha podido no ser el más adecuado y que, en consecuencia, ha faltado transparencia en la información. Por eso, tras una larga deliberación, la Comisión Permanente ha acordado presentar una alegación, entendiendo que, para dar respuesta a las necesidades surgidas, se precisa articular un proceso interno de consenso en el que intervengan todos los Centros Universitarios y Facultades que imparten estos estudios, que permita lograr un nuevo marco curricular cuya responsabilidad de legislar corresponde finalmente, al tratarse de profesiones reguladas, al Ministerio de Universidades, apoyándose en cuantos informes e interlocutores considere oportunos y sean necesarios".

¿Y no se podía haber actuado así antes? No hacía falta mucha larga deliberación, pero bueno es reconocer algún error o mal paso dado. Y entonces se alega: "La Comisión Permanente de la Conferencia de Decanas y Decanos de Educación (en adelante CoDE), en ejercicio de las funciones que tiene otorgadas (…) A raíz de las apreciaciones que se han hecho a la CoDE en los últimos días, se constata que no hay consenso entre áreas de conocimiento, departamentos, centros y facultades en torno a los citados proyectos de órdenes. En consecuencia, SOLICITA: Que el Ministerio de Universidades arbitre un proceso abierto que posibilite la participación de todos los Centros Universitarios y Facultades que imparten estos estudios, para la formulación de una nueva propuesta y la retirada, llegado el caso, de la actual.

Bueno, ya matizaría que consenso entre diversas áreas de conocimiento sí que lo hay. Esas "apreciaciones" que se citan son las múltiples alegaciones que ya han sido presentadas al Ministerio por el profesorado de forma individual y de sus colectivos que los representan, como las de las asociaciones de didactas de la Lengua y la Literatura (SEDLL), Matemáticas (SEIEM), Expresión Plástica (SEA), Ciencias Experimentales (APICE) y Ciencias Sociales (AUPDCS), que de manera conjunta, expresan su disconformidad con el proyecto de orden para la reforma de los planes de estudio de los grados universitarios de Maestra/o en Educación Infantil y Educación Primaria.

Juzguen ustedes la lógica que tiene la propuesta del Ministerio. Resulta que en el horario lectivo de cualquier maestro o maestra de primaria, según la LOMLOE (la ley que aprobó y defiende este gobierno), se destina un 64% del horario escolar al desarrollo de Conocimiento del Medio (Social y Natural), Educación Plástica y Visual, Lengua Castellana y Literatura y Matemáticas, mientras que en el proyecto ahora presentado para la formación inicial de maestros de primaria solo se destinaría un 12,5% para aprender a enseñarlas, frente al 40-45% de los planes en vigor actualmente. Es decir, tendríamos futuros maestros y maestras muy malformados en lo que enseñan. ¿O es que ese es el objetivo del Ministerio?

No estamos defendiendo derechos gremiales. Lo que se demanda es que los maestros y maestras generalistas tengan una formación sólida en esas áreas curriculares, como ya las tienen otras especialidades de magisterio. ¿O queremos maestros y maestras con poca formación en ciencia y matemáticas, por ejemplo, para que luego digamos que el futuro de la escuela está en enseñar STEM a los niños y niñas (ciencia-tecnología-ingeniería-matemáticas)?

¿Quién enseñará STEM? ¿La Inteligencia Artificial? o ¿las academias privadas o los profesores particulares? o ¿los maestros y maestras generalistas formados con un curriculum lleno de oxígeno, nitrógeno, argón y dióxido de carbono? En las clases de ciencias seguimos, por ahora, enseñando que eso es aire, como decía la canción de Mecano.

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