La madrugada del jueves, 93 inmigrantes de origen subsahariano y magrebí, entre ellos varios niños de corta edad, siete mujeres y tres cadáveres desembarcaron en el Puerto de Motril tras ser rescatados en tres pateras cerca de la isla de Alborán. Sólo unas horas más tarde, sobre las once de la mañana, una patera con 15 magrebíes –dos de ellos menores– conseguía alcanzar tierra tras desembarcar en la playa San Cristóbal de Almuñécar.
Ya por la tarde, 66 personas –56 varones originarios de Bangladés y seis mujeres y cuatro niños de origen subsahariano – fueron trasladados a Motirl tras efectuarse su rescate en la isla de Alborán. En resumen, en menos de 24 horas llegaron más de 170 inmigrantes a la costa granadina. Sin embargo, tan sólo hay espacio para acoger a 52. O al menos, en teoría.
La capacidad con la que cuentan los módulos de inmigrantes –tras llegar a la dársena hace tres semanas, ya están listos para su uso– no supera el medio centenar de plazas. Si bien, la intención era que estas prefabricadas no sólo iban a sustituir al campamento habilitado en verano para la acogida, sino que también iban a permitir las obras del antiguo CATE –nada se sabe de ellas de momento–, el cual tiene capacidad para 80 personas y que, pese a no contar con las “condiciones adecuadas debido a su insalubridad”, según denunció el Defensor del Pueblo, se sigue usando.
Y, aún así, en ocasiones muchos de los rescatados tienen que ser trasladados hasta la Jefatura Superior de Policía Nacional de Granada, ante la falta de espacio. Esta sería la radiografía actual de la inmigración en Granada, donde continúan las quejas de efectivos policiales ante las continuas “insuficiencias” que existen para acoger a los inmigrantes.
Que no hay una solución definitiva es un hecho. Tal es así, que ni si quiera los actuales módulos lo son. La propia subdelegada del Gobierno, Inmaculada López Calahorro, lo indicó este miércoles cuando afirmó que continúan trabajando en la cesión de espacios por parte del Puerto de Motril –indicó que la negociación está “muy avanzada”– para que los módulos tengan una ubicación definitiva, ya que la actual, es provisional y solo está disponible hasta el mes de marzo.
En cuanto al CATE, estaba previsto que se activaría el protocolo de intervención para adecuarlo una vez se instalasen los módulos. Por ello, este lugar, a diferencia de como ocurre en la actualidad, no podría usarse para la acogida de inmigrantes, mientras se realizan las obras oportunas. Según se apuntó desde el Ministerio del Interior, el horizonte para iniciar esta intervención estaba fijado entre diciembre y enero, por lo que de cumplirse este plazo y de quedarse la capacidad de los módulos en la actual, la falta de espacio se intensificarían aún más.
Por ello, una de las reivindicaciones que vienen realizando desde sindicatos policiales como el SUP es aumentar el número de módulos para evitar, al menos mientras llega esa aún desconocida solución definitiva, la derivación de agentes al traslado de inmigrantes a la capital, o las condiciones insalubres de la antigua instalación.
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