El Puerto de Motril se afana por terminar los últimos detalles antes de que sus instalaciones vuelvan a convertirse en el punto obligatorio de paso de cientos de personas que llevan mucho tiempo esperando el restablecimiento de las líneas marítimas con Marruecos para visitar a familiares y amigos. Un inicio de la Operación Paso del Estrecho (OPE), de junio a septiembre, que regresa este año con más fuerza después de las distintas restricciones impuestas por Marruecos y que lastró un poco la campaña pasada, para convertirse en uno de los puntos estratégicos más utilizados para el regreso de pasajeros de la comunidad marroquí desde los países europeos a su lugar de origen.

Una OPE en la que las distintas administraciones llevan varios meses trabajando con la puesta en funcionamiento de toda la maquinaria necesaria, contratación de personal o refuerzos de las Fuerzas de Seguridad que intervienen en el operativo. En este sentido, y a nivel nacional, el Ministerio del Interior desplegará a partir de este 15 de junio un dispositivo de seguridad especial con un total de 19.441 agentes policiales, lo que supone un incremento del 21,4% respecto al desplegado en 2022. El objetivo de este despliegue es garantizar el desarrollo normal y fluido de la operación, que se desarrolla hasta el 15 de septiembre, y en la que miles de ciudadanos de origen magrebí atraviesan España para ir a y volver de sus países de origen durante el período estival. El dispositivo de seguridad que se desplegará por los distintos puestos fronterizos nacionales está formado por por 18.593 agentes -4.520 de Policía Nacional y 14.073 de Guardia Civil-, a los que hay que sumar 648 policías destinados en los puertos y fronteras de Valencia, Alicante, Almería, Málaga, Motril, Algeciras, Tarifa, Ceuta y Melilla. Además, en el dispositivo de seguridad participan también las policías locales de las localidades con puertos de embarque.

En el caso de la Costa de Granada, se trata de un dispositivo complejo que hay que poner nuevamente en funcionamiento en el que participan Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, Salvamento Marítimo, Cruz Roja, Bomberos, Sanidad Exterior, el centro coordinador de emergencias 112 Andalucía, Junta de Andalucía, Jefatura Provincial de Tráfico, Aduanas y el Ayuntamiento de Motril, entre otros.

Durante el dispositivo montado en 2022, cerca de 100.000 pasajeros y 23.000 vehículos transitaron por las instalaciones de la dársena granadina, unas cifras que quedaron un tanto alejadas de las registradas en 2019, y que supuso un descenso del 31,6% del tráfico portuario. Sin embargo, las previsiones para la presente edición son más halagüeñas, debido principalmente a la laxitud de los requisitos para poder viajar entre continentes.  

El presidente de la Autoridad Portuaria, José García Fuentes, explica a Granada Hoy que pese a que el operativo comienza oficialmente este jueves, en el caso de Motril no se espera un gran movimiento hasta la última semana de junio, coincidiendo con la Fiesta del Cordero. "A partir del fin de semana del 24 y 25 de junio esperamos que se empiece a notar una mayor afluencia en el tráfico de coches y pasajeros que irá aumentando progresivamente en julio. Se espera un incremento con respecto al año pasado porque las condiciones son más laxas, el año pasado hubo mucha gente que decidió no realizar el viaje por todas las medidas que se pedían. Está todo preparado para dar el mejor servicio posible y, aunque aún es pronto para aventurarse, las previsiones son buenas, estamos trabajando con las navieras para que así sea".

El Puerto de Motril lleva tiempo mejorando y preparando una serie de infraestructuras para dar servicio a los miles de pasajeros que transitan por las instalaciones, como la pasarela sobre el pesquero que une las dársenas Interior y Azucenas-Costa, y la unificación de las zonas fiscales, el Área de Depósito Temporal de Mercancías, el aparcamiento de camiones o las casetas para transitorios. La OPE repercute directamente en la economía de la zona, y de forma indirecta con la generación de puestos de trabajo de las propias líneas marítimas, el refuerzo de servicios dentro de las instalaciones portuarias, así como lo que se genera en los establecimientos comerciales, hosteleros y hoteleros de la zona.