"Estamos en constante evolución": los cambios en la migración provocan un descenso de pateras en la Costa de Granada
El litoral ha experimentado una bajada del número de llegadas, que suben en otras zonas como Baleares o Canarias, conectadas a través de nuevas rutas
El Gobierno asegura que el nuevo CATE de Motril ya está listo para su uso
En lo que va de año, 81 personas, entre ellas al menos 12 menores, han precisado una atención especializada tras llegar a la costa de Granada en una lancha rápida, patera o moto de agua, y aproximadamente un 24% ha necesitado una asistencia sanitaria más especializada. Una cifra que se aleja bastante de las atenciones realizadas en años anteriores en el Puerto de Motril, donde Cruz Roja tiene las instalaciones de atención de respuesta inmediata, y donde se encuentra el Centro de Atención Temporal de Extranjeros (CATE). Durante 2024 la cifra fue bastante superior -unos 700-, aunque también bastante alejado de los registros de 2018 o 2019, con unas 9.300 y 4.000 atenciones respectivamente; después de aquello los flujos migratorios, en constante cambio, empezaron a variar y con ellos la procedencia o los motivos por los que se embarcaban en este peligroso viaje.
La ruta de Alborán, que abarca Motril, Almería y Málaga, ha experimentado un descenso aunque de forma desigual. Pero esto no significa que las personas dejen de migrar en busca de mejores oportunidades, huyendo de conflictos, persecuciones, violencia o desastres naturales. Los caminos que utilizan van cambiando al igual que varían los motivos. Según el último informe de la Comisión Español de Atención al Refugiado, en 2024 se incrementaron un 10 % las llegadas por vía marítima, fundamentalmente en Canarias y Baleares, donde se identificó una nueva ruta desde Somalia a estas islas. En líneas generales, las rutas de llegada fueron similares a las de 2023, conectando Senegal, Sáhara Occidental y Marruecos con Canarias y, de igual modo, Argelia con Baleares, Levante y Almería. Sin embargo, surgieron otras rutas, como la que conecta Somalia con Baleares, con travesía en Argelia, y la ruta que conecta Mali y Canarias (especialmente El Hierro), pasando por Mauritania. Los flujos migratorios cambian constantemente.
El director autonómico del área de Socorros de Cruz Roja, Ricardo Jiménez Checa, explica a Granada Hoy que notan los distintos cambios que se van creando con las llegadas de personas migrantes a lo largo de todo el territorio español, aunque no se aventura a ofrecer una causa. "Pasados 2018 y 2019, hay un cambio en las llegadas a la zona de Alborán, no solo en la cifra de personas que llegan, también hay un cambio en las características de las llegadas y en el procedimiento que se realiza cuando llegan a puerto y son atendidas por los voluntarios. De dar una primera asistencia social, sanitaria y alimenticia a grupos de 50 o 60 personas, se reduce considerablemente y ahora se atiende de 10, 12 o 20 como mucho".
En este sentido, señala que los flujos migratorios son cambiantes, al igual que las necesidades de los que salen de su país por distintos motivos y, por tanto, la atención que se presta desde la organización humanitaria tiene que ir adaptándose a los tiempos. "Estamos en constante evolución, los requerimientos de las personas que llegan ahora no son los mismos que los que llegaban, sin ir más lejos, hasta 2020. Hay que entender que antes las personas hacían una travesía mucho más larga, y ahora, aunque el mar es el mismo, el viaje previo que hacen, en la mayoría de los casos, es mucho menor".
Las cifras cambian al igual que las historias y los motivos para emigrar que hay detrás de cada persona. En la península ibérica se ha experimentado en los últimos años un repunte de la llegada de personas de nacionalidad argelina, en cambio, antes eran de la zona del Argel de Marruecos o de África subsahariana, algo que se ha experimentado no solo en Motril, sino que también en Málaga o Cádiz, aunque este último, apuntan, es un caso especial, ya que por su cercanía, "es más fácil que alguien se aventure con cualquier medio de flotación" para intentar cruzar el Estrecho.
Sin ir más lejos, las imágenes que se hicieron virales este mismo verano de una familia que rescató a un joven frente a la costa de Marbella que intentaba cruzar el Estrecho con unas aletas y una barca hinchable de juguete. Una situación que, aunque no es común en la zona del mar de Alborán, tampoco sorprende a Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado del litoral andaluz que están más acostumbrados a ver cómo aumentan los episodios de jóvenes que intentan realizar la travesía subidos en 'barcas toy' o de juguete o con la ayuda de colchonetas de playa.
Jiménez Checa indica que, en el caso del puesto operativo de Motril, se utiliza como refuerzo de Almería, "dependiendo a la altura a la que se realice el rescate en la zona de Alborán, se decide si las personas rescatadas van a Málaga, Motril o Almería".
La atención que ofrecen a los que realizan la travesía es la misma con el paso de los años, pero se van adaptando a las necesidades de las personas que llegan. Las patologías que se daban antes en los rescatados derivaban más de una larga travesía y no de un trayecto más corto, eran más crónicas, ahora es distinto. "A nivel sanitario ahora se atienden patologías más leves generalmente, también se ha experimentado un descenso en la atención de mujeres y niños, aunque en líneas generales volvemos a estar en los mismos porcentajes que en 2018", indica.
La atención humanitaria también ha experimentado una evolución en líneas generales, no solo en el caso de Motril. La procedencia de las personas que se embarcan en estos viajes hacen que las necesidades cambien, no son los mismos contextos sociales, ni comparten la política que se ejerce en sus países de origen, por no hablar de las diferencias culturas, por lo que tienen que adaptarse casi sobre la marcha. "Tenemos dispositivos repartidos por Andalucía -Cádiz, Málaga, Motril y Almería-, normalmente hay una persona, que es el jefe de equipo, y es a quien se avisa cuando recibimos una llamada en el centro de coordinación de Sevilla. Se le pasa una información con las características de la llegada y se activan los recursos necesarios, tanto materiales como humanos. En el caso de la costa de Granada, contamos con una instalación en el mismo Puerto de Motril, por lo que los recursos materiales están aglutinados y preparados, lo único que hay que desplazar es personal especialista de todos los perfiles de las prestaciones que se les da estas personas cuando llegan -personal sanitario, enfermeria o medicina, personal de logística, así como intérpretes y de mediación-".
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