Las hamacas y tumbonas "regresan" a las playas de la Costa

"¿Queda alguna hamaca libre? No nos importa compartir sombrilla", señala una pareja en la playa de La Charca de Salobreña a los encargados de controlar este bien preciado veraniego. La pregunta podría parecer algo aislado, pero los retrasos en las concesiones de los servicios de playas este año en este rincón de la Costa Tropical hace que, los pocos empresarios que han conseguido instalar ya sus empresas no den abasto de la gran demanda. La gente tenía ganas de que volviesen las sombrillas, hamacas y actividades acuáticas para disfrutar, ya sí, de forma plena del verano de la Villa.

Han tardado en regresar, un supuesto error o cambio en los trámites administrativos puso en jaque la puesta en marcha de servicios como la instalación de hamacas y sombrillas a pie de playa, hidropedales o colchonetas hinchables, algo que no sentó muy bien a los empresarios que han visto como han podido empezar a montar los bártulos "demasiado tarde", y que no les ha quedado otra que "tragar" para "no perder la concesión de cuatro años". Los ánimos se entremezclan, la alegría de los bañistas que consiguen alquilar alguna de las instalaciones que hay montadas, con la desazón de algunos empresarios que han tenido que invertir dinero en material nuevo y que no saben si podrán amortizar, o de los que viendo a la altura del partido en la que se encontraban no contrataron trabajadores.

El presidente de la Asociación de Servicios de Temporada en la zona marítimo-terrestre de Granada, Gonzalo Lozano, explica a Granada Hoy que el Ayuntamiento ha intentado agilizar un poco los trámites y ya se les está firmado un contrato a los primeros empresarios de playas para que puedan comenzar su actividad, aunque aún no ha terminado el periodo de alegaciones y hay gente que aún continúa en trámite. "Hay varios que por fin están prestando sus servicios en la playa de Salobreña, pero más de la mitad continúa sin poder montar".

Lozano señala que se trata de una situación inaudita que "desespera" a todos los empresarios, "tienes que poner los mismos recursos para trabajar cuatro meses que cuarenta días, con lo que la viabilidad cada vez es menor, pero hay gente que no puede hacer otra cosa, son muchos años de inversión y de trabajo. De la noche al día no puedes decir este año no monto porque entonces no sabes que hacer los siguientes años. Estamos un poco obligados porque si no montamos este año, te quedas fuera cuatro años".

Y asegura que los empresarios se plantearon, viendo la situación, no montar sus empresas este verano, "pero estábamos contra la espada o la pared, o trabajamos, en muchos casos a pérdidas, o sabemos que los próximos cuatro años no podemos trabajar aquí". "Hay muchísima gente parada, otra se había comprometido a hacer la temporada de verano con nosotros y al alargarse tanto la espera, se han ido buscando la vida y ahora nos vemos que no tenemos trabajadores para empezar".

Uno de los empresarios que ya tiene instaladas hamacas y tumbonas en la playa desde este mismo fin de semana, y que prepara "a contrarreloj" los hidropedales para que empiecen a entrar en el agua, es Francisco Pérez, quien resalta que es una situación que no se puede permitir que se vuelva a repetir. "Creo que es el momento para que cuando llegue el mes de septiembre, que ya prácticamente está terminada la temporada, los técnicos municipales y los políticos retoquen los pliegos y los adapten a la realidad de Salobreña. Nos quieren obligar a poner cuatro camas balinesas por concesión, y no podemos asumirlo. Que trabajen para que esta situación no se vuelva a repetir y el año que viene podamos abrir nuestros puestos cuando hay que abrirlos, que en nuestro caso empezamos en Semana Santa, y este año a mediados de julio seguíamos sin poder abrir".

En su caso, aunque es uno de los "privilegiados" que ha podido instalar una gran parte de sus sombrillas, continúa trabajando para acondicionarlo todo. "Hemos instalado una caseta para poder guardar los chalecos salvavidas, tenemos que montar aún el torno que utilizamos para arrastrar los hidropedales para arrastrarlos del mar y poder vararlos por las noches y limpiándolo todo. Lo más urgente era montar las hamacas porque tienes que limpiarlas y desinfectarlas, algo que se tarda un poco más de tiempo, y es una cosa que la gente demanda mucho. Con un poco de suerte creemos que para el 1 de agosto podremos estar 100% operativos, antes es imposible".

Por otra parte, José Luis, empresario también de Salobreña, se irrita nada más pensar que en plena ola de calor, con la gran afluencia de gente en las playas y pese a tener todos sus papeles en regla, lleva solo trabajando cuatro días. "Desde hace años una semana antes de Semana Santa monto mis hamacas, no he fallado ni un año hasta este. Muchas familias comemos de este negocio y nos han negado nuestro derecho a trabajar, es lamentable y no solo lo pensamos los perjudicados, hay un montón de clientes de toda la vida y de personas que han ido preguntado todo este tiempo que cuando montábamos que no era comprensible que no estuviésemos montados".

Y señala que Salobreña es un pueblo turístico, "no se puede permitir dar esta imagen que estamos dando, sobre todo la gente que viene de fuera se sorprende de no poder alquilar una hamaca o un hidropedal". José Luis está cabreado, pero su expresión se torna amable y le sale una sonrisilla nada más llegar otra pareja para preguntar si queda alguna instalación disponible. "Hoy no, está todo alquilado", les explica con palabras y gestos. Los interesados, una pareja extranjera, pregunta si pueden alquilar dos tumbonas y una sombrilla para el día siguiente. "Aquí el que no corre, vuela. La gente tenía muchas ganas y se está notando, y como de momento no estamos todos montados pues hay más demanda que oferta".

La pareja se despide señalando un hueco entre sombrillas más abajo de las hamacas. "Vamos a estar ahí, si se queda algo libre, avísenos". Este rincón de la Costa Tropical estaba falto de uno de sus bienes más preciados en la temporada veraniega, y los usuarios de playas celebran el regreso paulatino para poder disfrutar, aunque sea, de la segunda mitad del verano, "como siempre".