Camping Don Cactus: Medio siglo ofreciendo diversión, tranquilidad y días de vacaciones en la Costa Tropical

El espacio se ha convertido por título propio en uno de los grandes iconos del litoral granadino

La película 'La Sociedad de la Nieve', el Camping Don Cactus y el programa Andalucía Directo reciben los Premios Turismo de Granada 2025

Dos personas paseando por el camping Don Cactus
Dos personas paseando por el camping Don Cactus / Alba Feixas

Es difícil encontrar a alguien en la provincia de Granada que no haya escuchado hablar del camping Don Cactus. El que más o el que menos, ha pasado algunos días de su vida disfrutando del remanso de paz que ofrecen sus instalaciones en plena Costa Tropical, o al menos conoce a alguien que ha veraneado en sus instalaciones. Sus más de 50 años de historia le preceden, se ha ganado la etiqueta de ser uno de los precursores del turismo en la provincia y el lugar perfecto para disfrutar de las noches veraniegas a ras de cielo. Uno de sus mayores secretos y lo que le ha valido para mantenerse en el tiempo, es saber adaptarse a los tiempos y ofrecer lo que el cliente necesita en cada momento, sin olvidar el esfuerzo que realiza toda la plantilla para que los campistas disfruten de la experiencia.

El Don Cactus fue fundado en 1973 por Álvaro García Santos y María Eugenia Cernuda Figueros en Los Llanos de Carchuna, fue uno de los primeros en apostar por un modelo de turismo campista que, a día de hoy mantiene y regenta Álvaro García Cernuda, la segunda generación de la familia al frente del negocio. Actualmente, cuenta con cuatro hectáreas de terreno y capacidad para 1.150 personas a repartir entre 33 bungalós, ocho tiendas de glamping y 250 parcelas, aunque no siempre ha sido así. En los primeros años de su puesta en marcha todo lo que tenían construido era el edificio que hacía las veces de restaurante y cafetería, recepción y vivienda de los anfitriones, y apenas dos calles para la acampada. Con el tiempo fueron creciendo y ampliando sus instalaciones hasta convertirse en un pequeño pulmón verde en mitad de los Llanos.

Por sus calles ahora mismo solo se escucha el sonido del agua al caer al suelo de la zona de juegos de la piscina, el caminar de uno de los clientes extranjeros que hay ahora mismo hospedado, empujando un carrito y un tímido, pero amable "hola" con un marcado acento alemán o movimiento de una silla de otro cliente que aprovecha la tranquilidad para tomar el sol en una de las calles y que tras ver movimiento decide volver dentro de su caravana. El bullicio y la actividad frenética que han vivido en las instalaciones con el cliente nacional, más propio de la temporada estival, ya no se encuentra. Ahora se encuentran realizando arreglos y planificando la poda de la extensa vegetación que tienen para dar la bienvenida a otro tipo de cliente que busca la tranquilidad, vivir sin prisas y que se queda para larga temporada: el extranjero jubilado.

Sobre que es prácticamente imposible encontrar a alguien que no conozca el Don Cactus, aunque sea de oídas, en la provincia de Granada, Álvaro lo tiene claro, "buena culpa de ello es que llevamos más de medio siglo en funcionamiento, y si te pones a pensar la forma de viajar antes no era como ahora. Si nos vamos 30 años atrás, la gente joven se iba a un camping de vacaciones porque era lo más asequible, no había tanta disponibilidad como ahora con Airbnb o Booking, ahora la gente joven se mueve mucho y utiliza el avión cada dos por tres, antes eso era algo casi impensable", aunque reconoce que los campings se han encarecido con el paso de los años porque ofrecen otro tipo de servicios.

Álvaro García, dueño del camping Don Cactus
Álvaro García, dueño del camping Don Cactus / Alba Feixas

"Aquí somos como una pequeña gran familia. Hay clientes que llegan, hacen buenas migas con sus compañeros de parcela, y de un año a otro te piden que los pongas juntos. Hemos tenido, por ejemplo, algún cliente de Bilbao que después de reservar para el mes de agosto, nos llama para decirnos que si se puede cambiar a julio porque se han enterado que sus amigos de Sevilla, que los conocieron el año anterior o hace dos años en el camping, y que qué hacen ellos viniendo en agosto si sus amigos vienen en julio. Realmente es muy bonito ver los lazos de amistad que se producen en un camping y esto es gracias al modelo turístico. Al final el que va a un hotel, a una casa rural, va a un establecimiento, mientras que el camping es un gerundio igual que trekking, shopping. Al final esto es como una actividad, tú vas de camping, vas de acampada, nuestros clientes son campistas, aquí se conocen, se relacionan entre ellos", explica el empresario turístico.

En este sentido, apunta que lo más divertido es cuando llega alguien nuevo y no sabe montar una tienda y el vecino de parcela coge y le ayuda, o cuando llega alguien mayor, la caravana pesa cuando la desenganchas del coche para colocarla en la parcela y "ves como enseguida vienen corriendo dos o tres personas de distintas parcelas para ayudar, en ese momento se empiezan a crear lazos. Hemos visto como ha pasado eso y luego el hombre en agradecimiento ha invitado a tomar un café en su parcela, y comienzan a hablar y a contarse su vida y van surgiendo amistades que, en cambio, cuando vas a hotel o un apartamento no suele surgir.

La pandemia disparó el turismo de camping

El miedo a quedarse encerrado entre cuatro paredes y la necesidad de buscar lugares amplios y rodeados de naturaleza hizo que muchos turistas mirasen a los campings de otra forma y que en los años siguientes se disparase el número de personas que elegían este estilo de vida. "Mucha gente descubrió a raíz de la pandemia el mundo del camping y que podía estar en un entrono al aire libre, con los niños sueltos dentro de un entorno cerrado, vigilado y descubrieron esas bondades. Hubo mucha gente que alquiló una autocaravana para probarla o llegó a un bungaló por primera vez y fueron descubriendo este mundo. Siempre hemos dicho que en Holanda, por ejemplo, un 20 o 25% de la población es campista y en cambio, en España hablábamos de un 3% de la población. Y pasa lo mismo en países de Europa como Alemania o Francia, que no conciben estar todo el año viviendo en una casa entre cuatro paredes para irse de vacaciones y seguir igual, les gusta más disfrutar del aire libre. Eso faltaba en España, y con la pandemia mucha gente lo descubrió".

En la provincia de Granada el mundo del camping ha ido evolucionando con el paso de los años. El responsable del Don Cactus lleva toda la vida al tanto de las novedades y de la historia de cada uno de los alojamientos de estas características que hay en territorio granadino. No es el más antiguo, pero si de los primeros que aún sigue en funcionamiento.

"Creo que el camping de Sierra Nevada es el más antiguo, pero ya no está en funcionamiento. Este sector ha ido cambiando mucho con el paso de los años, antes había instalaciones más pequeñas y los servicios que se ofrecían eran bastante básicos, ahora hay campings que en prestación de servicios son casi igual que un hotel cuatro estrellas. Hemos ido evolucionando a lo que pide el cliente y adaptando nuestras instalaciones para ofrecer servicios de calidad y adaptadas a las necesidades de todo el mundo".

Una de las últimas incorporaciones en el Don Cactus, sin ir más lejos, es un bungaló completamente adaptado para personas con movilidad reducida, ampliando sus espacios y acondicionando los servicios. Ya tenían el área de piscina y juego adaptada con una silla anfibia, rampas en el acceso al restaurante o baños adaptados.

Álvaro García recogiendo el premios de Turismo Granada 2025
Álvaro García recogiendo el premios de Turismo Granada 2025 / Antonio L. Juárez / PicWild

Un premio que reconoce el trabajo de muchos años

Hace escasamente unos días, el responsable del Don Cactus recogió el Premios Turismo de Granada 2025 por su apuesta por la innovación y los servicios de calidad. En este sentido, el empresario lo tiene claro, "No nos esperábamos este premio, estamos muy agradecidos porque nos reconozcan el trabajo, pero sobre todo al equipazo que tenemos trabajando con nosotros día tras día. Este premio no lo consigue Álvaro, lo consigue todo el personal que hay aquí y que es la caña, ahora que no me oyen porque luego se crecen", reconoce entre risas.

En este sentido, recalca que al final es el reconocimiento al trabajo diario, "no es una carrera que has hecho un día, que te ha salido bien y que te han premiado. Quiero pensar que es porque hay un trabajo constante, en el que también metemos la pata muchas veces, nos equivocamos, aprendemos y seguimos funcionando".

Además, promueven la desestacionalización del turismo. "Nos hemos planteado muchas veces cerrar unos meses al año, hay veces que no salen las cuentas, pero pensamos principalmente en la plantilla. Es uno de nuestros grandes activos, y todos tienen una historia detrás, una familia a la que mantener, no podemos plantearnos el cerrar unos meses al año como otros establecimientos porque gracias a esto vive mucha gente todo el año". "No pensamos realmente en desestacionalizar el turismo. Durante los meses de verano tenemos una clientela y el resto del año otra, las dos están muy bien, pero tenemos que pensar en que nuestro gran activo es el personal y eso se consigue cuidándolos todo el año. Y los clientes que vienen año tras año también lo agradecen".

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