Un bar de La Herradura pone un semáforo para controlar el acceso de clientes
“Si está en rojo es que no quiero que entre más gente, con la que hay dentro tengo suficiente”, dice el dueño
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Todo lo que pasa en un bar de la Costa Tropical de Granada en verano, es verdad. Sucede porque está escrito en el libro del comportamiento humano: el gentío, el sudor del camarero, los gritos para pedir las raciones… Hay bares con tanto éxito que antes de abrir sus puertas ya hay gente esperando para coger sitio. Cualquier persona puede conocer varios. En La Herradura está el Baena, encajonado por una rambla y colindante con la sede de una sucursal bancaria. Es un bar de toda la vida cuyos parroquianos suelen ser herradureños nativos o personas que llevan muchos años veraneando en la bahía granadina. Su éxito es tal que hay más gente que se va porque no puede entrar al estar lleno, que gente que se queda.
Su dueño, José Luis Ruiz, más conocido por El Baena, ha ideado un método para evitar el embotellamiento en su bar: ha puesto un semáforo que cambia de rojo a verde dependiendo de si el local admite a más clientes o no. “Es que hay días que aquí no se puede respirar, por eso cuando le doy al rojo significa que no quiero más clientes, que con lo que tengo son suficiente, dice El Baena.
“Hemos visto semáforos en muchos sitios, pero nunca en un bar. Nosotros lo entendemos, si no cabe más gente, pues no cabe. Es una buena idea”, dicen dos veraneantes ocasionales a los que les han dicho que uno de los bares que hay que visitar en La Herradura es el Baena.
Se trata de una taberna que está por derecho propio en el ADN de La Herradura. Lleva 32 años en la bahía. El local está adornado con banderas españolas (algunas con ‘aguilucho’ incluido), tricornios y figuras de Franco. En sus paredes y estanterías hay lemas como “No le toques los huevos al Baena” o “No quiero clientes nuevos”. O: “Le recordamos que el Baena no es psicólogo”. A pesar de la pretendida malafollá del dueño y de su pose de esaborío, el local tiene tal éxito que siempre está lleno de gente, por lo menos a la hora de la cerveza. “Debe ser que porque lo que ofrezco le gusta a la gente”, comenta el aludido.
José Luis sabe que el marchamo de la ultraderecha que se rezuma en su decoración puede resultar ofensivo para alguna gente. Y sabe que por ese motivo a veces también lo ponen a parir en las redes, pero no le importa. Dice que su negocio tiene una clientela de muchos años a la que no le incomoda esas “minucias políticas. “Tengo clientes que también son de extrema izquierda, no crea. Yo creo que tengo más clientes de izquierdas que de derechas. Debe ser que lo que encuentran aquí no lo encuentran en ningún otro sitio”, dice José Luis.
Aunque José Luis es del Club Deportivo Mirandés, su local es conocido también por ‘El pequeño Bernabéu’ porque allí se dan cita los madridistas del pueblo para ver los partidos de su equipo. Lo dicho, un bar al que hay que entrar alguna vez, pero solo cuando su semáforo esté en verde.
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