Casarones, el anejo de la Costa de Granada en conflicto por las basuras
Costa
Los vecinos denuncian estar abandonados por el Ayuntamiento de Rubite ante el grave peligro de insalubridad
El alcalde, Arsenio Vazquez (PSOE), asegura que "los rubiteños están contentos" por el "gran esfuerzo"
Mitad Costa, mitad Alpujarra. Rubite, con alrededor de 400 habitantes censados, es uno de esos municipios que cuando llega el verano cambia su fisionomía hasta situarse en los aproximadamente 900 vecinos durante el periodo estival. Con la dificultad añadida de que su población está esparcida por los 28 kilómetros de término municipal que reúnen entre el núcleo principal rubiteño y sus anejos costeros tales como El Lance, Los Gálvez y Casarones.
En este último punto turístico existe un conflicto entre un grupo de personas agrupadas en torno a la Asociación de Vecinos de Casarones y el Ayuntamiento de Rubite al que acusan de desatención en esta parte del pueblo lo que ha generado, según los denunciantes, una situación "cada vez más alarmante e insalubre" por la acumulación de basuras en las calles.
Los vecinos, la mayoría de los cuales tienen su residencia veraniega en esta zona costera, apuntan que los problemas principales son dos. De un lado, señalan que en una población que se duplica en verano es insuficiente la frecuencia prevista por el Ayuntamiento para la recogida de basuras, lo que unido a que los contenedores están muy cerca de las viviendas acaba provocando que las bolsas rebosen con las consiguientes complicaciones de insectos, roedores y colonias de gatos que acechan la basura. Lo que se suma a los malos olores.
El segundo problema que exponen es el de los palomares que se han generado en una finca particular lo que, según opinan desde la Asociación de Vecinos, unido a las basuras y a las malezas de la zona puede crear a su vez otras afecciones de salud pública como la aparición de posibles plagas.
Los propietarios de esta propiedad privada asegura que ellos son los principales perjudicados por las bandadas de paloma que han creado problema en la estructura de un edificio que esperan seguir construyendo en un futuro. Asimismo, apuntan los dueños de esta casa que han intentado sin éxito acabar con las palomas poniendo telas, pero que vuelven allí cuando puede y que ni desde Medio Ambiente ni desde el Ayuntamiento pueden hacer nada con este problema que, insisten, a quien más les afecta es a ellos mismos.
Son numerosos los escritos que desde hace años, la Asociación de Vecinos de Casarones ha enviado a la Diputación, a la Junta de Andalucía por problemas en las playas, a Costas y al Distrito de Sanidad. Documentos a los que ha tenido acceso este periódico y que remiten a la lucha de los vecinos por que la zona presente mejores condiciones, ya que indican que aunque son veraneantes pagan un IBI elevado al ser un municipio costero.
Escritos que también han remitido al Ayuntamiento, con el que han contactado en contadas ocasiones para abordar lo que consideran un grave problema de insalubridad. No obstante, aseguran que sus reclamaciones han sido desoídas por el alcalde rubiteño, Arsenio Vázquez (PSOE), que no pone solución a sus demandas pese a sentarse con ellos y le acusan de desviar siempre la pelota al tejado de otras administraciones "para no hacerse cargo".
Es por ello, que ante esta situación que consideran de "abandono y total indefensión" acumulan desde hace veranos un archivo fotográfico en el que van documentando los problemas de higiene en el anejo. Contenedores a rebosar, mobiliario tirado por los suelos y manchas en la carretera junto a las basuras además del problema del palomar que se ubica en la finca agrícola desatendida.
"Los rubiteños están muy contentos, se está haciendo un gran esfuerzo"
Arsenio Vázquez es un alcalde con sobrada experiencia en el ámbito municipal. Regidor desde el año 2000 bajo las siglas del PSOE, este rubiteño se enfrenta al problema de gestionar un pueblo que no alcanza los 400 habitantes oficiales, pero que en verano se desborda por la llegada de veraneantes con segunda residencia y turistas. Preguntado por la denuncia de la Asociación de Vecinos de Casarones ante la falta de higiene en este anejo, el alcalde asegura que se está haciendo un gran esfuerzo desinfectando todo lo posible.
"Hay una trabajadora limpiando Casarones que es maravillosa", asegura Vázquez que desconoce las quejas de los vecinos que veranean en la zona y critica que en un pueblo pequeño como el suyo los horarios de basura son más reducidos y apela al civismo y a la "responsabilidad ciudadana de quienes habitan la zona en verano porque “la basura hay que tirarla cuando se pueda, el día que toca".
"No tenemos tantos recursos como Almuñécar", afirma el regidor, quien eso sí apunta que ahora todavía más con el Covid-19 desde el Ayuntamiento "se está haciendo un gran esfuerzo y estamos trabajando más que nunca".
Todo, asegura, pese a que su condición de pueblo pequeño no les permite grandes dispendios y además tienen que abarcar mucho territorio entre anejos y cortijos con el añadido de la población duplicada. "Estamos gastando más", indica el socialista quien dice que los empleados municipales se encuentran desbordados y hasta se ha emitido un bando para la contratación de peones de limpieza.
"Los rubiteños están muy contentos", resalta Vázquez, que apunta además que se ha hecho mucho para responder a la pandemia y que en breve la Junta certificará sus playas como seguras.
Además, respecto a las protestas por el abandono de una finca agrícola que ha generado un gran palomar, responde que también se han hecho labores de desinfección en la zona pero que no depende de ellos al ser una propiedad privada.
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